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Alarmante informe sobre el narcotráfico en la Isla Se prevé un futuro de más muertes y más envío de droga a través de Puerto Rico.
2017
Resumen El presente artículo pretende dar pistas sobre las maneras en que el poder masculino emanado del narcotráfico influye en las imágenes del cuerpo femenino en el largometraje mexicano de ficción Miss Bala de Gerardo Naranjo (2011). El ejemplo del cortometraje El otro sueño americano de Enri-que Arroyo (2004), será también presentado para introducir el análisis de Miss Bala y mostrar que la violencia ejercida sobre el cuerpo femenino en la película de Naranjo es lejos de ser un caso aislado. Se analizará cómo el cuerpo de la mujer es presen-tado en estas obras a manera de espacio de ex-presión de la dominación patriarcal necropolítica asociada a la violencia surgida con el narcotráfico. Más específicamente, se explicará de qué mane-ras se puede considerar que la película de Naranjo limita el control que tiene el personaje femenino sobre su cuerpo y perpetúa en este sentido ciertas representaciones arquetípicas de género a pesar de su aspiración denunciadora de los abusos su-fri...
Narcos ha vuelto, en el curso del último año, a ser una de las series de punta de Netflix. La primera temporada fue lanzada el 28 de agosto de 2015, cuando la plataforma todavía tuvo que entrar en el mercado español. Con el paso de los meses, gracias sobre todo al pasa-palabra de los usuarios, Narcos ha recogido mucha gente hasta convertirse en una de las series más esperadas del 2016. La segunda temporada ha estado disponible en todo el mundo a partir del 2 de sep- tiembre 2016. Netflix, mientras tanto también es desembarcada en España, ha creado por el país un lanzamiento en gran estilo.
El país, y los colombianos, cargan consigo una gran mancha o secuela, que ha dejado la gran ola del narcotráfico, más específicamente en la década de los 80 y principios de los 90, para recordar solo es necesario mencionar a Pablo Escobar.. Sin duda alguna, no hay mejor manera de describir sus efectos, a como lo hizo Jineth Bedoya, en su artículo titulado "Guerra contra el narcotráfico: 20 años de dolor, muerte y corrupción", publicado por el Tiempo: "El narcotráfico creó prototipos de vida, permeó a las guerrillas, alimentó a los paramilitares, engendró un modelo sicarial "de exportación", implantó en la mente de los jóvenes la consigna del "dinero fácil", cambió los cuerpos de las mujeres, corrompió a la política, alienó a los más dignos integrantes de la Fuerza Pública y se convirtió en el vital combustible del conflicto armado.", un motor maligno para la sociedad, porque la oferta para aquellas personas con necesidad, se presten como mulas o, hasta personas con el denominado "sueño americano", son utilizadas por personas inescrupulosas, cuyo fin es enviar su mercancía a toda costa, y sin despeinarse. La guerrilla instaurada en las selvas colombianas también vio en el narcotráfico, un negocio muy lucrativo, y ante todo un medio de financiación para sus actos y su sostenimiento, por esta razón son dados a vigilar con recelo, sus cultivos de coca. El modelo de vida de un narcotraficante, ha sido un ejemplo, para muchos jóvenes que con mentes ambiciosas, ven en este negocio el camino "más fácil", para obtener grandes sumas de dinero. Dinero, dinero en abundancia, con esto, los narcotraficantes, tuvieron la oportunidad de adquirir bienes a su antojo, como también lograron corromper la mente de gran cantidad de funcionarios públicos, entre estos políticos y miembros de la fuerza pública, pudiendo obtener comodidades para el libre funcionamiento de su ilícito negocio, y hay ejemplos, de que estos fueran capturados, pero con el poder corruptivo quedan con facilidad de nuevo en libertad.
La historia del narcotráfico en México es convulsa y va acompañada de un nivel de violencia extremo. Desde que comenzaron las primeras ofensivas reales contra el narco en los años 80 hasta nuestros días, los éxitos de los sucesivos Gobiernos han sido prácticamente inexistentes. Por el contrario, los cárteles se han multiplicado, sofisticado y expandido por gran parte de la geografía mexicana. ¿Cuáles han sido los errores y por qué nadie ha sido capaz de frenar el todopoderoso crimen organizado? El origen del narcotráfico en México es incierto y está rodeado de sombras. Mientras que muchos señalan a los inmigrantes chinos, llegados a México a principios del siglo XX con el equipaje cargado de sus conocimientos sobre el cultivo de opio y su dependencia a esta droga, otros creen que realmente el problema empezó décadas más tarde, cuando Estados Unidos, bajo la Administración de Franklin Delano Roosevelt, supuestamente impulsó el cultivo de la amapola en suelo mexicano. El supuesto plan consistía en producir la gran cantidad de morfina necesaria para calmar los dolores de los militares estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial. Fuera como fuese, lo cierto es que desde aquellos orígenes el narcotráfico se ha convertido en un gigante ingobernable que no para de aumentar su poder, que penetra en los cuerpos y las instituciones del Estado y es responsable de unos niveles de violencia salvajes. Según el Observatorio Nacional Ciudadano, México podría haber alcanzado los 19.000 homicidios a finales de 2016, una cifra que supone un aumento del 3,2% respecto al año anterior. También ha crecido el número de secuestros y extorsiones, de manera que, a pesar de algún éxito puntual que se anotó el Gobierno en la reducción de los niveles de violencia entre 2013 y 2014, todo indica que las cifras a finales de 2016 volverán a ser igual de desastrosas que al inicio de la legislatura del actual presidente del Ejecutivo, Enrique Peña Nieto. Y no solo aumentan las víctimas, también lo hace la expansión de los delitos por la geografía mexicana, algo que demuestra que el presidente y su equipo fracasan en el control de territorio a pesar de la gran inversión económica que se realiza para intentar frenar la violencia en el país. Sin embargo, el fracaso del actual presidente en la lucha contra el narcotráfico no es algo novedoso y exclusivo de su mandato. La expansión y el éxito del crimen organizado en México es la historia de un fracaso político desde el Gobierno de Miguel de la Madrid, que en 1985, presionado por Estados Unidos, lanzó la primera ofensiva real contra el narco en respuesta al asesinato del agente Enrique Camarena, de la agencia antinarcóticos estadounidense (conocida en inglés como DEA), a manos del Cártel de Guadalajara, antes conocido como la Organización de Sinaloa. Las autoridades lograron entonces detener a los líderes Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca, Don Neto. Habría que esperar hasta 1989, ya bajo el mandato del presidente Carlos Salinas de Gortari, para ver cómo caía el fundador del cártel, Miguel Ángel Félix Gallardo. Con un golpe de esa magnitud, se esperaba que se debilitaran profundamente los pilares del narcotráfico y se desplomara toda la estructura, pero nada más alejado de la realidad. Por aquel entonces, el pastel se lo repartían el Cártel de Guadalajara y el del Golfo, pero el descabezamiento del primero dio lugar al surgimiento de otros tres cárteles: el de Sinaloa, el de Juárez y el de Tijuana. Desde los años 70, los cárteles han pasado de ser dos a nueve, a los que hay que sumar sus 37 células delictivas aliadas. Además, el 60% de los estados mexicanos sufre la presencia de al menos un cártel del narcotráfico. Las organizaciones sobreviven independientemente de la detención o caída de sus líderes, porque no se realizan las investigaciones sobre las redes de lavado de dinero ni sobre los poderes políticos que realmente son su soporte. La debilidad del Estado, la corrupción de las autoridades, el fallo del Estado de Derecho y la falta de una política de drogas integral son los ingredientes de la receta de la expansión del narcotráfico y el consiguiente aumento de la violencia.
En el contexto de la Administración Obama, el gobierno de los Estados Unidos ha ido perfilando su geo -estrategia de dominación hacia México y la subregión centroamericana, utilizando su cooperación en la lucha contra el narcotráfico como un elemento de justificación político-diplomática con varios objetivos. Entre estos son identificables, la necesidad de lograr una mejor imagen en América Latina, mejorar su estado de control político y militar sobre la región, evitar el fortalecimiento de procesos políticos antagónicos a su proyecto imperial y consolidar su concepción geoestratégica y geopolítica en Latinoamérica. Para ello, el traspatio resulta vital, de manera que la estrategia a seguir para México y Centroamérica ha tenido varios pilares, en torno a la polémica Iniciativa Mérida.
Estamos acostumbrados al término de " Guerra " , es muy común que en el mundo actual escuchemos que en el mundo ha habido tantas muertes debido a ataques con ese fin, con el de matar personas. Cada vez se pone peor la situación en el mundo, recuerdo haber visto cierta vez un documental sobre cómo es la vida en Israel, en Jerusalén, la llamada tierra santa; contaban que no había día en el cual no existiera por lo menos un muerto, y además existía un acto tan grande de cinismo que los habitantes conmemoraban desfiles en honor a los caídos en días anteriores. Ya aterrizando en territorios nacionales, ese reportaje me recordó de inmediato a Ciudad Juárez, ciudad del norte de nuestro país que a finales de la década pasada se vio afectada por una ola de violencia, muertes a diario, capturas de capos de carteles, el país se metió en una guerra contra el narcotráfico. Hablar del narcotráfico es, en muchos sentidos, hablar del Estado. Es imposible entender esta actividad sin el papel que ha desempeñado el Estado en su surgimiento, al declarar la producción, tráfico y consumo de algunas drogas como una actividad ilegal. Pero también es difícil entender su poder y alcance sin la protección del Estado a esta actividad. Obviamente, estamos hablando de un entendimiento que tiene como base la corrupción pero que va más allá de eso: en el fondo lo que hemos visto en el siglo XX en México y en muchos otros países del Continente, incluido Estados Unidos, es un matrimonio por conveniencia entre el narco y el Estado. Y en ello hay que ser muy claros: no es sólo el beneficio personal e ilegítimo que obtiene un funcionario encargado de combatir el narcotráfico por mirar hacia otro lado cuando pasa un cargamento de droga. Son los beneficios que deja el narco a la economía de un país, los empleos que genera, la infraestructura que crea, los vacíos que llena ahí donde el Estado no llega. Es el papel de proveedor de servicios públicos que el propio Estado no alcanza a desempeñar. En otras palabras, el peso del narco en un país va más allá de la corrupción: es un actor económico importante, y puede llegar a ser imprescindible.
El narcotráfico y consumo de estupefacientes han sido actividades realizadas con diversos motivos en el transcurso de la historia humana, sin embargo, en el último siglo el consumo de cierto tipo de sustancias consideradas perjudiciales a la salud han sido condenadas a la prohibición y por consecuencia a la criminalización de las mismas.
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Drogas ilícitas y narcotráfico, 2017
Narcotráfico y control territorial: Una mirada desde el Ejército, 2017
Seguridad marítima, retos y amenazas, 2017