Exposición basada en un proyecto educativo sobre la exploración de la vida a través de los sentidos. Tuvo por objetivo profundizar y ampliar ideas de los niños sobre la investigación, los investigadores y los entornos científicos. Fue desarrollado en dos etapas: una de conformación del grupo, y una segunda de desarrollo y ampliación de contenidos del proyecto de investigación. En la primera construimos soportes que estructuraron la propuesta atendiendo a los intereses y problemáticas grupales e individuales: una caja donde cada chico depositaba lo que se quería contar en grupo, armado de árboles genealógicos individuales en cuadernos, intercambio de anécdotas sobre las historias de los chicos, etc. En la segunda etapa transformamos esa caja en un personaje –“Macano Marimar”-, construimos con hojas, ramas, papeles, pedazos de un rollo de película, un árbol común a todos –“el Árbol de la Vida”- y transformamos los cuadernos de registro de las actividades plásticas, en cuadernos de investigación. El proyecto tiene dos dimensiones paralelas que se enriquecieron mutuamente: una ficcional y otra real. En la primera construimos un relato que narra las aventuras de Macano Marimar en su encuentro con objetos, sujetos y procesos de conocimiento: se encuentra con un laboratorio adentro del Arbol de la Vida, realiza experimentos, viaja, se comunica con un otro. En la “realidad”, hicimos experimentos, viajes, construimos, visitamos laboratorios, etc. El eje central del proyecto fue la historia del encuentro entre Macano Marimar –una caja intervenida plásticamente de manera colectiva por los chicos, transformada en personaje protagónico de un cuento, acompañante y representante en los viajes del grupo- y el Árbol de la Vida, que a su vez es el encuentro de los chicos con el mundo del conocimiento haciendo uso de sus sentidos. En la ficción que fueron produciendo se narran las aventuras de este personaje en su interacción con objetos, sujetos y procesos de conocimiento; en la realidad los chicos usaron diferentes lenguajes expresivos para producir el relato y vivenciarlo. Todo esto implicó el trabajo con materiales diversos, experimentos ópticos, invención de artefactos, degustaciones, juegos de percepción táctil, viaje al Tríptico de la Infancia en Rosario, encuentros con estudiantes de ciencias naturales, museólogos y científicos.