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Desde esta perspectiva, la construcción de sociedades fuertes y, del mismo modo, de gobiernos fortalecidos, supone la construcción de unos también fuertes y comprometidos lazos entre éstas y los lugares específicos (topos) que habitan; unos lazos que dada la innegable naturaleza emocional que los caracteriza, en razón de dar cuenta de la correspondiente adscripción (philia-ción) de tales sociedades a los mismos, no pueden ser menos que phílicos.
Espacios de expresión artística mediante el uso de diversas técnicas como grafitis, pinturas, murales, plantillas, etc A
In the habitual cities, the Public Space is the one that gives identity and representation to the locality, which allows to be shown and to be revived in its urban aspects such as environmental, cultural and social, which multiplies the actions and the diversity of the different spaces Public that have been designed with urban references and the corresponding regulations in this way, to identify how it works and the behavior of the inhabitants in the sector to intervene and cities where the environmental mentality and landscape corresponds to the organization of public space.
¿Por qué hablar todavía hoy de calidad urbana? La ciudad contemporánea ha cambiado sus caracteres genéticos, dando lugar a nuevas formas de asentamiento que a menudo no son comparables con los de la ciudad “tradicional”. Por eso, hoy en día es difícil hablar de ciudad, si no de diferentes ciudades. Y la ciudad contemporánea corre el riesgo de convertirse en un no-ciudad. La difusión de “fenómenos urbanos”, que al principio se nombraron no-lugares y ahora se empieza a llamar super-lugares o hiper-lugares, ha reproducido - o al menos intentado a reproducir - la ciudad en un entorno clausurado, en set publicidarios, absolutamente falsos e independientes e indiferentes al entorno territorial o urbano en el que se ubican. ¿Pero, como planificadores, todavía somos capaces de especificar cuáles son los factores de la calidad urbana y tenerlos en cuenta para los fines de la planificación urbana y la definición de las políticas urbanas? La ciudad siempre ha sido el lugar que expresa una comunidad. Como tal, debe tener una fisonomía bien definida, debe ser inmediatamente reconocible, debe tener valores formales y figurativos que representan a esa comunidad y no a otras. Debe tener “calidad urbana”. Los caracteres de calidad urbana se pueden encontrar en tres elementos básicos: - la definición de los límites - y sublímites - del organismo urbano; - la complejidad funcional; - la calidad del espacio público. Y es precisamente el espacio público que constituye la armadura de la ciudad. Sin embargo, la historia reciente de la ciudad misma nos enseña que no siempre la cantidad y calidad de espacio público de relacionón es igual para todos. En las periferias contemporáneas, por ejemplo, estamos siendo testigos de la desaparición de la componente cualitativa y de relación del espacio público, que pierde su función fundamental estructurante y constituye sólo el conjunto de espacios de resulta que los distintos objetos construidos (o las arquitecturas) quedan libres. Y con el espacio público, en un mecanismo bidireccional de causa/efecto, incluso desaparecen todas las funciones urbanas que tuvieron lugar allí en el mismo a través de ella se mantienen vivos. La reflexión sobre los factores de la calidad urbana debe hacer entonces un paso adelante. La ciudad debe volver a ser escena urbana siempre viva en todos sus espacios que son públicos y por lo tanto colectivos, donde la arquitectura, abandonada la autoreferencialidad que muchas veces la ha caracterizado el siglo pasado, reconquista su innato rol urbano. Dado que la ciudad es un “hecho complejo”, multifuncional e integrado.
La superficie de la tierra es estudiada por la geografía como interrelación de elementos abióticos (aquellos componentes del medio físico que no están dotados de vida como las rocas, el agua, los elementos atmosféricos, etc.) bióticos (componentes de la naturaleza dotados de viada: vegetación y fauna), y antrópicos (aquellos componentes elaborados por el hombre como casas, caminos, etc.). Dependiendo de la proporción de cada uno de los elementos integrantes del paisaje, se constituirán diferentes tipos, en cuyos extremos tendríamos los paisajes naturales, tanto abióticos como bióticos, en los que dominan casi en exclusiva los elementos del medio físico (selvas, bosques, desiertos) y las ciudades, en los que dominan casi en exclusiva los elementos humanos. Existen sin embargo, otros paisajes de composición mixta, en la que intervienen tanto elementos del medio físico como del humano, entre los que se encuadra el paisaje rural. Gráfico 1. El paisaje rural en relación con el resto de paisajes. El paisaje rural está constituido, por una serie de elementos físicos abióticos, como el suelo, el agua, la atmósfera y sus componentes, etc. y bióticos, vegetación natural, animales salvajes; pero contiene un alto grado de transformación debido a las actividades humanas, tales como el cultivo de plantas, cría de animales domésticos, construcción de su hábitat e infraestructuras necesarias para la subsistencia, etc. Así pues las actividades económicas desarrolladas sobre ese territorio transforman
Deberá entenderse por equipamiento urbano al conjunto de unidades físicas generadas tradicionalmente en el medio urbano, cuyo valor de uso es predominantemente público, donde se proporcionan servicios a la población.
eciencia.urjc.es, 2010
Poussin se convirtió en uno de los pintores más importantes de Roma sin necesidad de trabajar al fresco, sin ser empleado por el papa y pintando en tan sólo una o dos ocasiones cuadros de altar, gracias al poder, durante la primera mitad del siglo XVII, del patrono independiente para fabricar la reputación de un artista y guiar su evolución. Limitándose deliberadamente a un público restringido de eruditos y humanistas, pronto pasó de los generalizados cuadros de batalla con que se vio obligado a inic iar su carrera a una interpretación cada vez más compleja de la religión y la mitología, a menudo tan difícil de entender como las grandes pinturas del Renacimiento florenti no producidas, en circunstancias algo parecidas, casi doscientos años antes. Nunca es tuvo Roma tan cercana a la cultura y la política francesa como durante los veinte años la rgos del pontificado de Urbano VIII. Ni había habido, desde hacía muchas generaciones, ta l círculo de entendidos de formación intelectual, atentos a las últimas tendencias de la ciencia y la estética, dispuestos a fomentar una imaginería compleja y una forma de expresión artística más contenida y aristocrática que la que llenaba las iglesias y los palacios de los poderosos. Con todo, lo patronos independientes de esta clase no fueron los únicos que quebrantaron el monopolio de la Iglesia y la aristocracia en la Rom a de principios del siglo XVII. Con el creciente atractivo de la ciudad para los turi stas y las incertidumbres económicas cada vez mayores, las condiciones del patronazgo se relajaron gradualmente, y proliferaron de manera asombrosa los comerciantes de a rte profesionales, en contacto directo con los pintores vivos. Pero mucho más eficaz que cualquier tipo de comerciante a la hora de poner en contacto al artista con el público general fue la extensión gradual de las exposicio nes artísticas; las ocasiones principales para ellas las brindaban las numerosas festi vidades de los santos y las procesiones, que eran un elemento tan importante de la vida del siglo XVII. La fiesta del Corpus Christi, sobre todo, se relacionaba con la exhibición d e cuadros, pero no tenía ni mucho menos el monopolio. Parece que no existía un lugar preciso para ello, y los artistas probablemente hacían su exposición indistintamente con otros artesanos o mercaderes que mostraban su mercancía. Es evidente que ningún artista consagrado pensaría jamás en rebajar su dignidad de esta manera, y los que participaban generalmente eran especialistas menores en paisajes y cuadros de géne ro, y sobre todo pintores recién llegados a Roma o que volvían tras una larga ausencia.
Puedo tomar cualquier espacio vacío y llamarlo un escenario desnudo. Un hombre camina por este espacio vacío mientras otro le observa, y esto es todo lo que se necesita para realizar un acto teatral. Sin embargo, cuando hablamos de teatro no queremos decir exactamente eso. Telones rojos, focos, verso libre, risa, oscuridad, se superponen confusamente en una desordenada imagen que se expresa con una palabra útil para muchas cosas. Decimos que el cine mata al teatro, y con esta frase nos referimos al teatro tal como era cuando nació el cine, un teatro de taquilla, salón de descanso, asientos con bisagra para permitir libremente el paso del público, candilejas, cambios de decorado, entreactos, música, como si el teatro friera por propia definición esto y poco más. Intentaré descomponer la palabra en cuatro acepciones para distinguir cuatro significados diferentes, y así hablaré de un teatro mortal, de un teatro sagrado, de un teatro tosco y de un teatro inmediato. A veces estos cuatro tipos de teatro coexisten, uno al lado del otro, en el West End de Londres o en Nueva York friera de Times Square. Otras veces se encuentran separados por centenares de kilómetros, el teatro sagrado en Varsovia y el tosco en Praga, y en ocasiones son metafóricos: dos de ellos se mezclan durante una noche, durante un acto. A veces, también, los cuatro se entremezclan en un solo momento.
ESPACIOS URBANOS. FOTOGRAMA 008, 2016
Josefina González Cubero, Sara Pérez Barreiro e lván Rincón Borrego (eds.).
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Acta Sociológica, 2012
Análisis de la materialidad del espacio público. El caso de la nueva plaza “Camp de l’Arpa” (Barcelona), 2016