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Tiempo historico y formas de la narracion

2022, Chuy. Revista de estudios literarios latinoamericanos

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Abstract

En este trabajo me propongo analizar las formas narrativas estableciendo vínculos con los cambios históricos que se produjeron en las últimas décadas del siglo XX. En la primera parte presento el tema a través de una lectura de dos capítulos de La mala memoria, de Heberto Padilla. En la segunda,vinculo ciertas estructuras narrativas de ese texto (principalmente el registro memorialístico y la tendencia a realizar prolepsis) con el tiempo de la modernidad en tanto estructurado por la revolución comunista. En la tercera y cuarta parte analizo algunos ensayos de Iván de la Nuez y vinculo las formas estilísticas que utiliza con la caída del muro de Berlín y la disolución de la URSS. Al final propongo algunas reflexiones sintéticas sobre los estilos de Michel Onfray, Nicolás Casullo y César Aira junto con algunas reflexiones metodológicas sobre la importancia del formalismo en la crítica literaria.

Key takeaways

  • Son los tiempos de la revolución cubana y los de la Unión Soviética, pero también es la pluralidad de tiempos del mundo soviético, y lo que descubre es que esos tiempos son aciagos, porque encuentra que los soviéticos tienen las mismas ropas de los años veinte y se conservan los edificios y las plazas de la época imperial, aunque ahora están controlados, observados, vigilados, por la policía secreta y la red de informantes que ésta mantiene.
  • Podemos poner en paralelo esa comprobación con el hecho de que el siglo XVIII y la revolución de 1789 inauguran una forma de comprender el tiempo que está basada en una prolepsis generalizada, porque lo que se propone como forma de organizar el tiempo es la anticipación en el futuro de una sociedad en la que se cierren los conflictos actuales.
  • De la Nuez repara en un detalle de esas fotos: la serie empieza con la cara del Che Guevara que, si no está en el origen, se convierte en el centro mítico de la revolución, y termina con un conjunto de imágenes posmodernas del cementerio de La Habana.
  • Ponte lo había manifestado de otra forma en La fiesta vigilada, al señalar que La Habana se ha transformado en un parque temático de la guerra fría, lo que supone un cambio de signo que va del comunismo a la posibilidad de explotar económicamente los restos en los que se está desarmando la revolución.
  • Con este mapa se podrían pensar también los debates en torno de la autonomía y la posautonomía que gravitaron hace algunos años, pensándolos como dos conceptos que responden de diferente manera al colapso de la revolución.