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En el presente artículo vamos a tratar de recoger una serie de reflexiones sobre las relaciones entre la ética y la economía desde un punto de vista metodológico, en el sentido de cómo entendemos que se tienen que analizar estas relaciones. La pregunta clave a la que vamos a intentar dar respuesta es hasta qué punto la ciencia económica exige un discurso ético; es decir, hasta qué punto los economistas dentro de su razonamiento, dentro de su reflexión, exigen principios éticos para que la economía pueda seguir progresando; y esto es lo que creemos que es la pregunta clave que no siempre está del todo bien respondida o bien planteada dentro del discurso económico.
La relación entre economía y ética ha sido siempre muy difícil, porque en la economía se manifiestan habitualmente comportamientos guiados por los intereses de los individuos, las pasiones de los grupos, las ambiciones y el afán de enriquecimiento y de poderío de muchos, que contradicen los más antiguos y elementales principios éticos. Las formulaciones éticas, por consiguiente, se esfuerzan por corregir tales comportamientos y se esmeran en promover las virtudes y valores individuales y sociales en tan díscolo espacio. La ética se ha siempre empeñado en domar los intereses, las pasiones, las ambiciones, el afán de lucro, etc. utilizando para ello las herramientas que le proporcionan la teología, la filosofía e incluso las ciencias; pero ha tenido en ello poco éxito. Más aún, ha ocurrido que a nivel del pensamiento, esto es, en cuanto al modo en que se ha pensado y concebido la economía, el proceso histórico muestra un progresivo y muy lento pero inexorable camino de autonomización de la economía (de las ideas sobre la economía) respecto a la ética. Tal proceso marca la derrota histórica de la ética, o bien el triunfo de las lógicas puramente económicas sobre las razones y exigencias de la ética, esto es, en última síntesis, el triunfo de los intereses sobre las virtudes.
Analiza la ética desde la visión del entorno económico, político y social de las empresas, es decir, desde los sistemas económicos en general. Se ocupa de cuestiones como la justicia, el desarrollo sostenible, la redistribución de la riqueza, el papel del Estado, la necesidad de una responsabilidad social de las empresas, la explotación infantil o el respeto por el medio ambiente.
lol, 2012
La ética en los negocios 1. La ética de la empresa Los casos de corrupción, especulación financiera e inmobiliaria, intoxicaciones alimentarias, desastres medioambientales, la falta de veracidad de la publicidad, entre otros, han concienciado a la sociedad de la importancia de que la empresa actúe conforme a unos principios y valores éticos. También las empresas reconocen cada vez más la importancia de incorporar prácticas éticas en la gestión empresarial, como elemento en la toma de decisiones y de mejora en la reputación de la empresa. La ética de la empresa se debe hacer patente en todas sus áreas, pero el Departamento que ejerce un mayor impacto en esta materia, el que contribuye a configurar la ética de la empresa y determina en mayor medida la manera de trabajar de los empleados, es el de Recursos Humanos. 1.1. ¿Qué es la ética de la empresa? La ética es una disciplina filosófica cuyo objeto de estudio es la moral. A continuación ex-ponemos dos definiciones de ética: • Para la Real Academia de la Lengua es la parte de la filosofía que trata del bien y del fundamento de sus valores. • Para la filósofa Adela Cortina la ética es: «un saber que pretende orientar la acción humana de un modo racional en el conjunto de nuestra vida». La ética de la empresa trata de aplicar principios éticos en la toma de decisiones y en acciones concretas, y aporta herramientas que eleven el nivel ético de las empresas. Proponemos dos definiciones de ética de la empresa: • Para Adela Cortina es «el descubrimiento y la aplicación de los valores y normas compartidos por una sociedad pluralista al ámbito peculiar de la empresa, lo cual requiere entenderla según un modelo comunitario». • Para la European Business Ethic NetWork (EBEN): «La ética de los negocios es una reflexión sobre las prácticas de negocios en las que se implican las normas y valores de los individuos, de las empresas y de la sociedad». Conviene distinguir también lo que es ética de la empresa frente a lo que es ética del sistema económico y ética de las personas que trabajan en una empresa. Ética económica Analiza la ética desde la visión del entorno económico, político y social de las empresas, es decir, desde los sistemas económicos en general. Se ocupa de cuestiones como la justicia, el desarrollo sostenible, la redistribución de la riqueza, el papel del Estado, la necesidad de una responsabilidad social de las empresas, la explotación infantil o el respeto por el medio ambiente. Los clientes, los ciudadanos y la sociedad en general demandan a las empresas que se comporten de forma transparente, que se comprometan con el desarrollo de sus entor-nos, que sean honestas y responsables en sus comportamientos.
Economía, 2023
Tener una buena economía en nuestro país es indispensable para superarnos y lograr nuestros objetivos, para saber qué ideología política resulta mejor para nuestra economía interpretamos al socialismo como un sistema que busca el control total de la sociedad para obtener igualdad y al capitalismo como un sistema que promueve la libertad y la propiedad privada, siendo este el que lleva a un avance tecnológico y a una mejor vida, logrando que las profesiones como la biomedicina sean una buena opción.
Tratamos de discutir, de un modo breve e introductorio, el lugar que ocupó la economía en la gestación de la Teoría Crítica del siglo XIX. El particular modo a través del cual se articuló filosofía, sociología y economía en una perspectiva que abrió el cauce a reflexiones interdisciplinarias con propósitos prácticos. Asimismo, queremos acercarnos a las variaciones que tuvo en la Teoría Crítica, el acento o centralidad asignada a la economía. Para ello se tomará en cuenta la génesis de la denominada Escuela de Frankfurt, su desarrollo en el exilio y retorno en la postguerra del ’45 y, finalmente, algunas posturas sostenidas en las posteriores generaciones que se desarrollaron en torno al actual Instituto de Estudios Sociales de la Universidad de Frankfurt.
El presente trabajo pretende examinar los códigos de ética. Estos instrumentos entendidos como una forma de concretización de la responsabilidad social de la empresa, tiene como finalidad otorgar normas éticas de conducta a los trabajadores, gerentes y proveedores de una empresa o grupo de empresa. En este trabajo se analiza su concepto y elementos más relevantes, como también una análisis empírico de algunos códigos de ética de las empresas con mayor empleabilidad del país. También se analiza las cuestiones acerca de su exigibilidad, dando algunos argumentos que pudieran esgrimirse a favor de su efecto normativo. Se concluye, sin embargo, que los códigos de ética no tienen una fuerza vinculante suficientemente desarrollada como para ser directamente exigibles, pero que bien pueden servir como elementos probatorios e interpretativos para efectos de determinar los derechos y obligaciones de las relaciones contractuales laborales.
Habíamos hablado que la ética es una rama de la filosofía que piensa o reflexiona sobre la moral. Tiene un carácter universal y busca dar razones fundamentadas sobre cuestiones humanas como lo justo, lo bueno, lo malo, la libertad y los valores. Por su parte la moral es un conjunto de normas que regulan la conducta humana en una sociedad a partir de valores históricos y culturales.
1. Hacia una posición no dualista Hablar de ética, como de cualquier otra cosa, es tratar de la vida humana desde una mirada obviamente finita y eso aconseja cierta humildad en el tono y asumir el carácter provisional de las afirmaciones. Se trata de un discurso contingente, aunque no se reconozca, como la propia peripecia atribulada de los hombres, donde las mayúsculas y los absolutos son inadecuados porque menosprecian la menuda realidad de los hechos y conducen al choque sectario. En esta línea, Fernando Savater se ha hecho eco de Odo Marquard al aconsejar una " dietética del sentido y un adelgazamiento del énfasis " , y remata: " lo contingente no es una lacra en el empeño ético y estético, sino su condición inexcusable " (Savater, 2003: 184 y antes 183). Necesitamos este saber humilde precisamente para fajarnos con mayor tino y sensatez ante los desafíos de una vida siempre incierta y no pocas veces requerida por llamamientos morales problemáticos. Tampoco es preciso tener guías y seguridades a toda costa ni vestir con el nombre de valores lo que son ideologías a veces rígidas y cerradas, sino que más bien conviene aceptar la duda y la revisión de las propias posiciones. En segundo lugar, parece necesario suturar lo escindido, por difícil que resulte ante la complejidad de los asuntos, pero sin caer en una suerte de fusión entre los diversos planos en juego. Quiere decirse que nuestro punto de partida rechaza, por ejemplo, una dualidad que no sea meramente utilitaria entre ética formal y material, o, si se prefiere, la división entre éticas que giran en torno al deber o a la felicidad, así como las tentativas de fundamentación basadas en supuestas estructuras fijas de carácter natural, antropológico o histórico. Tampoco parece que sea acertado reducir lo religioso a lo moral, como a menudo se hace, en detrimento de lo primero. Desde luego que no es fácil argumentarlo, pero se intentará ofrecer una perspectiva que en cierto modo integre esas posiciones. Así, hablar de la ética como ficción significa que hay en el ser humano un resorte libre y creador de proyectos de vida plena, aunque ello no carezca de raíces psicobiológicas, del mismo modo que ese carácter constructivo no responde al capricho sino a las densas relaciones intersubjetivas y culturales, así como a la inteligencia de la imaginación simbólica. La ética es entonces la capacidad no arbitraria de concebir contenidos específicos (valores, fines, normas, etc.) para gobernar la conducta y luego reflexionar sobre su aplicación, por eso concluimos que tales propuestas son inventos revisables (para dar mejores frutos) e
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Félix Campoverde Vélez, 2014
Prometeica - Revista de Filosofía y Ciencias, 2011