Huir de la violencia

Diíkê. Revista de Investigación en Derecho, Criminología y Consultoría Jurídica, 2019

Reseña de: Hugo César Moreno Hernández y Mónica Elivier Sánchez González, Homies Unidos. Estrategias de reestratificación desde la sociedad civil, Ciudad de México, Universidad Iberoamericana, 2018.

Nombres Revista De Filosofia, 2012

Del origen En el principio fue la violencia. Violencia primera: empezar por lo segundo. Y, desde allí, cortes, límites, exclusiones, expulsiones. El texto bíblico se construye (pero, ¿hay otra posibilidad?) en base a separaciones. Tajos: entre luz y oscuridad, entre seco y mojado, entre abajo y arriba. Una espada de fuego interceptará, más tarde, el camino de retomo al Edén. Pero antes, una y otra vez, esa espada ha actuado. Lo que queda excluido, de una vez y para siempre, es lo que no incluye la exclusión. Apeiron o alef, indeterminado, el origen que podría estar representado en esa primera letra cae, desde el vamos, fuera del texto. La narrativa no puede sino originarse en la falta de origen, en la separación entre origen y principio. Bordeando el agujero, dibujándolo, lo crea. El texto, se sabe, comienza con la bet, segunda letra del alfabeto hebreo. Sacrificio del todo, caída de la totalidad, apertura al tiempo y a la muerte: lo fundante es la falta. Ruptura. Originicidio. Más tarde, cuando se instituya lo hebreo como tal en la elección de Abraham-y valga el doble genitivo-, el corte hará su aparición literal y significante. La orden de Dios le indica, primero, irse. Cortar, romper con la herencia pagana: alejarse de su tierra, de su casa paterna, para abrir un espacio otro y fundar, en sitio desconocido, la historia. Comienzo del pacto, que se firma luego en el cuerpo, con un corte en el cuerpo. Deberás, dice Dios, circuncidar tu prepucio y el de todo varón de tu casa, y el de todas las generaciones a partir de ahora. Para que haya pacto, debe haber corte. Para que se funde lazo, primero separación. Pacto de circuncisión, se llamará. Alianza de corte. Paradojal, la lógica del lazo señala e. implica la violencia como constitutiva.

Capítulo del libro "Nuevas Plumas del Periodismo Colimense", que desarrolla el cambio en la forma de vida en el estado de Colima, producto del aumentó de la violencia y delincuencia.

Revista Bordes, 2022

¿Será posible que algún día dejemos de levantar la bandera por el cese de la violen-cia?, ¿llegará el día en que podamos, finalmente, dejar de pelear por esto? ¿Será siquiera imaginable la eliminación de la violencia contra las mujeres? Difícilmente podamos contestar afirmativamente a esta pregunta en este presente donde distintos sectores de la sociedad y fuerzas políticas arremeten con fuerza contra los feminismos y sus consignas, que parecen haberse erigido como chivo expiatorio de fuerzas tan reaccionarias como conservadoras. La lucha continúa porque siguen cometiéndose crímenes brutales sobre las mujeres.Cada 25 de noviembre nos recuerda esto: la marca de la violencia como una herida siempre abierta. Una cicatriz que nos despierta y arroja a la memoria. La persistencia de una lucha que parece avanzar al mismo tiempo que convive con numerosas e inagotables manifestaciones de violencia. Repone la latencia de un conflicto que se reabre. Un espec-táculo de la crueldad al que parecemos habernos acostumbrado, hasta que irrumpe, una y otra vez, insistente. Una marca que pone de manifiesto nuestra común vulnerabilidad, la imposibilidad de extirpar el dolor, lo que nos obliga irremediablemente a reconocer, tematizar, nombrar, para actuar sobre ella. Es que algo cabe hacer, algo debe hacerse.

Arquiteturarevista, 2007

Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

"La violencia me ha salpicado las paredes, en las ventanas hay agujeros de balas, he visto un coche agujereado y adentro un hombre con los sesos al aire, pero es solamente el azar lo que me ha puesto eso ante los ojos."

En-claves del pensamiento, 2009