En la última década en Colombia, la categoría de «campesino» viene sufriendo un proceso de revalorización política, jugando un papel cada vez más importante en los procesos de movilización política de e intervención social sobre amplios...
moreEn la última década en Colombia, la categoría de «campesino» viene sufriendo un proceso de revalorización política, jugando un papel cada vez más importante en los procesos de movilización política de e intervención social sobre amplios sectores de la población rural. Dicho fenómeno contrasta con un largo que periodo en que individuos y agrupaciones que, décadas atrás, se reconocían como «campesinos» pasaron a hacerse legibles ante el estado como «indígenas», «afrocolombianos», «desplazados», «victimas», «familias en extrema pobreza», «obreros o emprendedores agrícolas», categorías sociales asociadas, respectivamente, con los discursos multiculturalista, humanitario, transicional, de atención a la pobreza y emprendimiento rural.
Este ensayo parte del presupuesto según el cual las trasformaciones históricas en el peso político de la categoría de campesino han ocurrido en el marco de trasformaciones más amplias en los regímenes taxonómicos desde los cuales amplios sectores de la población rural colombiana se hacen legibles, en términos de James Scott (1998) , frente a “los ojos” del estado. Propongo entender por regímenes taxonómicos las diferentes formas mediante las cuales las poblaciones, en este caso de áreas rurales, son cobijadas por diferentes categorías bajo determinados criterios de clasificación social, afectando sus formas de apreciación social, participación política y su acceso a diferentes tipos de bienes. Asumo que tales regímenes son reproducidos y trasformados en el marco de luchas históricas y cotidianas por la hegemonía, y que el contenido de las categorías sociales encuadradas en tales regímenes se convierten, por ello mismo, en un medio y una expresión de esas mismas luchas.
Al menos para el caso colombiano, mi argumento es que la adopción constitucional del multiculturalismo implicó un cambio en el régimen taxonómico en relación con el cual las capas populares de la población rural colombiana venían siendo clasificadas. Implicó, en concreto, elevar la diferencia cultural al rol de eje principal de clasificación de la población rural, subordinando, pero sin eliminar del todo, otros criterios que habían tenido mayor peso en el pasado, como puede serlo uno más ligado a la noción de clase social. Como resultado de ello, la categoría de campesino, si bien siguió vigente en las interacciones cotidianas de los habitantes rurales de muchas zonas del país, fue perdiendo relevancia en su interacción con aquél pretendido sujeto llamado estado . En este proceso, su propio contenido fue transformándose y, en muchos casos, se estrechó el conjunto poblacional que alcanza a cobijar. En la zona andina de Nariño, particularmente, es cada vez más usual que el término campesino sea usado para nombrar a aquellos sectores rurales no integrantes de los pueblos indígenas de la región. Así, de ser una categoría trasversal a la de aquellos clasificados en torno a la noción de grupo étnico, en muchas situaciones pasó a designar a aquellas capas populares del campo nariñense carentes de etnicidad.