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LA GUERRA ESPIRITUALComo la última parte del libro RECUPERANDO EL DOMINIO, del mismo autor, saco este estudio que nos muestra un panorama de la verdadera guerra espiritual que debe enfrentar la iglesia para establecer el Reino de Dios, que cada cristiano como guerrero debe estar listo para pelear y prevalecer. Dentro de los doce cuadros de la iglesia que Dios revela en la epístola a los Efesios, el último la presenta como un poderoso ejército, que librará las batallas que sometan a todos los enemigos de Dios y los pongan por estrado de los pies de Cristo. Los guerreros de este ejército están bien entrenados y pertrechados para ser más que vencedores, conquistar toda fortaleza y permanecer firmes después de acabar con todo. Dios ha equipado a cada soldado de su ejército con siete armas poderosas para garantizar su victoria contra las fuerzas de las tinieblas, que como veremos, son específicas para enfrentar a diferentes poderosos enemigos hasta derrotarlos por completo (Ef. 6:10-18, Cant. 6:4, 10). TRES ENEMIGOS A VENCER Israel es una figura de la iglesia y cada soldado israelita de los creyentes, (1 Co. 10:1-6); Egipto, es un tipo del mundo; los desiertos que Israel peregrinó rumbo a Canaán, de las disciplinas de Dios sobre la carne; las tribus que vivían en Canaán y que había que derrotar y destruir para conquistar la tierra prometida, del diablo y sus recursos para impedirnos poseer nuestra herencia. Un cristiano tiene sus conflictos con el mundo cuando es niño en Cristo; con su carne cuando es joven, y con el diablo cuando es maduro, apto para librar la guerra espiritual que establezca el Reino de Dios. EL MUNDO. El creyente recién convertido va tener en primer lugar conflictos con el mundo, ya que su estilo de vida o costumbres era mundano, y enfrentará el choque de su nueva naturaleza con esa manera de vivir; su forma de hablar, sus amigos, los lugares que frecuentaba, lo que hacía. El mundo es el reino del diablo, así que esa será la manera en que tratará de recuperar el terreno perdido, atrayendo al niño en Cristo a su vida vieja. Faraón puso a Moisés cuatro objeciones para impedir que se fueran de Egipto, pues sabía que si de alguna manera los retenía, podría seguir abusando de ellos al mantenerlos bajo su yugo de servidumbre (Ro. 9:17, Ex.8:28, 10:10-11, 24, 12:31-33). LA CARNE. El segundo enemigo a vencer es la carne; la manera en que Dios entrenó a su pueblo, después que lo sacó de Egipto y los hizo peregrinar por doce desiertos, en cuarenta y dos jornadas, nos enseña el camino de la disciplina que nos desarrollará para ser vencedores sobre nosotros mismos (Ex. 13:17-18): Los deseos, las inclinaciones, los pensamientos sucios, los apetitos pecaminosos, el temperamento, los malos hábitos, las pasiones, el egoísmo, etc. Si nosotros mismos somos el enemigo a vencer, debemos aprender a mortificar la carne por el Espíritu para madurar espiritualmente. Así que, como hemos estudiado anteriormente, el diablo tratará de usar la carne para derrotarnos e impedirnos progresar en nuestra vida con Dios (Ex. 17:13-16), y como en la vida cristiana, no avanzar equivale a retroceder, nos veremos como Israel, dando vueltas en los desiertos, hasta que