La teoría gramsciana de la hegemonía permite comprender la relación orgánica entre la economía y la política, desembarazándola de las interpretaciones mecanicistas del marxismo vulgar.
De hecho, puede ser más orgánico un intelectual sin militancia política que otro que si la tenga, simplemente porque la actividad intelectual del primero está más vinculada orgánicamente a la reproducción de una cierta hegemonía que la del segundo.
Años más tarde, en los Cuadernos de la Cárcel, insistió en que "si la hegemonía es ético política no puede dejar de ser también económica, no puede menos que estar basada en la función decisiva que el grupo dirigente ejerce en el núcleo rector de la actividad económica".
Esta concepción, además de establecer una coartada para las posiciones de subvaloración de lo cultural y del papel de los intelectuales (posiciones que caracterizaron a las élites dirigentes de muchos países que intentaron la construcción del socialismo), implica una posición antidialéctica, pues ignora el carácter internamente contradictorio de la cultura popular, en tanto producto social, y por ende resultado del entrecruzamiento de relaciones de fuerza de signo muy diverso, y portadora, en consecuencia, no sólo de elementos de oposición y resistencia de las clases subordinadas al poder, sino también de elementos de la hegemonía de la clase dominante.
Esta concepción, además de establecer una coartada para las posiciones de subvaloración de lo cultural que caracterizaron a las élites dirigentes de muchos países que intentaron la construcción del socialismo, asume una posición antidialéctica, pues ignora el carácter internamente contradictorio de la cultura popular, en tanto producto social, y por ende resultado del entrecruzamiento de relaciones de fuerza de signo muy diverso, y portadora, en consecuencia, no sólo de elementos de oposición y resistencia de las clases subordinadas al poder, sino también de elementos de la hegemonía de la clase dominante.
Publicado en: Horizontes gramscianos Estudios en torno al pensamiento de Antonio Gramsci Massimo Modonesi (coordinador) Qué destino y trayectoria ha tenido el pensamiento de Gramsci en tierras latinoamericanas es, en realidad, una investigación por hacerse. Sin embargo, no se parte de nada; hay ya varios estudios que han tratado el tema y han contribuido con importantes elementos para esa tarea. En un somero recuento de los varios autores --todos estudiosos consistentes de la obra de Gramsci--que han escrito sobre la presencia del marxista italiano en América Latina, hay que comenzar por mencionar a José Aricó y a Juan Carlos Portantiero 553 , conocidos exponentes del importante proyecto Pasado y Presente que se inició en Argentina y continuó en México. Ambos fueron formados bajo la influencia de Héctor P. Agosti que fue, a su vez, el introductor --a mediados del siglo pasado--de Gramsci en Argentina y gracias a quien, como señala Nestor Kohan, en estas tierras se conoció la obra del marxista italiano antes que en Inglaterra, Francia, Alemania o EEUU. 554
Cada vez que la cuestión de la lengua aflora de una u otra forma, significa que se están planteando otras preguntas: la formación y el crecimiento de una clase dirigente, la reorganización de una hegemonía cultural, la necesidad de establecer una relación más estrecha entre los intelectuales y las masas.
This paper examines Althusser’s readings of Gramsci, from the first critical notes and annotations to his writings on the crisis of Marxism. It highlights the profound ambivalence of Althusser’s interpretations. On the one hand, Gramsci is presented as a precursor, as the only figure within the Marxist tradition deemed to have attempted to think the superstructure, and in particular the political. On the other side, the Gramscian corpus is criticized as the paradigmatic instance of a concept of temporality and politics with which Althusser is in disagreement. Regarding the Althusserian critique, we here identify two distinct phases starting out from a critique of the lack of knowledge of the specific status of the science in general, especially of the science of history, characteristic of the second half of the sixties, Althusser would, in the late seventies, formulate a critique of the Gramscian concept of hegemony which, in his view, erases the question of class domination.
A propósito de la lectura crítica de Nicolás González Varela sobre el libro El marxismo de Gramsci. Notas de lectura sobre los Cuadernos de la cárcel (Buenos Aires, Ed. IPS, 2016)
A partir de una lectura de las notas de Antonio Gramsci sobre el canto X del Inferno de Dante, el artículo se propone volver sobre las tesis del historicismo absoluto elaboradas en los Quaderni del carcere. Volver sobre ellas, pero a partir de la teoría del acto que se vislumbra en las breves notas que Gramsci dedica a la interpretación de las figuras dantescas de Farinata y Cavalcante. En la teoría del acto que Gramsci esboza al momento de aprehender el drama de los condenados es posible advertir otro punto de partida para elaborar un concepto de historia a contrapelo de las filosofías de la historia de la modernidad. Starting from a reading of Antonio Gramsci's notes on Canto X of Dante's Inferno, the article proposes to return to the theses of absolute historicism elaborated in the Quaderni del carcere. To return to them, but starting from the theory of the act that is glimpsed in the brief notes that Gramsci devotes to the interpretation of the Dantesque figures of Farinata and Cavalcante. In the theory of the act that Gramsci outlines at the moment of apprehending the drama of the damned it is possible to notice another starting point to elaborate a concept of history against the grain of the philosophies of history of modernity.
El año 2001 marca para nuestro país el comienzo de una etapa caracterizada como de una crisis múltiple, sea en el plano político, económico e ideológico, de allí, y siguiendo preceptos gramscianos, es que podemos hablar de una crisis de hegemonía, aquella donde la dirección política, intelectual y moral no logra concretarse. Este período encuentra diferentes momentos políticos, los que inicialmente van desde los proyectos de lucha por una mayor autonomía política de las representaciones tradicionales, hasta otro donde el estado logra agregar distintos intereses dispersos en una nueva etapa de conducción política. Este último momento, se consolida con el gobierno de Cristina Fernández, y tiene en un grupo de intelectuales su sostén ideológico. El presente ensayo se inscribe genéricamente en esta etapa histórica del país, y está guiado conceptualmente por algunas categorías teóricas del autor Italiano Antonio Gramsci, en particular aquella donde éste focaliza su atención en el papel político que los intelectuales cumplen en la conformación y constitución de los procesos hegemónicos y contra-hegemónicos. En esta dirección, y centrando la atención en el caso argentino, el trabajo está atravesado por una sencilla pregunta: ¿hasta dónde este grupo de intelectuales avanzan hacia la reformulación de las propias bases del propio sistema capitalista?
Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, 2019
Una de las paradojas de la sociedad contemporanea se hace manifiesta en situaciones de catastrofe. Frente a ellas, como procesos caoticos y desorganizadores, la sociedad se recompone —actualiza su vitalidad— y crea un peculiar momento de efervescencia que hace aparecer fuerzas sociales ocultas en la temporalidad cotidiana organizada por el Estado.
Ciencias Sociales y Religión/Ciências Sociais e Religião, 2020
La Teología de a Liberación en América Latina recupera el inmanentismo marxista, y al hacerlo complementa sus esfuerzos en la construcción y difusión pedagógica de una nueva cultura anti-capitalista, cumpliendo funciones emancipatorias como las adjudicadas por Gramsci al Partido Comunista: desbloqueo ideológico de las masas hacia el socialismo, deslegitimación del orden social vigente, movilización política revolucionaria y legitimación de un proyecto revolucionario. Planteado este paralelismo, el presente trabajo se propone analizar la visión de Gramsci en torno al factor religioso, y anotar las semejanzas con el proyecto de la teología de la liberación latinoamericana, en tanto ambos sostienen una alianza entre cristianismo y marxismo.
Este ensayo explica, con base en una trayectoria muy personal, la importancia de la obra del pensador italiano Antonio Grasmci para la historiografía intelectual y política colombiana, tanto del siglo XIX como del XX. Además de la obra de Gramsci, ha sido importante el diálogo con autores tales como Mijail Bajtin,
Los “descubrimientos” de Gramsci se han repetido en ciclos en la cultura italiana y, aunque de forma limitada, en muchas culturas extranjeras. Igualmente numerosos son los usos, a veces abusos, de su pensamiento y de su propia figura: fundador del partido, militante antifascista, mártir, santo laico. Su rostro -como lo conocemos por una de las poquísimas imágenes que nos han transmitido, intenso y fascinante- se ha convertido en un icono que, como un Che Guevara italiano, ahora adorna camisetas, bolsos, carteles de murales, incluso postales publicitarias, que “venden” productos que a veces no tienen nada que ver con el universo gramsciano. A menudo, como sucede con el “Che”, la difusión del icono es inversamente proporcional al conocimiento de su significado profundo, pero, tratándose de hombres de acción y a la vez de teóricos políticos, quiere dar testimonio de adhesión a una propuesta política (aunque sea bien conocida) y compartiendo un testimonio juzgado, con razón, de heroico.