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Las polémicas con el protestantismo acerca de la perpetua virginidad de María han desviado desafortunadamente nuestra atención sobre el lugar de la familia humana extensa de Jesús y de sus relaciones con Él en los Evangelios y en la primitiva Iglesia, lo cual es digno de estudio y análisis. Los Evangelios de la Infancia de Jesús dicen sólo que Isabel, la madre del Precursor, estaba emparentada con María, sin precisar el grado de parentesco, y que Ella y José buscaron entre parientes a su Hijo perdido a los doce años. Es sintomático que nunca hablen de hermanos suyos. La primera cuestión que nos asalta es si María era descendiente de David, ya que san Lucas especifica que tanto Isabel como su esposo Zacarías pertenecían a la tribu de Leví. De la genealogía de María las Escrituras no dicen absolutamente nada, mientras que se nos dan dos de José, bastante divergentes, a partir del Destierro. Tales divergencias parecen deberse a la costumbre de la época de usar varios nombres. Así Mateo también se llamaba Leví; Pablo, Saulo; san Judas, Tadeo… Mateo y Lucas sencillamente recurren a fuentes diferentes. San Pablo afirma, es cierto, que Jesús fue descendiente de David según la carne, pero no sabemos a ciencia cierta el alcance de tal expresión, pues en las Escrituras el vocablo 'carne' admite una pluralidad de sentidos más o menos metafóricos, a veces con connotaciones peyorativas, como lo humano, lo creado, lo pasional, lo instintivo…. Precisamente en la Revelación la consanguineidad se definiría más por la sangre que por la carne, como en varias lenguas antiguas y modernas. En definitiva la expresión "según la carne" podría significar simplemente: "según la ley humana" o algo similar. Algunos interpretan la frase de Lc 2, 27: "de la casa de David", como posiblemente referida a ambos José y María. Sintácticamente esta exégesis resulta forzada y, además, los Evangelios justifican siempre la ascendencia de Jesús a partir de José, no de María: en las Escrituras la descendencia legítima se toma siempre a partir del padre, no de la madre. La Tradición ha afirmado desde temprano que María era también descendiente de David, pero esto puede deberse a un prurito de justificar la mesianidad de Jesús con la descendencia biológica, entendiendo así los pasajes de las Escrituras anunciantes de que el Mesías sería hijo de David. Ahora bien, esto no significaba que debía descender biológicamente de David. José, descendiente de David, era verdadero esposo de María en el momento de la concepción de Jesús, y ésta tuvo un origen divino, fue obra del Espíritu Santo. Ello solo podría ser suficiente para hacer de Jesús verdadero descendiente de David a través de José: Jesús no es un hijo adoptivo de José. El Evangelio de san Mateo afirma claramente que María es ya mujer de José en el momento de la Anunciación, pese a que aún no convivían: "No temas recibir a María, tu mujer". También Lucas entiende los desposorios de María con José como un verdadero matrimonio: "José subió también con su mujer, con la que estaba desposado". Una cuestión anexa es la de si existía en María un propósito o un voto de virginidad antes de su matrimonio con José. Es lo que deducen muchos de la respuesta de María al Ángel que le anuncia que concebirá: "¿Cómo será eso? Pues no conozco varón". También ha influido desde temprano el apócrifo Protoevangelio de Santiago, según el cual María fue consagrada al Señor en el Templo de Jerusalén desde niña y fue entregada como mujer a José, ya anciano, viudo y con hijos, a fin de que éste preservase su virginidad. Ahora bien, el Protoevangelio no habla, a diferencia de la posteridad, de ningún voto ni propósito de guardar virginidad en María, presenta ésta tan sólo como una vocación 'informal' de María.
Certificado por INDAUTOR sábado 1° de septiembre de 2018 1° sábado Verde / Blanco Feria o Misa votiva de SANTA MARÍA, MADRE DE LA IGLESIA MR p. 1128 [1175] / Lecc. II p. 741
Una explicación de la creencia cristiana de Dios, Santa María y la comunión de los santos y las santas
La evaluación forma parte constitutiva del proceso de enseñanza, cumpliendo un rol central en la promoción y en el logro del aprendizaje. La evaluación debe tener como objetivo: • Medir progreso en el logro del aprendizaje • Ser una herramienta que permita la autorregulación de la alumna • Proporcionar información que permita reconocer fortalezas y debilidades de las estudiantes y sobre esa base, retroalimentar la enseñanza y potenciar los logros esperados dentro de cada asignatura • Ser una herramienta útil para orientar la planificación Para promover el aprendizaje por medio de la evaluación, ésta adquiere su mayor potencial al considerar lo siguiente: • la evaluación debe constituirse en la recopilación sistemática de trabajos realizados por las estudiantes, de tal manera de recibir información sobre lo que saben y lo que son capaces de hacer durante el proceso • la evaluación debe considerar la diversidad de estilos de aprendizaje de las alumnas. Para esto se debe utilizar una variedad de instrumentos (proyectos de investigaciones grupales e individuales, presentaciones, informes orales y escritos, revistas y diarios de aprendizaje, evaluaciones de desempeño, portafolios, pruebas orales y escritas, controles, entre otros) • los criterios de evaluación deben ser conocidos por las estudiantes antes de ser evaluados • los docentes utilizan diferentes métodos de evaluación dependiendo de los diferentes objetivos a ser evaluados (la evaluación a partir de la observación, la recolección de información , la autoevaluación y la co evaluación) • la evaluación como aprendizaje involucra activamente a las estudiantes en sus propios procesos de aprendizaje. Cuando los docentes le dan el apoyo y la orientación y les proporcionan oportunidades para la reflexión, la autoevaluación y la co evaluación, las alumnas asumen la responsabilidad de su propio aprendizaje y desarrollan la capacidad de hacer un balance de lo que ya han aprendido, determinar aquello que aún no han aprendido y deciden la mejor manera de mejorar su propio logro. • La devolución y comunicación de los resultados de aprendizaje de las estudiantes se convierte en una actividad crucial para evaluar la construcción de conocimientos y por otra parte, para elaborar otros nuevos. Al compartir la información con las alumnas se logra que se impliquen activa y personalmente, en la valoración y mejora del aprendizaje, a partir de los datos que la evaluación les aporta.
MONOGRAFIA PARA LA LICENCIATURA EN TEOLOGIA SISTEMÁTICA
Un resumen de ideas sobre conceptos bíblicos y su campo semántico
Estudios Bíblicos 61 (2003) 65-83, 2003
https://dichoporescrito.wordpress.com/2018/12/26/jesus-y-su-religion/, 2018
Salesianum 80, 2018
SOCIOLOGÍA: PERSPECTIVAS Y DEBATES, 2004