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Las formas de la desobediencia, Secretaría de Investigación, Universidad de Buenos Aires, 2021
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Capítulo de Libro
Soy un hombre de cierta edad. En los últimos treinta años, mis actividades me han puesto en íntimo contacto con un gremio interesante y hasta singular, del cual, entiendo, nada se ha escrito hasta ahora: el de los amanuenses o copistas judiciales. He conocido a muchos, profesional y particularmente, y podría referir diversas historias que harían sonreír a los señores benévolos y llorar a las almas sentimentales. Pero a las biografías de todos los amanuenses prefiero algunos episodios de la vida de Bartleby, que era uno de ellos, el más extraño que yo he visto o de quien tenga noticia. De otros copistas yo podría escribir biografías completas; nada semejante puede hacerse con Bartleby. No hay material suficiente para una plena y satisfactoria biografía de este hombre. Es una pérdida irreparable para la literatura. Bartleby era uno de esos seres de quienes nada es indagable, salvo en las fuentes originales: en este caso, exiguas. De Bartleby no sé otra cosa que la que vieron mis asombrados ojos, salvo un nebuloso rumor que figurará en el epílogo. Antes de presentar al amanuense, tal como lo vi por primera vez, conviene que registre algunos datos míos, de mis empleados, de mis asuntos, de mi oficina y de mi ambiente general. Esa descripción es indispensable para una inteligencia adecuada del protagonista de mi relato. Soy, en primer lugar, un hombre que desde la juventud ha sentido profundamente que la vida más fácil es la mejor. Por eso, aunque pertenezco a una profesión proverbialmente enérgica y a veces nerviosa hasta la turbulencia, jamás he tolerado que esas inquietudes conturben mi paz. Soy uno de esos abogados sin ambición que nunca se dirigen a un jurado o solicitan de algún modo el aplauso público. En la serena tranquilidad de un cómodo retiro realizo cómodos asuntos entre las hipotecas de personas adineradas, títulos de renta y acciones. Cuantos me conocen, considéranme un hombre eminentemente seguro. El finado Juan Jacobo Astor, personaje muy poco dado a poéticos entusiasmos, no titubeaba en declarar que mi primera virtud era la prudencia: la segunda, el método.
Resumen El artículo presenta un análisis del cuento de Herman Melville: " Bartleby, el escribiente ". Este análisis parte de un acercamiento a la literatura desde una noción de política inspirada en autores como Jacques Derrida y Jacques Rancière, pero que se aparta de esta filosofía cuando, por encima del propio texto y sus posibi-lidades, se pretende encontrar en él heterotopías, esperanzas y comunidades por venir. Esta noción de política acerca a la litera-tura al mundo efectivo, transfigurando los modos de ser y no ser. Así, el personaje de Bartleby se presenta en medio del mundo de la representación como un agente del caos. En esto consiste la política del escribiente: su incursión devela las farsas del mundo construido y soñado por los hombres; pero esta destrucción que causa es inútil: el mundo de la representación ha sentido su ab-surdo, no sabe qué hacer con dicho agente del caos, pero no es suficiente para arruinarlo. Bartleby, quien se ha indeterminado y ha abandonado las dualidades de ser y no ser, tampoco puede seguir viviendo: ya no hay espacio para la vida sin referencias en un mundo humano y ficticio.
Revista de Filosofía , 2015
Resumen El presente ensayo inicia con una ficción sobre la ficción literaria de Her-mann Melville al proponer una lectura de tres cartas a las que-de manera verosímil-tuvo acceso Bartleby cuando fue empleado en la oficina de "cartas muertas" en Washington. Por medio de una exploración sobre lo que significa la interpretación de textos de ficción, se realiza una aproxima-ción al relato de Bartleby y se indaga su sentido y significado. Palabras Clave: silencio, soledad, cartas, interpretación. Abstract This essay begins with a fiction about fiction literary Hermann Melville to propose a reading of three letters which-so credible-had access Bartleby when he was employed in the office of "dead cards" in the Post Office in Washington. Through an exploration of what it means to the interpretation of fiction, is an approach to the story of Bartleby and explores its meaning and significance. Las cartas muertas Bartleby saca de sus ropas un pequeño bulto y lo pone sobre la mesa; acerca dos velas y las despabila con mucho cuidado. Es tarde ya y pronto oscurecerá. Mientras espera a que la luz que viene de afue-ra se difumine totalmente, abre el bulto de trapos y extrae de él varios sobres y trozos de papel muy sucio. Lee en uno de ellos: "Vo-lodia Petrov. Nort str, Chicago, New York", con un matasellos ape-nas visible y al reverso, en caracteres cirílicos rusos, entiende con dificultad las palabras "Sveta Petrova" y "Píter". La abre, afina la pluma en la pata de la mesa, acerca el pequeño frasco de tinta seca revista de Filosofía (universidad iberoamericana) 136: 49-65, 2014
2019
Realizamos la presente reseña a partir de la lectura del libro Escritos desobedientes. Historias de hijas, hijos y familiares de genocidas por la memoria, la verdad y la justicia, publicado en 2018 por la agrupación Historias Desobedientes: familiares de genocidas por la memoria, la verdad y la justicia. El texto narra el surgimiento del colectivo a través de las historias de vida de sus integrantes y de las publicaciones oficiales realizadas en redes sociales y medios de comunicación. Consideramos que una de las características más significativas radica en el rasgo colectivo de su escritura.
Poligrafías. Revista de literatura comparada. Núm. 4. …, 2003
advierte: "Considero el ESPACIO como el hecho central para el hombre nacido en América, desde la cueva de Folsom hasta nuestros días. Lo deletreo en mayúsculas porque así es, mayúsculo. Mayúsculo e inrnisericorde" (Olson 1997, 11). El drama de Melville nace de esta alianza entre un espacio que lo subyuga, los laberintos de una creencia que lo doblega sin tregua, y las exigencias exasperantes de la escritura. Olson dibuja con trazos duros los rasgos que prefiguran la tragedia elusiva, la devastación paradójica de la expectativa literaria de Melville: "Este hombre lo arruinó todo. Se jodió la vida con Cristo. Su matrimonio tuvo el lastre de la blancura. Uno de sus hijos murió de tuberculosis, el otro se dio un tiro. Tan sólo una vez surcó su propio espacio: Moby Dick. Era salvaje o no era nada. Estadounidense, su andar era o bien precipitado o bien todo torpeza. Mitad caballo, mitad caimán" (1 3). 'Este hombre arruinado, cuya escritura no ocultaba ya su destino equívoco, la desmesura de su impulso épico en colindancia con la derrota y el fracaso editorial, publico en 1853, dos años después de terminado Moby Dick, un relato enigmático, incierto, indócil: fruto de
Poligrafías, 2003
1. Los territorios de Melville: el abatimiento de los horizontes E n la apertura de su ensayo sobre Moby Dick, la extraordinaria novela de Melville, Charles Olson advierte: "Considero el ESPACIO como el hecho central para el hombre nacido en América, desde la cueva de Folsom hasta nuestros días. Lo deletreo en mayúsculas porque así es, mayúsculo. Mayúsculo e inrnisericorde" (Olson 1997, 11). El drama de Melville nace de esta alianza entre un espacio que lo subyuga, los laberintos de una creencia que lo doblega sin tregua, y las exigencias exasperantes de la escritura. Olson dibuja con trazos duros los rasgos que prefiguran la tragedia elusiva, la devastación paradójica de la expectativa literaria de Melville: "Este hombre lo arruinó todo. Se jodió la vida con Cristo. Su matrimonio tuvo el lastre de la blancura. Uno de sus hijos murió de tuberculosis, el otro se dio un tiro. Tan sólo una vez surcó su propio espacio: Moby Dick. Era salvaje o no era nada. Estadounidense, su andar era o bien precipitado o bien todo torpeza. Mitad caballo, mitad caimán" (1 3). 'Este hombre arruinado, cuya escritura no ocultaba ya su destino equívoco, la desmesura de su impulso épico en colindancia con la derrota y el fracaso editorial, publico en 1853, dos años después de terminado Moby Dick, un relato enigmático, incierto, indócil: fruto de Poligrafias IV (2003) 53-81 O Poligrafas.
Aun recuerdo uno de mis primeros trabajos como Consultor de Empresas en temas de mejora sanitaria en establecimientos de fabricación de alimentos.
Fuentes Humanisticas, 2003
cervantesvirtual.com
Dos mil, el año de publicación de Bartleby y compañía, de Enrique Vila-M atas, es representativo de una de las lecturas críticas más extendidas sobre el texto 1 . Se parte, en efecto, de un diagnóstico milenarista, apocalíptico. Un incontestable convencimiento dirige los pasos del narrador : escritor bloqueado, bajo la amenaza de la factibilidad del fracaso de su empresa literaria, sabe que la literatura universal está en crisis. La crisis es un laberinto porque los escritores abandonan la literatura en masa. El « laberinto del no », como lo define, no muestra una puerta de salida porque el nudo del problema es, en verdad, una tensión ontológica : la literatura debate consigo misma su posibilidad de ser :
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Él es Vila-Matas, no soy Bartleby, 2014
Filosofia e Educação, 2014
Barei, Silvia N. [comp.]. Seminario de Verano II. Proyecto Prometeo: violencia, desorden y rebeldía., 2014
Obras Completas. Volumen XII, Barcelona, Galaxia Gutenberg, 1999