High Performance Computing (HPC)

La informática o computación de alto rendimiento, del inglés «high performance computing» o HPC, ofrece respuesta a las necesidades complejas de procesamiento a velocidades muy superiores a las de un ordenador estándar. Así pues, las arquitecturas HPC permiten utilizar una gran cantidad de recursos de cálculo en áreas como la investigación o el tratamiento de grandes flujos de datos. De este modo, las cargas de trabajo se ejecutan en un plazo de tiempo razonable y de manera equilibrada. Este tipo de arquitecturas selecciona sus componentes en función del rendimiento que proporcionan y su capacidad para soportar cada etapa del tratamiento, por lo que debe existir un buen equilibrio entre la memoria RAM, la red y la capacidad de almacenamiento y de cálculo para no ralentizar el flujo de trabajo. Para una mayor flexibilidad, es posible implementar soluciones HPC en arquitecturas híbridas combinando diferentes productos como servidores dedicados y servicios de cloud y en varias regiones.

Para desplegar una solución HPC es necesario crear un cluster de servidores físicos que reagrupe todos los recursos de hardware utilizados para el cálculo intensivo. Se debe prestar especial atención al equilibrio entre el rendimiento y la capacidad de cada recurso, en función de las necesidades de cada proyecto. Capacidad de almacenamiento, velocidad de tratamiento, flujo de transferencia entre los servidores: todo está calculado para garantizar un rendimiento óptimo. La escalabilidad de los recursos y los servidores garantiza una mayor agilidad que permite hacer frente a las necesidades crecientes de las aplicaciones, servicios y algoritmos, algo que resulta especialmente importante con el paso de tiempo.

Los procesadores AMD EPYC e Intel Xeon, excelentes para aplicaciones HPC, tienen características distintas. Los procesadores AMD EPYC ofrecen un número elevado de núcleos y una gran capacidad de memoria, lo que es ideal para tareas que requieren un alto grado de paralelismo. En cuanto a los procesadores Intel Xeon, estos se caracterizan por su sólido rendimiento de un solo núcleo y su amplia compatibilidad con diversas aplicaciones empresariales. La elección entre las dos depende de las necesidades específicas de su carga de trabajo, ya sea para simulaciones complejas, tratamiento de datos o proyectos de machine learning.

Las GPU NVIDIA mejoran el rendimiento de los servidores HPC al ofrecer una potencia de cálculo avanzada para las tareas ligadas a la inteligencia artificial. La GPU L4, basada en la arquitectura Ada Lovelace, está diseñada para una gran variedad de cargas de trabajo, incluyendo gráficos, simulación y análisis de datos. La GPU L40S, con sus Tensor Cores de cuarta generación, sobresale en el entrenamiento y la inferencia de IA. Al integrar estas GPU, OVHcloud ofrece a las empresas una infraestructura de IA de alto rendimiento capaz de responder a las necesidades más exigentes en materia de informática de alto rendimiento.

Los discos NVMe ofrecen ventajas significativas en comparación con los discos SATA o SAS en entornos HPC. Su principal baza es la velocidad de transferencia de datos extremadamente rápida, que reduce drásticamente la latencia y aumenta el rendimiento general del sistema. Los discos NVMe son capaces de gestionar volúmenes de datos masivos y de responder a las exigencias de lectura-escritura intensivas de las aplicaciones HPC. Esto se traduce en un procesamiento más rápido de simulaciones, análisis de datos y otras tareas informáticas, lo que permite a las empresas aprovechar al máximo su infraestructura de HPC.

Los servidores Bare Metal ofrecen una seguridad reforzada para las aplicaciones HPC, ya que están dedicados a un único usuario, eliminando los riesgos asociados a la convivencia con otros clientes, como ocurre en los entornos cloud compartidos. Esto permite un control total del acceso al hardware, lo que reduce las vulnerabilidades. Además, los servidores Bare Metal de OVHcloud incluyen opciones de seguridad avanzadas, como el anti-DDoS, para proteger la solución contra los ataques de denegación de servicio distribuidos. Este aislamiento físico y las medidas de seguridad integradas garantizan una protección óptima de los datos sensibles y de las aplicaciones críticas.

El ancho de banda de red es fundamental en un cluster HPC, ya que determina la velocidad y la eficacia de las comunicaciones entre los nodos. Un gran ancho de banda, como los 50 Gb/s disponibles en los servidores High Grade de OVHcloud, permite minimizar los problemas y garantizar un flujo de datos rápido y continuo. Esto es esencial para las aplicaciones de HPC que requieren un intercambio intensivo de datos, como simulaciones científicas o cálculos distribuidos. Un ancho de banda adecuado garantiza que los recursos de cálculo se aprovechan plenamente, mejorando así el rendimiento global del cluster.