Academia.edu no longer supports Internet Explorer.
To browse Academia.edu and the wider internet faster and more securely, please take a few seconds to upgrade your browser.
…
2 pages
1 file
COLUMNA PERIODÍSTICA EN TUMBLR
Estudio sobre el caracter extraordinario que a lo largo de la Edad Media tuvo la legislación emanada en favor de los peregrinos, que lleva a que pueda ser considerado como una jurisdicción especial en favor de una personas concretas: los peregrinos
En el año 1970 se dio la tercera ruptura de los conocidos partidos comunistas peruanos, lo que dio origen al grupo maoísta que, tres años después, se daría a conocer como "Sendero Luminoso". Este grupo maoísta empezaría su llamada "lucha armada" en las elecciones de 1980, justamente el año en el que, en Perú, se instauraba la democracia, luego de muchos años de dictadores y gobiernos militaristas. Alrededor de 70 mil personas fueron víctimas de esta lucha armada, de las cuales tres cuartas partes eran quechua hablantes de las altas zonas rurales del Perú (Cynthia E. Milton 2014). En este artículo de opinión dará mi critica, no solo hacia los actos cometidos por sendero luminoso, sino también, hacia los errores cometidos en el gobierno de Belaunde Terry, los que jugaron un papel fundamental para que Sendero Luminoso causara tantas muertes y pusiera en "Jacke" la democracia peruana; revisando previamente los antecedentes que llevaron a este grupo maoísta a tomar las armas.
En la página 22 de la Historia de la guerra europea de Liddel Hart, se lee que una ofensiva de trece divisiones británicas (apoyadas por mil cuatrocientas piezas de artillería) contra la línea Serre-Montauban había sido planeada para el veinticuatro de julio de 1916 y debió postergarse hasta la mañana del día veintinueve. Las lluvias torrenciales (anota el capitán Liddel Hart) provocaron esa demora, nada significativa, por cierto. La siguiente declaración, dictada, releída y firmada por el doctor Yu Tsun, antiguo catedrático de inglés en la Hochschule de Tsingtao, arroja una insospechada luz sobre el caso. Faltan las dos páginas iniciales. " ...y colgué el tubo. Inmediatamente después, reconocí la voz que había contestado en alemán. Era la del capitán Richard Madden. Madden, en el departamento de Viktor Runeberg, quería decir el fin de nuestros afanes y —pero eso parecía muy secundario, o debía parecérmelo— también de nuestras vidas. Quería decir que Runeberg había sido arrestado, o asesinado.[1] Antes que declinara el sol de ese día, yo correría la misma suerte. Madden era implacable. Mejor dicho, estaba obligado a ser implacable. Irlandés a las órdenes de Inglaterra, hombre acusado de tibieza y tal vez de traición, ¿cómo no iba a abrazar y agradecer este milagroso favor: el descubrimiento, la captura, quizá la muerte, de dos agentes del Imperio Alemán? Subí a mi cuarto; absurdamente cerré la puerta con llave y me tiré de espaldas en la estrecha cama de hierro. En la ventana estaban los tejados de siempre y el sol nublado de las seis. Me pareció increíble que ese día sin premoniciones ni símbolos fuera el de mi muerte implacable. A pesar de mi padre muerto, a pesar de haber sido un niño en un simétrico jardín de Hai Feng ¿yo, ahora, iba a morir? Después reflexioné que todas las cosas le suceden a uno precisamente, precisamente ahora. Siglos de siglos y sólo en el presente ocurren los hechos; innumerables hombres en el aire, en la tierra y el mar, y todo lo que realmente pasa me pasa a mí... El casi intolerable recuerdo del rostro acaballado de Madden abolió esas divagaciones. En mitad de mi odio y de mi terror (ahora no me importa hablar de terror: ahora que he burlado a Richard Madden, ahora que mi garganta anhela la cuerda) pensé que ese guerrero tumultuoso y sin duda feliz no sospechaba que yo poseía el Secreto. El nombre del preciso lugar del nuevo parque de artillería británico sobre el Ancre. Un pájaro rayó el cielo gris y ciegamente lo traduje en un aeroplano y a ese aeroplano en muchos (en el cielo francés) aniquilando el parque de artillería con bombas verticales. Si mi boca, antes que la deshiciera un balazo, pudiera gritar ese nombre de modo que lo oyeran en Alemania... Mi voz humana era pobre. ¿Cómo hacerla llegar al oído del Jefe? Al oído de aquel hombre enfermo y odioso, que no sabía de Runeberg y de mí sino que estábamos en Staffordshire y que en vano esperaba noticias nuestras en su árida oficina de Berlín, examinando infinitamente periódicos... Dije en voz alta: Debo huir. Me incorporé sin ruido, en una inútil perfección de silencio, como si Madden ya estuviera acechándome. Algo — tal vez la mera ostentación de probar que mis recursos eran nulos— me hizo revisar mis bolsillos. Encontré lo que sabía que iba a encontrar. El reloj norteamericano, la cadena de níquel y la moneda cuadrangular, el llavero con las comprometedoras llaves inútiles del departamento de Runeberg, la libreta, una carta que resolví destruir inmediatamente (y que no destruí), una corona, dos chelines y unos peniques, el lápiz rojo-azul, el pañuelo, el revólver con una bala. Absurdamente lo empuñé y sopesé para darme valor. Vagamente pensé que un pistoletazo puede oírse muy lejos. En diez minutos mi plan estaba maduro. La guía telefónica me dio el nombre de la única persona capaz de trasmitir la noticia: vivía en un suburbio de Fenton, a menos de media hora de tren. Soy un hombre cobarde. Ahora lo digo, ahora que he llevado a término un plan que nadie no calificará de arriesgado. Yo sé que fue terrible su ejecución. No lo hice por Alemania, no. Nada me importa un país bárbaro, que me ha obligado a la abyección de ser un espía. Además, yo sé de un hombre de Inglaterra —un hombre modesto— que para mí no es menos que Goethe. Arriba de una hora no hablé con él, pero durante una hora fue Goethe... Lo hice, porque yo sentía que el Jefe tenía en poco a los de mi raza —a los innumerables antepasados que confluyen en mí. Yo quería probarle que un amarillo podía salvar a sus ejércitos. Además, yo debía huir del capitán. Sus manos y su voz podían golpear en cualquier momento a mi puerta. Me vestí sin ruido, me dije adiós en el espejo, bajé, escudriñé la calle tranquila y salí. La estación no distaba mucho de casa, pero juzgué preferible tomar un coche. Argüí que así corría menos peligro de ser reconocido; el hecho es que en la calle desierta me sentía visible y vulnerable, infinitamente. Recuerdo que le dije al cochero que se detuviera un poco antes de la entrada central. Bajé con lentitud voluntaria y casi penosa; iba a la aldea de Ashgrove, pero saqué un pasaje para una estación más lejana. El tren salía dentro de muy pocos minutos, a las ocho y cincuenta. Me apresuré; el próximo saldría a las nueve y media. No había casi nadie en el andén. Recorrí los coches: recuerdo unos labradores, una enlutada, un joven que leía con fervor los Anales de Tácito, un soldado herido y feliz. Los coches arrancaron al fin. Un hombre que reconocí corrió en vano hasta el límite del andén. Era el capitán Richard Madden. Aniquilado, trémulo, me encogí en la otra punta del sillón, lejos del temido cristal. De esa aniquilación pasé a una felicidad casi abyecta. Me dije que ya estaba empeñado mi duelo y que yo había ganado el primer asalto al burlar, siquiera por cuarenta minutos, siquiera por un favor del azar, el ataque de mi adversario. Argüí que esa victoria mínima prefiguraba la victoria total. Argüí que no era mínima, ya que sin esa diferencia preciosa que el horario de trenes me deparaba, yo estaría en la cárcel o muerto. Argüí (no menos sofísticamente) que mi felicidad cobarde probaba que yo era hombre capaz de llevar a buen término la aventura. De
Lo político es el lugar sociológico que tiende a organizar y controlar los principios antropológicos de poder y autoridad: la política es el conjunto de formas sociales que organiza estos principios, de acuerdo a las necesidades del arbitrario socio-cultural que rige a un grupo. Los partidos, asociaciones, clubes, y otras formas asociativas más o menos organizadas, hacen parte de este sistema de perpetuación del arbitrario socio-cultural al interior de sociedades dadas. En sociedades patriarcales como la nuestra, la política es uno de los lugares sociológicos donde se perpetúa la ley del varón como comportamiento histórico-cultural (VEGA- CEN-TEN0 B., l., 1991, b; MANARELLI, M.E., 1987).
RESUMEN El presente trabajo discierne un semblante maldito del sacrificio. En nombre del amor se ha idealizado el sacrificio como paradigma de su audacia y heroísmo, mientras la cultura se ha encargado de enaltecer la proeza sacrificial como puesta en acto del amor. El destinatario de esta inmolación suprema inscribe la producción del goce divino en calidad de objeto “a”, tal como lo revelan sacrificios paradigmáticos presentes en la historia y la literatura. Palabras clave: sacrificio, amor, ideal sacrificial de maternidad, objeto “a”, goce. FROM A SACRIFICED PATH PLOW THROUGH OF PLEASURE Summary The current work discerns a cursed countenance from the sacrifice. The sacrifice has been idealized in love's name, as paradigm of its courage and heroism, meanwhile the culture has taken charge of dignifying the sacrificed feat as event in the love act. The addressee of this supreme immolation registers the production of the divine enjoyment as “a” object, just as it is revealed by paradigmatic sacrifices present on history and literature. Keywords: Sacrifice, love, maternity ideal sacrifice, “a” object, enjoyment. D’UN SENTIER DU SACRIFICE AU SILLON DE LA JOUISSANCE Résumé Ce travail discerne un semblant maudit du sacrifice. Le sacrifice a été idéalisé au nom de l‟amour en tant que paradigme de son audace et héroïsme, tandis que la culture s‟est chargée d‟exalter la prouesse du sacrifice comme mise en scène de l‟amour. Le destinataire de cette immolation suprême inscrit la production de la jouissance divine en qualité d‟objet « a », tel que les sacrifices paradigmatiques présents dans l‟histoire et dans la littérature le révèlent. Mots- clés: sacrifice, amour, idéal sacrificiel de maternité, objet « a », jouissance.
Loading Preview
Sorry, preview is currently unavailable. You can download the paper by clicking the button above.
Memorias del XL Congreso Instituto Internacional de Literatura Iberoamericana (IILI): La literatura iberoamericana entre dos orillas”, El Colegio de México, México,, 2016
Atti del Congresso Internazionale su L'Umanesimo Cristiano nel III Millenio: La prospectiva di Tommaso d'Aquino, vol. III, , p.345-355, 2006