Papers by Eduardo Alvarez Vanegas
Report, 2021
En todos los países que han pasado por procesos de paz es normal
que persista la violencia. Colom... more En todos los países que han pasado por procesos de paz es normal
que persista la violencia. Colombia no ha sido la excepción y uno
de los principales retos es la evolución de los grupos disidentes de
las antiguas FARC-EP. Hoy hay 30 estructuras disidentes después
de cinco años, cuando el 10 de junio del 2016 el Frente Primero
Armando Ríos, de Guaviare, anunció que no se acogería al Acuerdo de Paz al considerar que solo buscaba “el desarme y desmovilización y no la solución de los problemas del país”.

El tránsito de la guerra a la paz es un proceso complejo, y en el caso de las FARC hay determinan... more El tránsito de la guerra a la paz es un proceso complejo, y en el caso de las FARC hay determinantes que lo agudizan. Entre ellos, un conjunto de mandos medios con capacidad de coordinación e influencia, gran presencia territorial, reivindicaciones políticas que siguen vigentes, y una estrecha relación con economías criminales (principalmente del narcotráfico). Por eso, la decisión de abandonar la lucha armada y la criminalidad no ha sido homogénea: desde mediados de 2016 se han venido consolidando un conjunto de disidencias que cuentan con un itinerario propio.
A medida que avanza la implementación del Acuerdo, el poder y capacidad de desestabilización de estos grupos ha venido aumentando hasta el punto de que, si no se toman las decisiones correctas, pueden llegar a constituirse en una verdadera amenaza para la estabilidad de la paz. Varias de estas disidencias se han comenzado a transformar en un problema binacional y su actuar inquieta a los territorios de Ecuador y Venezuela. Es el caso del grupo comandado por alias Guacho, a quien se atribuye el secuestro y asesinato de tres periodistas del vecino país.
Queda comprender el desarrollo del fenómeno de las disidencias en los meses que vienen. Hasta el momento en que se publica este informe, no es posible saber si estos grupos —que hoy responden a realidades territoriales concretas— avanzan hacia un mecanismo de coordinación, ni tampoco si se reivindicarán como voceros de un propósito político para justificar su actuar.
The transition from war to peace is a complex process, and in the case of the FARC there are determinants that exacerbate it. Among them are a group of middle-level commanders with the capacity for coordination and influence, a large territorial presence, political demands that are still in force, and a close relationship with criminal economies (mainly drug trafficking). For this reason, the decision to abandon the armed struggle and criminality has not been homogeneous: since mid-2016, a group of dissidents with their own itinerary has been consolidating.
As the implementation of the Agreement progresses, the power and destabilising capacity of these groups has increased to the point that, if the right decisions are not taken, they can become a real threat to the stability of peace. Several of these dissidents have begun to transform themselves into a binational problem and their restless actions in the territories of Ecuador and Venezuela. This is the case of the group commanded by alias Guacho, to whom is attributed the kidnapping and murder of three journalists from the neighboring country.
It remains to understand the development of the phenomenon of dissidence in the coming months. At the time of publication of this report, it is not possible to know whether these groups - which today respond to concrete territorial realities - are moving towards a coordination mechanism, nor whether they will claim to be spokespersons for a political purpose in order to justify their actions.

There are no simple or easy ways to understand the results of Colombia’s October 2 plebiscite on ... more There are no simple or easy ways to understand the results of Colombia’s October 2 plebiscite on the peace agreement between the government and the FARC.
The plebiscite results reflect the profound regional differences within the country. The “yes” vote won in regions that are the most isolated from the State and the market; in these places, the armed conflict with the FARC has had the greatest impact but the dividends of the ceasefire have yet to be experienced. The “no” vote, by contrast, took the lead in regions with greater access to the State and the market, areas where institutions exist and function more effectively.
Clearly, the “no” victory took many people by surprise. Although all of the polls leading up to the plebiscite indicated that the “yes” vote would win with a significant margin, the “no” eked out a victory with slightly more than 53,000 votes. The results reflect a country with profound differences between the center and periphery and between those who see the peace agreements as an opportunity and those who perceive them as a threat.
Added to this context is the indifference and disinterest of a significant portion of the population. Voter abstention rates were the highest they have been in the past 22 years. With 62.59 percent of voters sitting out the election, the rate of abstention of registered voters was higher even than during the most recent presidential elections in 2014; at that time, 59.91 percent of voters abstained in the first round and 52.03 percent did so in the second.
The victory of the “no” vote provides a strong dose of realism in a polarized, fragmented, and unequal country that now faces the task of finding a viable way to build peace in the midst of profound and persistent differences.
En este informe, la FIP analiza el impacto de las diferentes expresiones armadas en diversas regi... more En este informe, la FIP analiza el impacto de las diferentes expresiones armadas en diversas regiones del país, así como de aquellas que están en proceso de formación y que se han ido visibilizando con el desmonte paulatino de las FARC. También hace recomendaciones para enfrentarlas.
56 revista Javeriana La implementación del acuerdo en un contexto cambiante: agendas de paz, crim... more 56 revista Javeriana La implementación del acuerdo en un contexto cambiante: agendas de paz, crimen organizado y conflicto híbrido
Reflexiones del Acuerdo para silenciar las armas a la luz de una revisión teórica y de experienci... more Reflexiones del Acuerdo para silenciar las armas a la luz de una revisión teórica y de experiencias internacionales. Esas reflexiones incluyen los riesgos y los principales retos para la implementación del cese al fuego y de hostiidades bilateral y definitivo, así como las implicaciones de la histórica declaratoria.
Conozca la infografía explicativa y descargue el documento con las claves para entender el Acuerdo firmado en La Habana el 23 de junio de 2016.
¿Qué sigue una vez el combatiente deja su arma? ¿Es conveniente romper las estructuras armadas a ... more ¿Qué sigue una vez el combatiente deja su arma? ¿Es conveniente romper las estructuras armadas a las que perteneció o, por el contrario, hay que mantenerlas unidas mientras se generan entornos favorables? ¿Qué aprendizajes y posibles rutas de acción le dejan a Colombia experiencias internacionales sobre desarme, desmovilización y reintegración? Estas son algunas preguntas que responde el informe de la FIP, “Primeros pasos para la transición: apuntes para la estabilización provisional de las FARC”.

Esta nota estratégica analiza las tendencias de las economías
criminales en medio del proceso de ... more Esta nota estratégica analiza las tendencias de las economías
criminales en medio del proceso de paz, con el objetivo de
identificar los desafíos que tendrá el Estado en la etapa del postconflicto y las capacidades para hacerle frente. En el transcurso de la mesa de negociación entre el Gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC, un nuevo o renovado orden ilegal se está configurando, con múltiples economías ilícitas enquistadas en los territorios.
Este documento identifica cinco dinámicas principales en
medio del proceso de negociación en La Habana: 1) Las alianzas
entre grupos insurgentes y las facciones criminales, 2) El
reciclaje insurgente (suplantación y transferencia de capacidades
de las FARC al ELN o el EPL), 3) La reactivación del narcotráfico,
la expansión de la extracción minera y la diversificación
de las economías criminales, 4) La proliferación de las actividades
predatorias, especialmente la extorsión, 5) Intervenciones
del Estado contra eslabones débiles que fortalecen los vínculos
de las poblaciones con la economía criminal.
En este documento se analizan las tendencias de las economías criminales en medio del proceso de ... more En este documento se analizan las tendencias de las economías criminales en medio del proceso de paz, con el objetivo de identificar los desafíos que tendrá el Estado en la etapa del postconflicto y las capacidades que necesita para hacerles frente.
Tomar las precauciones debidas en el manejo de arsenales, en la entrega de las armas y promover s... more Tomar las precauciones debidas en el manejo de arsenales, en la entrega de las armas y promover su rastreo puede ser determinante para el mantenimiento de la seguridad luego del conflicto. Si se falla en quitarle las armas a los combatientes o en mantenerlas completamente seguras luego de la entrega, la consecución de la paz corre un altísimo riesgo. Análisis de la FIP y el Instituto Igarapé.
Books by Eduardo Alvarez Vanegas

The Oxford Handbook of Women, Peace and Security, 2019
Women's participation in the Colombian peace process constitutes an outstanding case in compariso... more Women's participation in the Colombian peace process constitutes an outstanding case in comparison with other peace negotiations processes, due to the efforts made by unofficial actors. Nevertheless, during the negotiation period, selective violence against social lead ers increased, affecting their mobilizations and capacity to meaningful contribute. This chapter critically evaluates developments in scholarship and policymaking that considers the WPS pillars of participation and protection and their inclusion in peace agreements. To do so, the chapter draws upon the case of the Havana peace process, led by the Colombian government and the Revolutionary Armed Forces of Columbia (FARC), be tween 2012 and 2016. The analysis derives from a research experience at the Fundación Ideas para la Paz (Bogotá, Colombia), exploring women's participation in Columbia's peace negotiations. Drawing on examples from the Colombian case, the chapter demon strates the importance of accounting for women's preexisting forms of participation and knowledge. It also argues that affirmative measures that encourage women's meaningful participation in peace negotiations will be ineffective if the underlying structural factors that exclude women from decision-making processes more broadly remain unaddressed.
Este documento responde a preguntas como qué sigue una vez el combatiente deja su arma y si es co... more Este documento responde a preguntas como qué sigue una vez el combatiente deja su arma y si es conveniente romper las estructuras armadas a las que perteneció o, por el contrario, hay que mantenerlas unidas mientras se generan entornos favorables.
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Papers by Eduardo Alvarez Vanegas
que persista la violencia. Colombia no ha sido la excepción y uno
de los principales retos es la evolución de los grupos disidentes de
las antiguas FARC-EP. Hoy hay 30 estructuras disidentes después
de cinco años, cuando el 10 de junio del 2016 el Frente Primero
Armando Ríos, de Guaviare, anunció que no se acogería al Acuerdo de Paz al considerar que solo buscaba “el desarme y desmovilización y no la solución de los problemas del país”.
A medida que avanza la implementación del Acuerdo, el poder y capacidad de desestabilización de estos grupos ha venido aumentando hasta el punto de que, si no se toman las decisiones correctas, pueden llegar a constituirse en una verdadera amenaza para la estabilidad de la paz. Varias de estas disidencias se han comenzado a transformar en un problema binacional y su actuar inquieta a los territorios de Ecuador y Venezuela. Es el caso del grupo comandado por alias Guacho, a quien se atribuye el secuestro y asesinato de tres periodistas del vecino país.
Queda comprender el desarrollo del fenómeno de las disidencias en los meses que vienen. Hasta el momento en que se publica este informe, no es posible saber si estos grupos —que hoy responden a realidades territoriales concretas— avanzan hacia un mecanismo de coordinación, ni tampoco si se reivindicarán como voceros de un propósito político para justificar su actuar.
The transition from war to peace is a complex process, and in the case of the FARC there are determinants that exacerbate it. Among them are a group of middle-level commanders with the capacity for coordination and influence, a large territorial presence, political demands that are still in force, and a close relationship with criminal economies (mainly drug trafficking). For this reason, the decision to abandon the armed struggle and criminality has not been homogeneous: since mid-2016, a group of dissidents with their own itinerary has been consolidating.
As the implementation of the Agreement progresses, the power and destabilising capacity of these groups has increased to the point that, if the right decisions are not taken, they can become a real threat to the stability of peace. Several of these dissidents have begun to transform themselves into a binational problem and their restless actions in the territories of Ecuador and Venezuela. This is the case of the group commanded by alias Guacho, to whom is attributed the kidnapping and murder of three journalists from the neighboring country.
It remains to understand the development of the phenomenon of dissidence in the coming months. At the time of publication of this report, it is not possible to know whether these groups - which today respond to concrete territorial realities - are moving towards a coordination mechanism, nor whether they will claim to be spokespersons for a political purpose in order to justify their actions.
The plebiscite results reflect the profound regional differences within the country. The “yes” vote won in regions that are the most isolated from the State and the market; in these places, the armed conflict with the FARC has had the greatest impact but the dividends of the ceasefire have yet to be experienced. The “no” vote, by contrast, took the lead in regions with greater access to the State and the market, areas where institutions exist and function more effectively.
Clearly, the “no” victory took many people by surprise. Although all of the polls leading up to the plebiscite indicated that the “yes” vote would win with a significant margin, the “no” eked out a victory with slightly more than 53,000 votes. The results reflect a country with profound differences between the center and periphery and between those who see the peace agreements as an opportunity and those who perceive them as a threat.
Added to this context is the indifference and disinterest of a significant portion of the population. Voter abstention rates were the highest they have been in the past 22 years. With 62.59 percent of voters sitting out the election, the rate of abstention of registered voters was higher even than during the most recent presidential elections in 2014; at that time, 59.91 percent of voters abstained in the first round and 52.03 percent did so in the second.
The victory of the “no” vote provides a strong dose of realism in a polarized, fragmented, and unequal country that now faces the task of finding a viable way to build peace in the midst of profound and persistent differences.
Conozca la infografía explicativa y descargue el documento con las claves para entender el Acuerdo firmado en La Habana el 23 de junio de 2016.
criminales en medio del proceso de paz, con el objetivo de
identificar los desafíos que tendrá el Estado en la etapa del postconflicto y las capacidades para hacerle frente. En el transcurso de la mesa de negociación entre el Gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC, un nuevo o renovado orden ilegal se está configurando, con múltiples economías ilícitas enquistadas en los territorios.
Este documento identifica cinco dinámicas principales en
medio del proceso de negociación en La Habana: 1) Las alianzas
entre grupos insurgentes y las facciones criminales, 2) El
reciclaje insurgente (suplantación y transferencia de capacidades
de las FARC al ELN o el EPL), 3) La reactivación del narcotráfico,
la expansión de la extracción minera y la diversificación
de las economías criminales, 4) La proliferación de las actividades
predatorias, especialmente la extorsión, 5) Intervenciones
del Estado contra eslabones débiles que fortalecen los vínculos
de las poblaciones con la economía criminal.
Books by Eduardo Alvarez Vanegas
que persista la violencia. Colombia no ha sido la excepción y uno
de los principales retos es la evolución de los grupos disidentes de
las antiguas FARC-EP. Hoy hay 30 estructuras disidentes después
de cinco años, cuando el 10 de junio del 2016 el Frente Primero
Armando Ríos, de Guaviare, anunció que no se acogería al Acuerdo de Paz al considerar que solo buscaba “el desarme y desmovilización y no la solución de los problemas del país”.
A medida que avanza la implementación del Acuerdo, el poder y capacidad de desestabilización de estos grupos ha venido aumentando hasta el punto de que, si no se toman las decisiones correctas, pueden llegar a constituirse en una verdadera amenaza para la estabilidad de la paz. Varias de estas disidencias se han comenzado a transformar en un problema binacional y su actuar inquieta a los territorios de Ecuador y Venezuela. Es el caso del grupo comandado por alias Guacho, a quien se atribuye el secuestro y asesinato de tres periodistas del vecino país.
Queda comprender el desarrollo del fenómeno de las disidencias en los meses que vienen. Hasta el momento en que se publica este informe, no es posible saber si estos grupos —que hoy responden a realidades territoriales concretas— avanzan hacia un mecanismo de coordinación, ni tampoco si se reivindicarán como voceros de un propósito político para justificar su actuar.
The transition from war to peace is a complex process, and in the case of the FARC there are determinants that exacerbate it. Among them are a group of middle-level commanders with the capacity for coordination and influence, a large territorial presence, political demands that are still in force, and a close relationship with criminal economies (mainly drug trafficking). For this reason, the decision to abandon the armed struggle and criminality has not been homogeneous: since mid-2016, a group of dissidents with their own itinerary has been consolidating.
As the implementation of the Agreement progresses, the power and destabilising capacity of these groups has increased to the point that, if the right decisions are not taken, they can become a real threat to the stability of peace. Several of these dissidents have begun to transform themselves into a binational problem and their restless actions in the territories of Ecuador and Venezuela. This is the case of the group commanded by alias Guacho, to whom is attributed the kidnapping and murder of three journalists from the neighboring country.
It remains to understand the development of the phenomenon of dissidence in the coming months. At the time of publication of this report, it is not possible to know whether these groups - which today respond to concrete territorial realities - are moving towards a coordination mechanism, nor whether they will claim to be spokespersons for a political purpose in order to justify their actions.
The plebiscite results reflect the profound regional differences within the country. The “yes” vote won in regions that are the most isolated from the State and the market; in these places, the armed conflict with the FARC has had the greatest impact but the dividends of the ceasefire have yet to be experienced. The “no” vote, by contrast, took the lead in regions with greater access to the State and the market, areas where institutions exist and function more effectively.
Clearly, the “no” victory took many people by surprise. Although all of the polls leading up to the plebiscite indicated that the “yes” vote would win with a significant margin, the “no” eked out a victory with slightly more than 53,000 votes. The results reflect a country with profound differences between the center and periphery and between those who see the peace agreements as an opportunity and those who perceive them as a threat.
Added to this context is the indifference and disinterest of a significant portion of the population. Voter abstention rates were the highest they have been in the past 22 years. With 62.59 percent of voters sitting out the election, the rate of abstention of registered voters was higher even than during the most recent presidential elections in 2014; at that time, 59.91 percent of voters abstained in the first round and 52.03 percent did so in the second.
The victory of the “no” vote provides a strong dose of realism in a polarized, fragmented, and unequal country that now faces the task of finding a viable way to build peace in the midst of profound and persistent differences.
Conozca la infografía explicativa y descargue el documento con las claves para entender el Acuerdo firmado en La Habana el 23 de junio de 2016.
criminales en medio del proceso de paz, con el objetivo de
identificar los desafíos que tendrá el Estado en la etapa del postconflicto y las capacidades para hacerle frente. En el transcurso de la mesa de negociación entre el Gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC, un nuevo o renovado orden ilegal se está configurando, con múltiples economías ilícitas enquistadas en los territorios.
Este documento identifica cinco dinámicas principales en
medio del proceso de negociación en La Habana: 1) Las alianzas
entre grupos insurgentes y las facciones criminales, 2) El
reciclaje insurgente (suplantación y transferencia de capacidades
de las FARC al ELN o el EPL), 3) La reactivación del narcotráfico,
la expansión de la extracción minera y la diversificación
de las economías criminales, 4) La proliferación de las actividades
predatorias, especialmente la extorsión, 5) Intervenciones
del Estado contra eslabones débiles que fortalecen los vínculos
de las poblaciones con la economía criminal.