![]() ![]() |
|
|
Desarrollo hist�rico
E
n esta breve introducci�n al desarrollo hist�rico de la Psicolog�a educativa, podemos delimitar cuatro fases de acuerdo con la aparici�n de las funciones m�s significativas que la psicolog�a educativa ha ido asumiendo. As� la primera �poca (1880-1920) se caracteriza por la preocupaci�n por el estudio de las diferencias individuales y la administraci�n de tests �tiles para el diagn�stico y tratamiento de los ni�os problem�ticos, de modo que en sus or�genes la psicolog�a educativa aparece fuertemente ligada a la educaci�n especial. En un segundo momento (1920-1955) el impacto del movimiento de salud mental promueve la proliferaci�n de servicios psicol�gicos para tratar los problemas psicol�gicos infantiles dentro y fuera de la escuela y divulga la idea de una psicolog�a "escolar" no limitada al diagn�stico y tratamiento de los problemas de aprendizaje escolar, sino ocupada tambi�n en la atenci�n a los aspectos emocionales, afectivos y sociales del alumno. En la tercera fase (1955-1970) empieza a considerarse la necesidad de formar a los profesores en los avances del conocimiento psicol�gico y en su integraci�n en la metodolog�a did�ctica y se piensa en el psic�logo como el profesional que act�e de puente entre tal conocimiento psicol�gico y la pr�ctica escolar. A partir de 1970, comienza la b�squeda de modelos alternativos basados en las teor�as cognitivas, sist�micas, organizacionales, ecol�gicas y en la psicolog�a comunitaria intentando dar un giro al esquema tradicional de atenci�n individualizada a los casos problem�ticos subrayando la importancia del contexto, tanto instruccional como sociocomunitario.Con respecto a nuestro pa�s los inicios de la psicolog�a educativa est�n unidos a los comienzos de la psicolog�a cient�fica ya que fue el inter�s en la psicolog�a aplicada al contexto escolar y a la orientaci�n profesional el motor de desarrollo de esta disciplina.
Hasta la guerra civil se producen diversas experiencias precursoras que se ven cortadas por dicho acontecimiento y por las caracter�sticas represivas y reaccionarias de la dictadura que la contin�a.
A partir de los a�os cincuenta se produce una recuperaci�n de la tradici�n cient�fica que se concreta con la llegada de la Psicolog�a, en la d�cada de los sesenta, al mundo acad�mico lo cual supone un salto cualitativo hacia su institucionalizaci�n pese a las fuertes tensiones estructurales que se dan en su seno (entre investigaci�n y profesi�n, entre formaci�n b�sica y especializada, as� como por la diversidad te�rica de partida debida en parte a la variabilidad de escuelas y enfoques con que cuenta la psicolog�a). A este respecto pueden hacerse dos matizaciones, por un lado, la explosi�n demogr�fica de titulados en psicolog�a ha venido m�s de la demanda vocacional que de la demanda espec�fica de tales especialistas en el mercado laboral, salvo quiz�s en el campo educativo donde ha habido un desarrollo significativo de la atenci�n a los temas psicopedag�gicos, por otro lado, existe un fuerte distanciamiento entre la dimensi�n acad�mica y la profesional que repercute en la cualificaci�n de especialistas en psicolog�a aplicada.
A partir de los a�os setenta se configura una demanda social de intervenci�n psicoeducativa, esta demanda, asociada tanto a la difusi�n y generalizaci�n de ideas "psicologizantes" como a la extensi�n de la oferta de los primeros titulados, se concreta en las primeras pr�cticas de psicolog�a educativa, centradas desde un enfoque psicot�cnico en actuaciones de aplicaci�n de pruebas, informes estandarizados, orientaci�n en cursos claves y ocasionalmente en actividades de reeducaci�n. Los protagonistas eran psic�logos que independientemente o en grupo ofrecen sus servicios y establecen relaciones laborales irregulares con asociaciones de padres de alumnos, propiedad y direcci�n de centros escolares privados, etc.
1. La Psicolog�a Educativa en la ense�anza privada
Es en la ense�anza privada (concertada o propiamente privada) donde comienzan a trabajar las primeras promociones de psic�logos del �rea educativa. Desde esos inicios como servicios complementarios y extraescolares hasta el momento actual su evoluci�n podr�a resumirse en:
Tendencia a la desaparici�n de la actuaci�n exclusivamente psicot�cnica y psicom�trica, adem�s de haberse consolidado la presencia de empresas que ofrecen servicios estad�sticos y t�cnicos as� como material psicol�gico que cubren esta faceta.
Han aumentado los servicios derivados de la presencia continua del psic�logo en el centro escolar en una situaci�n m�s regularizada de trabajo, aunque a�n ahora, las condiciones laborales (estabilidad, horario, dedicaci�n, etc) sean muy diversas.
Si bien es cierto que la introducci�n del psic�logo en los centros fue acompa�ada inicialmente de una acentuaci�n de los aspectos relacionados con la psicolog�a cl�nica tradicional, actualmente se observa una marcada tendencia hacia criterios espec�ficamente psicoeducativos. Sin embargo, las caracter�sticas de los centros privados limitan las posibilidades de elecci�n de actuaciones por parte del profesional, pero en general, se observa una tendencia hacia modelos actuales de intervenci�n (programas, aspectos instruccionales, asesoramiento, etc).
Se ha producido una gran proliferaci�n de la oferta de gabinetes y centros de reeducaci�n y apoyo escolar, con actuaciones de tratamiento muy diversas (logopedia, psicomotricidad, formaci�n de padres, entrenamiento en habilidades b�sicas, etc), bastantes de estos centros se han consolidado y actualmente presentan una oferta de servicios de gran calidad y amplitud.
Es preciso se�alar que en el campo de la educaci�n especial se produce inicialmente cierta eclosi�n de ofertas de trabajo, al menos en los a�os ochenta, de asociaciones de padres de discapacitados ps�quicos, sensoriales y mot�ricos; la progresiva cobertura por parte de las administraciones p�blicas de servicios en este sentido ha paralizado bastante esta v�a.
2. Las redes p�blicas de atenci�n psicoeducativa
La demanda social va aumentando en intensidad y llega a influir en las instancias pol�tico-administrativas, entonces en proceso de cambio en el contexto hist�rico de la transici�n democr�tica, planteando la necesidad de cubrir el espacio de intervenci�n psicoeducativa por parte de las administraciones p�blicas.
Fue en 1970, en la Ley General de Educaci�n, cuando se formul� por primera vez el derecho a la orientaci�n escolar, pero no es hasta 1977 cuando se crean los primeros servicios del M.E.C., los Servicios de Orientaci�n Escolar y Vocacional (S.O.E.V.), con funciones ligadas a los modelos de orientaci�n de la �poca, muy amplias y poco definidas y con imposibilidad de efectuar una incidencia significativa en el sistema educativo, dado el escaso n�mero de profesionales que inicialmente los compon�an (2-3 por provincia) y su compleja situaci�n administrativa, se trata de profesores de Educaci�n Primaria, psic�logos o pedagogos, al principio en "comisi�n de servicio" posteriormente como plaza de "car�cter singular", sin reconocimiento del t�tulo superior exigido, lo que les conduce a una ardua batalla legal que todav�a contin�a.
Paralelamente, a partir de las primeras elecciones democr�ticas municipales de abril de 1979, se crean Servicios Psicopedag�gicos Municipales; en este caso lo que se produce es la adopci�n por los nuevos ayuntamientos de propuestas de profesionales (Psicolog�a - Servicio P�blico) en las que se plantean formas de intervenci�n del psic�logo desde el municipio que a�n se sit�an en la indeferenciaci�n educaci�n/salud/servicios sociales, �reas que en ese momento no est�n cubiertas desde otras instancias.
Los Servicios Psicopedag�gicos Municipales (S.P.M.) estuvieron inicialmente muy influidos por los modelos comunitarios y preventivos procedentes del �rea de salud; y su distribuci�n territorial (grandes urbes, �reas metropolitanas...) y condiciones de trabajo han sido muy variables y diversas; en Espa�a los ayuntamientos no tienen competencias directas sobre la red p�blica de ense�anza, aportan servicios complementarios por lo que la progresiva implantaci�n de los servicios de intervenci�n psicopedag�gica de la administraci�n educativa (inicialmente el M.E.C. , progresivamente las comunidades aut�nomas) en los mismos sectores, limita la actuaci�n de los S.P.M. a la oferta de programas concretos complementarios a la actividad escolar, muchos de ellos de gran calidad por cierto, todo lo cual paraliza su crecimiento.
Lo anteriormente dicho sirve exclusivamente para los S.P.M. de las grandes ciudades y sus �reas metropolitanas y no refleja lo ocurrido en Valencia y Catalu�a en que los procesos de colaboraci�n de la autoridad educativa auton�mica y los ayuntamientos adoptaron al menos temporalmente otras formas.
A partir del Plan Nacional de Educaci�n Especial de 1987 y de la Ley de Integraci�n Social del Minusv�lido de 1982, surge un nuevo marco de intervenci�n psicoeducativa, se crean los Equipos Multiprofesionales (E.M.), increment�ndose en sucesivas convocatorias su n�mero de forma importante en los a�os siguientes; la situaci�n de sus componentes era la de contratados laborales (con reconocimiento de su titulaci�n) de la administraci�n educativa tras concurso-oposici�n como forma de acceso. Sus funciones, originalmente ligadas a la educaci�n especial, trataron fundamentalmente de dar respuesta a la necesaria evaluaci�n inicial y toma de decisiones de ubicaci�n de los alumnos susceptibles de recibir atenci�n especial, por ello sus funciones se centran en: prevenci�n, detecci�n, valoraci�n multiprofesional, orientaci�n y seguimiento.
Estos Equipos incorporan perspectivas de trabajo interdisciplinar, normalizaci�n y sectorizaci�n; sin embargo se observa insuficiencia de recursos cuando las funciones asignadas son superadas por las demandas de intervenci�n psicoeducativa de los sectores que atienden, tambi�n falta experiencia previa en el modelo planteado, y un enfoque inicial ligado a una concepci�n m�dico-pedag�gica de la educaci�n especial hace dif�cil avanzar hacia actuaciones psicoeducativas m�s globales.
A partir del Real Decreto 334/85 de Ordenaci�n de la Educaci�n Especial (origen de las pol�ticas de integraci�n escolar) se abre un nuevo escenario. Por un lado se centran las funciones de los Equipos dependientes del M.E.C. en la valoraci�n diagn�stica con vistas a determinar la ubicaci�n escolar y en el apoyo a los proyectos y centros escolares de integraci�n reconocidos a partir de dicha norma.
Adem�s se procede a la unificaci�n de funciones de S.O.E.V. y E.M. (Orientaciones para el funcionamiento de Equipos Psicopedag�gicos, Enero de 1986) planteando funciones generales en el sector, funciones en centros ordinarios y funciones espec�ficas (Centros de Integraci�n, Centros de Educaci�n Especial ), un conjunto de prioridades (integraci�n, atenci�n a familias, diagn�stico, prevenci�n y fracaso escolar) y un modelo de organizaci�n y funcionamiento (sectorizaci�n, plan de trabajo ).
Las l�neas generales de estas orientaciones resaltan los aspectos de apoyo a alumnos y centros de integraci�n, en general de atenci�n individual y asesoramiento a centros, s�lo en escasa medida menciona aspectos de "orientaci�n" y no recoge m�s que muy parcialmente las aportaciones preventivas o sociocomunitarias tan abundantes en los documentos elaborados por los propios Equipos por la misma �poca; a partir de ese momento se produce una unificaci�n funcional, pero a�n no de los aspectos administrativo-laborales, de los equipos ministeriales.
Con la puesta en marcha de la L.O.G.S.E. (1990) se va perfilando el modelo que la administraci�n educativa plantea para la intervenci�n psicopedag�gica y la orientaci�n educativa, contempl�ndose dos niveles de actuaci�n profesional; por un lado los Departamentos de Orientaci�n en Educaci�n Secundaria como apoyo t�cnico a la labor tutorial del profesor y recurso profesional de la orientaci�n en el centro, con funciones referidas al propio centro, al alumnado, al profesorado, familias y otras instituciones; y por otro lado los Equipos de sector para facilitar a los centros de Educaci�n Primaria una asistencia y apoyo t�cnico de naturaleza did�ctica, psicol�gica, social y organizativa, adem�s de funciones espec�ficas de �mbito sectorial. Tambi�n existen Equipos Espec�ficos (Autismo, Sordos, Ciegos, Mot�ricos) de �mbito provincial y Equipos de Atenci�n Temprana (que cubren la etapa de Educaci�n Infantil).
Con el fin de cubrir las plazas de profesionales en los Departamentos de Orientaci�n de los Institutos de Educaci�n Secundaria y en los Equipos de Orientaci�n Educativa y Psicopedag�gica (E.O.E.P., nuevo y en�simo nombre de los Equipos de Sector del M.E.C.) se crea en 1991 la especialidad de Psicolog�a y Pedagog�a dentro del cuerpo de profesores de Educaci�n Secundaria de car�cter estatal (aunque la convocatoria de plazas en las Comunidades Aut�nomas con competencias educativas es prerrogativa de dichas comunidades) y se producen sucesivas convocatorias tanto centrales como auton�micas hasta desembocar en los m�s de 2000 miembros de dicha especialidad en 1997, de los cu�les aproximadamente la mitad son psic�logos.
3. Las competencias auton�micas
El 1 de enero de 1982 se transfieren las competencias de gesti�n de la red educativa p�blica a las Comunidades Aut�nomas de: Catalu�a, Galicia, Pa�s Vasco, Comunidad Valenciana, Canarias, Andaluc�a y Navarra, el resto permanece como territorio de gesti�n del M.E.C. (aunque para 1998 se anuncia el traspaso de las competencias educativas para el resto de las comunidades aut�nomas).
La mayor�a de estas CC.AA. formulan modelos propios de organizaci�n de la intervenci�n psicopedag�gica, pero en general se mueven, al menos hasta 1991, hacia Equipos tipo S.O.E.V. (profesores de Primaria, psic�logos y pedagogos) en lo administrativo-laboral, y en la intervenci�n se�alan �mbitos comunes (atenci�n a centros escolares, atenci�n a necesidades educativas especiales, orientaci�n y asesoramiento ).
A partir de la promulgaci�n de la L.O.G.S.E. y sobre todo desde la creaci�n de la especialidad de Psicolog�a y Pedagog�a en Secundaria, se han producido convocatorias propias para esa especialidad en la mayor�a de las CC.AA. y en general se tiende a organizar la actuaci�n en Departamentos de Orientaci�n en Secundaria y Equipos de sector para Primaria. Existen multitud de matices (diversidad de recursos, situaciones peculiares, etc.) pero las l�neas generales parecen ir en el sentido antedicho.
4. Evoluci�n de los modelos de intervenci�n psicoeducativa
El comienzo de los a�os ochenta marca el paso de una psicolog�a educativa muy relacionada con modelos cl�nicos y de psicolog�a "escolar" tradicional a una progresiva especializaci�n y concreci�n en el objeto de trabajo. En esos a�os se produce, tard�amente, el descubrimiento de Vygotski y de la psicolog�a cognitiva en relaci�n con el contexto educativo. Desde entonces el constructivismo se ha hecho dominante, esencialmente en el medio universitario relacionado con la Psicolog�a de la Educaci�n desde el que se ha extendido a la pr�ctica profesional, de hecho ha llegado a ser el modelo psicopedag�gico subyacente a las propuestas curriculares del proceso de reforma educativo formulado en la LOGSE.
La oficializaci�n de dicho modelo, claramente no buscada por algunos de sus iniciales promotores, alcanz� niveles extremos y m�s all� de la teor�a constructivista de base se introduce una perspectiva pedag�gico-curricular, que en nuestro caso, parte de propuestas para sacar la intervenci�n psicopedag�gica de la "periferia" del sistema educativo llev�ndola hacia el "n�cleo" (docente-did�ctico-curricular). De esta idea se pasa a una reflexi�n de gran calidad pero curiosas consecuencias (propuesta de titulaci�n de psicopedagog�a, homologaci�n de pr�cticas de psic�logos y pedagogos, priorizaci�n absoluta de los aspectos curriculares de la intervenci�n...) llegando hasta la asunci�n de estas reflexiones como posturas oficiales de la administraci�n educativa y a desarrollos cristalizados y cerrados en los que se describe un modelo �nico, con unas �nicas funciones, unas influencias te�ricas concretas o formas de intervenci�n como ajenas a la psicolog�a educativa y propias de periclitados modelos psicom�tricos o cl�nicos.
En conjunto se observa como la intervenci�n psicopedag�gica adopta un car�cter "funcional" respecto a las necesidades de implantaci�n de la reforma educativa, priorizando las actuaciones de asesoramiento curricular sobre las dem�s, formuladas, desarrolladas y realizadas con mejor o peor fortuna por los psic�logos educativos.
5. L�neas de actuaci�n
En este breve y muy incompleto recorrido queda patente que en la consolidaci�n del rol del psic�logo educativo han confluido tres grandes l�neas de actuaci�n:
Una proveniente de un enfoque sociolaboral, que pretend�a la inserci�n eficaz y madura del alumno en la vida activa (funciones de orientaci�n profesional, asesoramiento vocacional).
Otra l�nea de actuaci�n es de tipo psicol�gico y pedag�gico y pretende la mejora de la vida escolar, en una l�nea de apoyo a la comunidad educativa (funciones de asesoramiento, de formaci�n de apoyo did�ctico...).
Una tercera l�nea puede ser caracterizada como de orientaci�n terap�utica (reeducadora, compensadora...).
Es la confluencia de estas l�neas la que da al psic�logo educativo fuerza y riqueza conceptual.
6. Presencia profesional y rol, dificultades y perspectivas
En conjunto los psic�logos educativos representan aproximadamente un 38% del total de los profesionales de la psicolog�a que ejercen como tales, lo cual nos sit�a como una de las �reas m�s numerosas del colectivo profesional.
En el sector p�blico educativo se ha pasado en los �ltimos veinte a�os de la pr�ctica inexistencia de psic�logos a los m�s de 3000 que pueden calcularse en la actualidad en las diversas administraciones municipales, auton�micas y centrales.
Las principales dificultades han venido por una doble v�a, por un lado las relativas al estatus administrativo-laboral, en algunos casos por las formas de reclutamiento, en otros por problemas de reconocimiento profesional (afortunadamente cada vez en menor medida) y en bastantes, sobre todo en los que la intervenci�n profesional es m�s reciente, por puros problemas laborales y socioecon�micos.
Otra fuente de dificultades, que adem�s se hace m�s importante conforme se resuelven en mayor o menor grado los problemas de estatus, es la referida a la definici�n del rol, perfil y funciones; la progresiva superaci�n de pr�cticas tradicionales y el surgimiento de la demanda social de intervenci�n en distintos �mbitos produce la necesidad de un debate constante sobre las cuestiones referidas al rol del psic�logo educativo, a todo ello se unen unos desarrollos cient�ficos y t�cnicos que obligan a un permanente esfuerzo de actualizaci�n y de definici�n de l�neas nuevas de actuaci�n psicoeducativa (como ocurre en general en todos los modelos y servicios educativos) que sin abandonar, como a veces se pretende, las grandes l�neas de confluencia citadas en el apartado anterior, incorporen aspectos tales como los nuevos conceptos din�micos del aprendizaje y de las formas de aprender, una evaluaci�n formativa, anal�tica y basada en criterios, la respuesta a las necesidades derivadas de la integraci�n de las diferencias tanto personales, como sociales y culturales, una orientaci�n educativa y profesional de tipo educativo, el an�lisis del contexto educativo, etc.
Finalmente se observa un tercer grupo de dificultades que van a ser clave para nuestro desarrollo profesional, se trata de los aspectos deontol�gicos y �ticos; as� los problemas de estatus y rol, la delicada frontera entre interdisciplinaridad e intrusismo, la din�mica entre funciones profesionales y funciones asignadas, la presencia de un rol mediador y una posici�n administrativa concreta, y finalmente los dilemas �ticos y deontol�gicos del psic�logo en contextos educativos: las dificultades derivadas de los procesos de etiquetaje y consiguiente estigmatizaci�n, los temas de confidencialidad y secreto profesional, los requerimientos emanados del consentimiento para la intervenci�n y en �ltima instancia, y como tema clave, la necesaria posici�n cr�tica del psic�logo ante el reforzamiento de un perfil institucionalmente deseable del alumno.
Por su trascendencia nos detendremos brevemente en este �ltimo punto. Se da un �rea de conflicto cuando el psic�logo educativo intenta crear, o apoya la creaci�n, en los alumnos, de determinados h�bitos de pensamiento, sentimiento o conducta. Se trata de un punto en que la deontolog�a profesional linda con la filosof�a educativa. El an�lisis de sus distintas implicaciones trasciende el objetivo que nos proponemos en este texto. Sin embargo es necesario tener en cuenta que el psic�logo puede dejarse utilizar por el "sistema institucional educativo" para inducir aquellos comportamientos o conductas que terminan beneficiando a los directores o educadores y no a los alumnos. Utilizar t�cnicas que promuevan la obediencia ciega, la sumisi�n, la competitividad y el individualismo supone una opci�n pedag�gica y �tica muy diferente a la de promover la autonom�a y competencia personal, la creatividad, la cooperaci�n, el respeto a los dem�s y la autodisciplina. El psic�logo educativo debe saber esto y tener en cuenta su propia posici�n en relaci�n con los objetivos conductuales y actitudinales que se est�n intentando inculcar en los alumnos.
7. Conclusiones
El innegable crecimiento tanto num�rico como en t�rminos de estatus de los psic�logos educativos, no puede sin embargo encubrir la persistencia e incluso el aumento de dificultades asociadas al rol profesional, acrecentadas por la participaci�n, a veces incluso monopolizaci�n, de las entidades pol�tico-administrativas en la definici�n y priorizaci�n de funciones (sin excluir la necesidad de cierto grado de intervenci�n administrativa, especialmente en los aspectos relacionados con la asignaci�n de recursos, la homogeneidad y coherencia de las actuaciones y la gesti�n p�blica en general).
En este contexto, tan complejo como interesante, de crecimiento num�rico y de estatus y de dificultades de rol, pensamos que como garant�a de nuestra autonom�a profesional y del servicio que nuestro trabajo presta, existe la necesidad de potenciar socialmente el conocimiento de nuestro rol y nuestras posibilidades de intervenci�n.
Somos profesionales realmente existentes, con pr�cticas reales, mejores o peores, pero visibles y evaluables. Obtenemos avances y mejoras, intervenimos y somos reclamados por una creciente demanda social; los intentos de aprovechar una supuesta inseguridad asociada a problemas concretos -posici�n inestable de mediaci�n, dificultades de formaci�n y reclutamiento,...- no pueden convertirnos en veletas, a merced de los vientos acad�mico-universitarios o pol�tico-administrativos que en cada momento soplen.
Somos psic�logos, somos los profesionales de la psicolog�a cuyo objetivo de trabajo es el comportamiento humano en situaciones educativas y s�lo mejorando nuestro desempe�o, definiendo y perfilando nuestro rol, participando en las organizaciones e iniciativas profesionales, reflexionando y compartiendo nuestras reflexiones a trav�s de las plataformas de expresi�n educativas y profesionales , avanzando en nuestra formaci�n e investigando hip�tesis de mejora, ser� como consigamos continuar nuestro desarrollo profesional y prestar un mejor servicio a la comunidad educativa y social en que nos desenvolvemos.
Definici�n
El Psic�logo de la Educaci�n es el profesional de la psicolog�a cuyo objetivo de trabajo es la reflexi�n e intervenci�n sobre el comportamiento humano, en situaciones educativas, mediante el desarrollo de las capacidades de las personas, grupos e instituciones. Se entiende el t�rmino educativo en el sentido m�s amplio de formaci�n y desarrollo personal y colectivo.
El Psic�logo de la Educaci�n desarrolla su actividad profesional principalmente en el marco de los sistemas sociales dedicados a la educaci�n en todos sus diversos niveles y modalidades; tanto en los sistemas reglados, no reglados, formales e informales, y durante todo el ciclo vital de la persona.
As� mismo interviene en todos los procesos psicol�gicos que afectan al aprendizaje, o que de este se derivan, independientemente de su origen personal, grupal, social, de salud etc., responsabiliz�ndose de las implicaciones educativas de su intervenci�n profesional y coordin�ndose, si procede, con otros profesionales.
Funciones1. Intervenci�n ante las Necesidades Educativas de los Alumnos
El profesional de la psicolog�a participa en la atenci�n educativa al desarrollo desde las primeras etapas de la vida, para detectar y prevenir a efectos socio-educativos las discapacidades e inadaptaciones funcionales, ps�quicas y sociales.
Realiza la evaluaci�n psico-educativa referida a la valoraci�n de las capacidades personales, grupales e institucionales en relaci�n a los objetivos de la educaci�n y tambi�n al an�lisis del funcionamiento de las situaciones educativas. Para ello trata de determinar la m�s adecuada relaci�n entre las necesidades individuales, grupales o colectivas y los recursos del entorno inmediato, institucional o socio-comunitario requeridos para satisfacer dichas necesidades.
Tambi�n, y ligado al proceso de evaluaci�n, el psic�logo puede proponer y/o realizar intervenciones que se refieran a la mejora de las competencias educativas de los alumnos, de las condiciones educativas y al desarrollo de soluciones a las posibles dificultades detectadas en la evaluaci�n.
2. Orientaci�n, Asesoramiento Profesional y Vocacional
El psic�logo promueve y participa en la organizaci�n, planificaci�n, desarrollo y evaluaci�n de los procesos de orientaci�n y asesoramiento profesional y vocacional, tanto en lo que tienen de informaci�n, asesoramiento y orientaci�n a los alumnos ante las opciones que deban tomar frente a las distintas posibilidades educativas o profesionales, como en la elaboraci�n de m�todos de ayuda para la elecci�n y de m�todos de aprendizaje de toma de decisi�n vocacional. El objetivo general de estos procesos es colaborar en el desarrollo de las competencias de las personas en la clarificaci�n de sus proyectos personales, vocacionales y profesionales de modo que puedan dirigir su propia formaci�n y su toma de decisiones.
3. Preventivas
El psic�logo interviene proponiendo la introducci�n de modificaciones del entorno educativo y social que eviten la aparici�n o aten�en las alteraciones en el desarrollo madurativo, educativo y social.
La prevenci�n se orienta a proponer las condiciones para un mejor desarrollo de las capacidades educativas y tambi�n a prevenir las consecuencias que pueden generar la diferencia entre las necesidades educativas de la poblaci�n y las respuestas que dan los sistemas sociales y educativos; incluye tanto acciones espec�ficas para la prevenci�n de problemas educativos concretos (como son la adaptaci�n inicial a la escuela, la detecci�n precoz de alumnos con necesidades educativas especiales, etc.), como los aspectos de intervenci�n desde las primeras etapas mediante t�cnicas de estimulaci�n y, ya en las etapas escolares, los procesos dirigidos a permitir a los alumnos afrontar con progresiva autonom�a y competencias eficaces las exigencias de la actividad educativa.
Desde el enfoque preventivo se contemplan intervenciones tanto en asesoramiento a agentes educativos (educadores, padres, etc.) como en el desarrollo de programas espec�ficos: educaci�n para la salud, educaci�n afectivo-sexual, prevenci�n de las drogodependencias, y de los proyectos ligados en general a la transversalidad (educaci�n de valores, educaci�n no sexista, etc.).
4. Intervenci�n en la Mejora del Acto Educativo
Las funciones ligadas a esta intervenci�n pretenden la adecuaci�n de las situaciones educativas a las caracter�sticas individuales y/o grupales (evolutivas, cognitivas, sociales, etc.) de los alumnos y viceversa. Estas funciones se realizan a trav�s de asesoramiento did�ctico, de la organizaci�n y planificaci�n educativa, de programaci�n, de asesoramiento y actualizaci�n del educador; y en general se refieren a la intervenci�n sobre las funciones formativas y educativas que se realizan con el alumno.
El psic�logo presta apoyo y asesoramiento t�cnico al educador tanto en:
Su actividad general: adaptaci�n de la programaci�n a las caracter�sticas evolutivas psicosociales y de aprendizaje de los alumnos, organizaci�n del escenario educativo, m�todos de ense�anza-aprendizaje, niveles de concreci�n curricular, aplicaci�n de programas psico-educativos concretos, etc.
Como en su actuaci�n educativa con alumnos con necesidades y/o en situaciones educativas especiales, adecuaciones curriculares y programas individuales, actuaciones compensatorias, diversificaciones, y en general procedimientos de atenci�n a la diversidad.
Igualmente colabora en la formaci�n permanente y apoyo did�ctico al educador, aportando su preparaci�n espec�fica sobre las �reas evolutivas, cognitivas, afectivas, comportamentales, psicosociales e institucionales.
Tambi�n son objeto de la intervenci�n del psic�logo los fen�menos institucionales que configuran los centros educativos: la relaci�n entre los objetivos y las formas organizativas con el funcionamiento real, la mejora eficaz de las relaciones entre los componentes de la instituci�n educativa, etc.; as� presta su colaboraci�n y apoyo t�cnico en la elaboraci�n y desarrollo de proyectos educativos de centro, de proyectos de innovaci�n curricular, integraci�n y atenci�n a la diversidad, nuevas tecnolog�as, compensaci�n y apoyo educativo, etc; as� como en los cambios organizativos y metodol�gicos requeridos por estos proyectos, en la l�nea de hacer competentes a las propias instituciones en la realizaci�n de los fines que se proponen.
5. Formaci�n y Asesoramiento Familiar
El psic�logo act�a promoviendo y organizando la informaci�n y formaci�n a madres y padres en una l�nea de apoyo al desarrollo integral del hijo/a. Realiza la intervenci�n para la mejora de las relaciones sociales y familiares, as� como la colaboraci�n efectiva entre familias y educadores, promoviendo la participaci�n familiar en la comunidad educativa, as� como en los programas, proyectos y actuaciones que el profesional de la psicolog�a educativa desarrolle.
6. Intervenci�n Socioeducativa
El psic�logo participa en el an�lisis de la realidad educativa, y de los factores sociales y culturales que influyen en el proceso educativo de la comunidad concreta, interviene en la prevenci�n socioeducativa, impulsa la cooperaci�n y coordinaci�n de los servicios, instituciones y organizaciones sociales del entorno. En resumen, interviene en las relaciones entre las actividades educativas y la comunidad donde tienen lugar, as� como en los factores sociales y culturales que condicionan las capacidades educativas.
Tambi�n puede participar en el dise�o de planes de intervenci�n comunitaria en el �mbito territorial, promoviendo criterios metodol�gicos, procesos de implantaci�n, sistemas de evaluaci�n, etc.
El psic�logo puede asesorar t�cnicamente a los responsables de la toma de decisiones de planificaci�n y actuaci�n a partir de su pronunciamiento especializado y de su aplicaci�n al an�lisis y estudio del sistema educativo en una l�nea de mejora de la atenci�n educativa.
7. Investigaci�n y Docencia
La investigaci�n incluye las actividades para el an�lisis y reflexi�n sobre el propio trabajo; la mejora y actualizaci�n de su competencia t�cnica, la profundizaci�n y extensi�n de la teor�a y los procedimientos propios de la psicolog�a de la educaci�n.
La docencia que realizan los profesionales de la psicolog�a educativa est� orientada a difundir su conocimiento entre los dem�s profesionales de la educaci�n, los grupos sociales implicados en esta, los propios psic�logos y estudiantes de psicolog�a y otros colectivos profesionales.
Procedimientos, T�cnicas e Instrumentos
La Psicolog�a Educativa, como �rea aplicada de la psicolog�a, utiliza los m�todos generales de la misma. El procedimiento general de intervenci�n engloba los siguientes pasos: evaluaci�n inicial y diagn�stico, intervenci�n, seguimiento y evaluaci�n final, y valoraci�n, con la toma de decisiones que se deriva de la misma.
Las tareas propias de la Psicolog�a Educativa pueden dividirse en dos grandes bloques:
1. Las relacionadas con la Evaluaci�n.
2. Las que se refieren a la Intervenci�n.
1. Las relacionadas con la Evaluaci�n
La evaluaci�n se efect�a sobre las distintas �reas en funci�n de la demanda, la problem�tica y las necesidades, priorizando su funcionalidad y operatividad, y se analizan detalladamente las variables psicol�gicas que influyen en el comportamiento humano dentro del contexto educativo, llegando, cuando proceda, a la determinaci�n de un diagn�stico en la situaci�n educativa.
Ello incluye la descripci�n e identificaci�n de dicha situaci�n, la formulaci�n de hip�tesis explicativas y la emisi�n de hip�tesis de mejora.
Las t�cnicas m�s utilizadas para la evaluaci�n son la entrevista psicol�gica, la observaci�n en sus diferentes modalidades (no estructurada, sistem�tica, auto-observaci�n), los autoinformes y los tests psicol�gicos, seleccionando las mas adecuadas al objeto (individuos, grupos, instituciones) y al tipo de evaluaci�n (normativa, criterial, curricular).
2. Las que se refieren a la Intervenci�n
La intervenci�n se efect�a en los diferentes �mbitos sobre las diferentes variables psicol�gicas que intervienen en el acto educativo. Las t�cnicas de intervenci�n en Psicolog�a Educativa son las derivadas de las �reas B�sicas y Aplicadas de la Psicolog�a.
Las Psic�logas y los Psic�logos de la educaci�n deben prestar atenci�n a los aspectos deontol�gicos en todas las fases de su actuaci�n, tanto en la selecci�n de pruebas y t�cnicas para la evaluaci�n y la intervenci�n (rigor, validez) como en la toma de decisiones que se derivan de su trabajo y en la transmisi�n de la informaci�n (informes orales y/o escritos) al propio sujeto y a terceras personas, considerando que en muchas ocasiones el destinatario del informe no es el propio sujeto evaluado y que este no acude por propia iniciativa.
�mbitos de Actuaci�n
El profesional de la psicolog�a educativa interviene en los �mbitos personal, familiar, organizacional, institucional, socio-comunitario y educativo en general; con Educandos, receptores del proceso educativo, y Agentes Educativos, intervinientes directa o indirectamente en el proceso educativo.
Formaci�n
Nivel 1: Propia del Curriculum de la Psicolog�a
B�sica
Psicolog�a evolutiva y del ciclo vital.
Psicodiagn�stico aplicado a la educaci�n.
Personalidad. Psicopatolog�a infantil y del adolescente.
Psicolog�a del aprendizaje. Psicolog�a Cognitiva.
Orientaci�n vocacional (escolar y profesional).
Paradigmas, teor�as y t�cnicas en Psicolog�a de la educaci�n (conductismo, cognitivismo, constructivismo, sist�mica...). Modelos de intervenci�n en Educativa.
Metodolog�a Aplicada a la Psicolog�a de la Educaci�n.
Psicolog�a del lenguaje.
Deontolog�a Profesional aplicada al �mbito educativo.
Complementaria
Trastornos cognitivos y del lenguaje.
Psicolog�a social aplicada a la educaci�n.
Psicolog�a de las organizaciones aplicada a la instituci�n escolar.
Intervenci�n comunitaria.
Nivel 2: Curriculum de Otras Materias
Contextos Educativos: Sistemas, estructura y organizaci�n.
Did�ctica.
Conceptos b�sicos de Neuro-psicolog�a aplicados a la educaci�n.
Nuevas tecnolog�as aplicadas a la educaci�n.
Nivel 3: Formaci�n para el Dise�o y Asesoramiento en Programas referidos a:
Intervenci�n ante las necesidades educativas de los alumnos.
Orientaci�n, asesoramiento profesional y vocacional.
Prevenci�n.
Mejora del acto educativo.
Formaci�n y asesoramiento familiar.
Intervenci�n socio-educativa.
Investigaci�n y docencia.
Nivel 4: Formaci�n Pr�ctica
Formaci�n pr�ctica en los aspectos relacionados con las �reas formativas antes expuestas, as� como con la funci�n propia del desempe�o profesional del psic�logo educativo.
Acreditaci�n
Dos requisitos previos son necesarios:
1. Estar en posesi�n de cualquiera de las titulaciones reconocidas por el Colegio Oficial de Psic�logos.
2. Estar colegiado en el Colegio Oficial de Psic�logos.
Las v�as de consecuci�n de la acreditaci�n ser�n las siguientes:
La Formaci�n
Recoge los aspectos mencionados en el apartado anterior de este documento, realizada mediante los cursos que el Colegio Oficial de Psic�logos acredita como formaci�n en el �rea de Psicolog�a de la Educaci�n, o con reconocimiento de este Colegio de la formaci�n impartida en instituciones p�blicas o privadas acreditadas, universidades u otros centros oficiales.
Pr�cticas
Realizadas en el �rea de Psicolog�a de la Educaci�n, y supervisadas por organizaciones o personas reconocidas para ello por el Colegio Oficial de Psic�logos o las universidades correspondientes.
Experiencia en el �rea
Desarrollando las funciones expresadas en el documento en los �mbitos de actuaci�n propios del psic�logo de la educaci�n.
�ndice || Presentaci�n || Psicolog�a de la Actividad F�sica y del Deporte || Psicolog�a Cl�nica y de la Salud || Psicolog�a de las Drogodependencias || Psicolog�a de la Educaci�n || Psicolog�a
de la Intervenci�n Social || Psicolog�a Jur�dica
|| Psicolog�a del Trabajo y de las Organizaciones || Psicolog�a del Tr�fico y de la Seguridad || Equipos de Trabajo ||