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El tiempo se vierte, indiferente a nosotros; nos defendemos de él invirtiéndolo, revirtiéndolo, divirtiéndolo, subvirtiéndolo, convirtiéndolo. * Escribir es combatir el tiempo a destiempo: a la intemperie cuando llueve, en un sótano cuando brilla el sol. Escribir es un contratiempo. * Quiero preguntarme si la táctica kierkegaardiana es viable en México. En primera instancia, lo dudo; la premisa del escritor europeo es la unidad de un tiempo lineal, que progresa hacia adelante digiriendo, asimilando el pasado. Entre nosotros, en cambio, no hay un solo tiempo: todos los tiempos están vivos, todos los pasados son presentes. Nuestro tiempo se nos presenta impuro, cargado de agonías resistentes. La batalla es doble: luchamos contra un tiempo que, también se divierte con nosotros, se revierte contra nosotros, se invierte en nosotros, se subvierte desde nosotros, se convierte en nombre nuestro. * La coexistencia de todos los niveles históricos en México es sólo el signo externo de una decisión subconsciente de esta tierra y de esta gente: todo tiempo debe ser mantenido. ¿por qué? Porque ningún tiempo mexicano se ha cumplido aún. Porque la historia de México es una serie de "Edenes subvertidos" a los que, como Ramón López Velarde, quisiéramos a un mismo tiempo regresar y olvidar. * Las ruinas norteamericanas son mecánicas, son ruinas de promesas hechas y cumplidas y luego abandonadas por el tiempo y al tiempo en enormes cúmulos de chatarra, cementerios de automóviles, ciudades asfixiadas y fábricas renegridas. * Mientras es progreso norteamericano ha producido basura, el retraso mexicano ha producido monumentos. Las ruinas de México son naturales: son ruinas del origen, de proyectos vitales prometidos y luego abandonados o destruidos por otros proyectos, naturales o humanos. * La paradoja de las promesas en México es que al cumplirse, se destruyen y, al permanecer incumplidas, viven eternamente. El ejemplo primario lo proporciona la conquista española, que, a los ojos indígenas significó, de entrada, el cumplimiento de un mito dorado: el regreso del dios bienhechor, Quetzalcóatl. El tiempo del México antiguo, en la conquista, cumplió su promesa sólo para encontrar su muerte. El tiempo de la colonia fue un tiempo anacrónico que prolongó ficticiamente el orden orgánico de la Edad Media, negando las razones renacentistas, fáusticas, de la propia empresa conquistadora: la colonia negó tanto el tiempo de la antigüedad indígena como el de la modernidad europea. * El clamoroso silencio de Sor Juana Inés de la Cruz significó una mutilación del tiempo que habría de pagarse con una independencia (de España) que no aseguró nuestra independencia ni del pasado indígena entonces desconocido o despreciado, ni del presente moderno que llenó el vacío de la mutilación hispánica con multiplicadas dependencias en los órdenes político, cultural y económico. Las promesas de la modernidad mexicana en el siglo XIX -el liberalismo y el positivismo-se cumplieron a expensas de los lazos comunitarios del derecho, de la dignidad y de la cultura de la población campesina e indígena del país. * La voluntad de actualidad de los hombres de la Reforma, la importación de los esquemas de Adam Smith y Auguste Comte, desconoce la simultaneidad de los tiempos mexicanos. * Sólo la Revolución -y por eso, a pesar de todo, merece una R mayúscula-hizo presente todos los pasados de México. Lo hizo instantáneamente, como si supiera que no sobraría tiempos para esta fiesta de las encarnaciones. La pesada tradición del poder centralista, la inveterada enajenación mental al paternalismo y la razón de ser burguesa pronto convirtieron a la Revolución en Institución; una Institución que rinde homenaje al pasado indígena y revolucionario con palabras y al presente "progresista" y burgués con actos. Nuevamente el culto a la actualidad se traduce en dictadura interna y en hegemonía económica de un imperialismo externo. * Pero el culto retórico a la simultaneidad de nuestra historia es un arma de dos filos: por un lado, justifica, adormece, despolitiza; por el otro, aunque sus promotores no lo desean, mantiene vigentes viejas aspiraciones del pueblo mexicano: el tigre nacional está cloroformado, pero no muerto. * André Breton llamó a México tierra de elección del surrealismo. * El surrealismo es una revuelta contra este orden de cosas; es un ejercicio fulgurante y desesperado de la memoria y de la imaginación por redescubrir todo lo olvidado: las razones del origen y de la unidad. "Todo hace creer -afirma Breton en uno de sus Manifiestos-que existe un cierto punto del espíritu desde el cual la vida y la muerte, lo real y lo imaginario, el pasado y el futuro, lo comunicable y lo incomunicable dejan de ser percibidos contradictoriamente. * Todas las antinomias que, habiendo preexistido a la forma de régimen social bajo la cual vivimos, corren el riesgo de no desaparecer con ella. * En la vida popular mexicana, en sus actos definitivos de amor y muerte, de pasión y revolución, de arte y celebración, los contrarios se encuentran y el deseo no es sino el reconocimiento de una extrañeza previa a la reunión y quizás condición necesaria de esa reunión: la muerte será la vida, la revolución será una fiesta, la pasión será un arte, el espíritu será materia, el accidente será esencia, el cuerpo será alma, Tú serás Yo. Bastan una máscara y una palabra, un saludo o una despedida, una manera de caminar o de mirar, toda celebración que signifique acercarse, reunirse, antes de que la enfermedad, el tiempo, la muerte, la separación puedan triunfar otra vez. * El deseo es amor de otra cosa; es transfiguración. * La nostalgia del paraíso perdido y la imposibilidad del paraíso futuro en el presente deja a la mayor parte de los mexicanos sin más posibilidad que la del paraíso en el instante. * México, el peligro, la extrañeza y la violencia de siglos hace tiempo creó en la gente la convicción de que el fin puede estar a la vuelta de la esquina, en una bala perdida, en un encuentro casual, en un estallido de cólera, en la simple enfermedad, la simple hambre, la simple esclavitud. El llamado gusto mexicano por la muerte sólo se salva en la vida, sólo es parte de la vida, si se convierte en hecho consciente, en compañero permanente, en objeto de celebración y resistencia trágica. La muerte también es el recurso de la transfiguración. * El mañana mexicano no significa aplazar las cosas hasta el día siguiente, sino impedir que el futuro intruya en la sagrada totalidad de hoy, del día presente. Cuando un pasado total late en el presente, el tiempo futuro es abstracto y carece de demasiado valor: mañana puede estar vacío, sólo hoy es plenamente seguro. Paradoja final del tiempo mexicano: el instante es retenido y eternizado dentro de su fugacidad. Todos los lugares comunes (sitios de encuentro) mexicanos nos lo dicen. * El tiempo mexicano nos llega cargado de lo que nosotros podríamos ser; pero esa carga previa es tan enorme, que a menudo nosotros quisiéramos ser tiempo puro contra un tiempo que nos niega, burla, desafía y asedia. * Kierkegaard se refería a un tiempo a escala europea, modelable, manejable. Podía burlarse del tiempo y jugar con él: esconderse del tiempo, no hacer nada y pasar por un hombre activísimo; mostrarse al tiempo, hacerlo todo y pasar por un desocupado. Ser libre. Pero en México es el tiempo el que se burla del hombre y sobre todo del escritor. * Qué lata, dice Cortázar de la Argentina: tener todo el tiempo por delante. Qué incomodidad, digo yo de México: tener todo el pasado por detrás y ser precisamente un escritor de la burguesía, pequeña y grande, capitalina. * México conoce su ruta, no hay por qué impacientarse. Hay una Malinche en su futuro; meta un Cortés en su motor. Confesión o psicoanálisis: curar el pasado. Arte: pintar el pasado. Revolución: restaurar el pasado original. Política: invocar el pasado revolucionario. Amor: monja o prostituta, el pasado define a la mujer: el hombre siempre ha sido, luego es y será siempre, macho: de Huichilobos a Negrete. Religión: el paraíso no se perdió, en él vive Adán Tenochtitlán. Canto: año de 1900, muy presente tengo yo. Inviértase: sin pasado, ¿de qué me confieso? Subviértase: sin revolución, ¿cuál estabilidad? Conviértase: también la Coatlicue ofrece corazones rojos en pleno invierno, igual que tú, Lupita, rosas. * Me muestro combatiendo al tiempo: es decir, a destiempo, a la intemperie; y luego me escondo para escribir, a sabiendas de que cada línea es sólo un contra-tiempo.
2013
Carlos Gómez Carro ¿Cuántas veces se puede morir antes de morir? "Sí, güerita" fueron las últimas palabras con las que Carlos Fuentes, la mañana del pasado 15 de mayo de 2012, se despidió de su mujer y de la vida. Poco antes, habría pergeñado una nota celebratoria de los 80 años de Elena Poniatowska que retrata de modo nítido la generosidad que prodigó siempre a sus amigos, a sus seres queridos. De esto hablaba Gabriel García Márquez en la nota que publicara en el 2008 para celebrar, también, los 80 años de su amigo, "Carlos Fuentes, dos veces bueno". Bueno como escritor y bueno como amigo. En las fotos del escritor lo vemos casi siempre con la mirada interrogante, aguda, casi hiriente, de águila como su nariz, interrogando al mundo, intentando descifrar sus secretos. Ya sea en su inmensa biblioteca en San Ángel, de lector intenso y oceánico, en la contemplación de algún grafiti en la Ciudad de México o del mar en alguna playa de Colombia, en la charla con sus amigos o en la incisiva exposición de sus ideas en algún
2012
En un país de mudos, la presencia de un conversador tan articulado y chispeante como Fuentes nunca pasa inadvertida. Cuando algún personaje importante visita México-J i m m y Cárter, Giscard D'Estaing-, cualquiera de ellos, siempre pregunta por Fuentes y pide verlo c o m o pedir ver las pirámides. El es la estrella más brillante en la constelación de intelectuales mexicanos de importancia" (Elena Poniatowska).
Pocos textos, en la literatura mexicana de imaginación, tiene la belleza y la expresividad de este relato, Aura, en que los procedimientos de la ficción están llevados a sus últimas consecuencias. Las imagenes del sueño alteran la realidad o la realidad se ve contaminada por el sueño. Aura es más que una intensa historia de fantasmas: es una lúcida y alucinada exploracion de lo sobrenatural, un encuentro de esa vaga frontera entre la irrealidad y lo tangible, esa zona del arte donde el horror engendra la hermosura.
Facultad de Filosofía y Letras, UNAM, 2009
Oliva Mendoza, Carlos. Relatos. Relatos. Dialéctica hermenéutica de la modernidad es el estudio de dos narraciones fundamentales en la construcción y formación del discurso moderno. El texto se ubica dentro de la polémica contemporánea que describe. analiza y juzga los modelos y paradigmas de conocimiento que produce, por un lado, un enfoque critico y, por el otro, un enfoque hermenéutico. La originalidad del planteamiento radica en sostener y avanzar desde la tesis que postula que la dialéctica está sometida al despliegue del relato hermenéutico. En este sentido, el autor sostiene que la hermenéutica muestra un conocimiento más complejo y profundo del mundo que la interpretación y producción dialéctica de lo real. En el trabajo se intenta fundamentar dicha tesis y explorar su desarrollo en la estética, la teoría del conocimiento y la filosofía de la historia.
Revista Chilena de Literatura, 1971
La iglesia, el claustro y el convento fueron realizados entre 1634 y 1644 por Francesco Borromini, en 1665 se inició la fachada de la iglesia que sufrió una suspensión debido a la muerte del arquitecto en 1667, los trabajos fueron retomados, de 1670 a 1680, por el sobrino Bernardo Borromini con la ayuda de los diseños que le dejó su tío Francesco. El campanario fue realizado en 1670. El interior es otra espléndida arquitectura de Borromini que, con aparente simplicidad, explota los espacios reducidos presentes confiriéndoles plasticidad única, es difícil comprender en qué punto empieza el proyecto borrominiano, probablemente de la idea de alternar paredes cóncavas y convexas, de hecho Borromini se mueve en el interior de un espacio romboidal obtenido a su vez en el interior del cuerpo de la construcción disponible, o sea un octágono alargado, los niveles superiores fueron concebidos después armonizando las líneas curvas con las más naturales de las formas geométricas alargadas: la elipse. Así pues, la planta se basa en un rombo en el que, en el centro de los lados y en los vértices de los ángulos, Borromini inserta columnas ligeramente divergentes que forman los puntos de anclaje de las paredes curvilíneas, las columnas en el centro de los lados enlazan las partes convexas hacia el centro y las columnas de vértice las cóncavas, las 8 columnas de los lados convexos forman la sujeción del nivel superior, en el intersticio de los puntos de apoyo dos pares de cúpulas que se enlazan en los diferentes espacios dejados por los apoyos, el interior de las cúpulas está decorado con artesonado con tamaño decreciente hacia el interior del radio para dar mayor profundidad a la perspectiva hacia el interior de la relativa sección cóncava.
Primera edición : 1962: 40a. reimpresi6n: 2001: ISBN: 968-411-181-9 © 1962, Carlos Fuentes DR © Ediciones Era, S. A. de C. V. Calle del Trabajo 31,14269 México, D. F. Impreso y hecho en México Printed and made in México Este libro no puede ser fotocopiado, ni reproducido total o parcialmente, por ningún medio o método, sin la autorización por escrito del editor. This book may not be reproduced, in whole or in part, in any form, without written permission from the publishers El hombre caza y lucha. La mujer intriga y sueña; es la madre de la fantasía, de los dioses. Posee la segunda visión, las-alas que le permiten volar hacia el infinite del deseo y de la imaginación... Los dioses son como los hombres: nacen y mueren sobre el pecho de una mujer...
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