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ÁNFORA, 2017
Dejar de existir, ausentarse de la presencia de los objetos y de las personas, es el tema que pretendemos describir en estas líneas, no obstante, de la única forma que podemos hablar de la muerte es desde la vida, o por lo menos no se conoce otra forma, desde un criterio evidencia!. Esta característica ya demarca los límites de esta exposición, primero, no vamos a problematizar las características de la nada después de la vida, aunque en algunos casos las mencionaremos, tema del cuai se especula mucho en los últimos tiempos. Segundo, tampoco nos interesa hacer una descripción patológica del proceso de la muerte: sólo queremos mostrar una aproximación ontológica del dejarse de ser.
Desde la antropología se ha abordado ampliamente el tema de la muerte. Autores como Marc Augé, Jean Baudrillard, o Philippe Ariès, reflexionan sobre la actual "ausencia" de la presencia de la muerte en nuestras sociedades. También tenemos los estudios del ya clásico Thomas Louis-Vincent donde aborda los distintos tipos de muerte. Dentro de la antropología de nuestro país es de destacar autores como Caro Baroja o Miguel Barandiarán quienes nos sitúan en la primera parte del siglo veinte abordando las costumbres dentro de la cultura vasca en relación al rito funerario. Por su parte, Marcial Gondar, en el contexto cultural gallego, se aproxima al estudio de dos aspectos de la muerte: el aspecto relacionado con el rito y el mundo de su representación mental en el mismo. Si bien son más los autores que trabajan la temática, sólo nombro algunos de ellos. En mi aportación abordaré en el tema de la muerte de forma comparativa a dos culturas: la vasca y la gallega, profundizando en su mundo de representación mental a lo largo de todo el siglo veinte y a nivel intergeneracional. Por ello, voy a presentar en este trabajo, la importancia de las creencias para abordar la situaciones no sólo ya con enfermos terminales sino con la enfermedad en sí misma, debido a que ésta despierta de un modo u otro la alerta de la muerte.
Efectuar un balance de la etnografía en México es una tarea que encierra, a la vez, un riesgo y una tentación. Si el riesgo consiste en repetir una historia que ha sido narrada en innumerables ocasiones, la tentación radica en pensar esa historia desde una óptica diferente, que se aleje del relato lineal, evolutivo y a menudo complaciente con que la antropología mexicana se ha contemplado a sí misma. En más de un sentido, este relato ofrece generalmente la imagen de una historia gradual que convierte a las investigaciones etnográficas en la suma de una serie de momentos decisivos. Los grandes momentos de la antropología aparecen, así, como una carrera en el tiempo en la que cada generación hereda el terreno conquistado a la generación siguiente y abre nuevas posibilidades a las investigaciones etnográficas. Al examinar esta trayectoria, sin embargo, uno tiene la impresión de que la etnografía en México no se ha desarrollado tanto en virtud de la antropología nacional como a pesar de ella. Los vínculos que se tienden entre la etnografía y la antropología no siempre han sido los de un matrimonio armónico y cordial en el que ambas disciplinas se profesan una fidelidad mutua. La tensión entre dos vocaciones que persiguen fines y métodos distintos ha terminado por forjar una historia donde las coincidencias son tan abundantes como los desencuentros. En momentos de crisis y desolación, cuando toma conciencia de sus propias limitaciones, la antropología busca restablecer sus vínculos con la etnografía y suele aceptar los términos que ésta le propone para iniciar un nuevo romance. Nuestra situación actual no es, por lo tanto,. El doctor Saúl Millán es investigador de la ENAH.
Seminario Métodos y Técnicas en antropología social Susana Morales RESEÑA: LA ETNOGRAFÍA, SUS MÉTODOS Y TÉCNICAS La etnografía es la ciencia que trata sobre las culturas de los grupos humanos entendiendo por cultura la suma total de lo que el individuo adquiere de su sociedad, es decir, aquellas creencias, costumbres, normas, hábitos alimenticios y artes que no son fruto de su propia actividad creadora, sino que recibe como un legado del pasado, mediante una educación formal o no. El etnógrafo participa abiertamente o no de la vida cotidiana de personas durante un tiempo, viendo, mirando, escuchando lo que se dice, recogiendo y registrando datos accesibles para poder darle interpretación a su trabajo de investigación social.
Etnografías desde el reflejo: Práctica- Aprendizaje , 2021
Un texto que busca reflexionar sobre los nodos empíricos, conceptuales, metodológicos ,sensitivos y afectivos que se presentan durante nuestras practicas etnográficas.
En los últimos años, entre los investigadores de varios campos ha crecido el interés, tanto teórico como práctico, por la etnografía. En gran medida, ello se debe a la desilusión provocada por los métodos cuantitativos, métodos que han detentado durante mucho tiempo una posición dominante en la mayor parte de las ciencias sociales. De todas formas, es propio de la naturaleza de los movimientos de oposición que su cohesión sea más negativa que positiva: todo el mundo está más o menos de acuerdo en qué es a lo que hay que oponerse, pero hay menos acuerdo en la concepción de alternativas. Así, a lo largo de los numerosos campos en que ha sido propuesta la etnografía, o a veces algo parecido a ella, podemos encontrar diferencias considerables en cuanto a las prescripciones y a la propia práctica. Existe desacuerdo sobre si la característica distintiva de la etnografía es el registro del conocimiento cultural (Spradley, 1980), la investigación detallada de padrones de interacción social (Gumperz, 1981) o el análisis holistico de sociedades (Lutz, 1981). Algunas veces la etnografía se define como esencialmente descriptiva, otras veces como una forma de registrar narrativas orales (Walker, 1981); como contraste, sólo ocasionalmente se pone el énfasis en el desarrollo y verificación de teorías (Glaser y Strauss, 1967; Denzin, 1978).
Hace más de medio siglo las inquietudes de los historiadores se enriquecieron tras superar la dependencia esclava del acontecimiento concreto e introducirse en un substrato reivindicado por diversas disciplinas como la psicología, la sociología o la antropología.(i) Este potencial renovador se concretó en la denominada historia de las mentalidades (o antropología histórica o historia sociocultural) que ha procurado introducirse en el universo mental del hombre. Temas hasta entonces poco usuales se han convertido en importantes centros de interés: la sexualidad, las clases marginales, la delincuencia, el miedo, la fiesta, la muerte.. . constituyen una pequeña muestra de todo un amplio abanico de posibilidades temáticas.
arqueología del pasado contemporáneo
Sobre la base de documentación archivística, además de varias actividades con comunidades indígenas andinas y afrodescendientes del extremo norte de Chile, con las que se ha trabajado en la recuperación de la memoria social comunitaria, junto con el desarrollo de etnografías acerca de costumbres y tradiciones realizadas las últimas décadas, se discute respecto de cómo en torno a la construcción de una historia local que se ha nutrido de perspectivas antropológicas y sociológicas para problematizar el pasado fronterizo y la participación regional frente a los dispositivos chilenizadores del Estado, amén de una historiografía nacional que invisibilizó a los actores locales que habitan la periferia del territorio chileno.
EL CANDOMBLÉ BRASILERO. UN PUENTE VIVO ENTRE ÁFRICA Y AMÉRICA, 2017
Revista estudiantil, del departamento de Antropología de la Universidad de los Andes.
Yo cuando comencé a conocer el juego, incluso me llegaron a comentar los ancianos del pueblo que este era el juego del diablo. (Aureliano Soto, 2006)
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