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2012
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Desde hace al menos tres decadas el concepto de igualdad —en particular, el concepto de igualdad distributiva— ha estado en el centro de la discusion contemporanea sobre justicia distributiva. La idea que las desigualdades inmerecidas deberian ser eliminadas y que las desigualdades merecidas deberian ser preservadas es una de las maneras mas relevantes a traves de la cual el ideal de la igualdad ha sido recientemente defendido. El objetivo principal de este trabajo es argumentar contra el valor intrinseco de la igualdad entendida de esta manera apuntando a una importante confusion: aquella entre el valor de la igualdad y el valor de que las personas tengan lo que merecen.
Tdx, 2007
son apartados de la distribución de bienes por la hegemonía de algunos de los principios sucesivamente elegidos para tal adjudicación: el mercado, el mérito, la necesidad". 2 Recientemente Daniel Raventós denunciaba como la principal justificación de la desigualdad la que cobra forma en la expresión "la gente tiene lo que se merece". Esto es, así como el rico merece su riqueza, premio a su emprendedor dinamismo, el pobre -por su falta de aptitud y esfuerzo-merece su opuesto destino social así como el leal y eficiente trabajador, merece conservar su empleo, así el que lo pierde merece el escarmiento del paro, en el que merecerá quedarse si no muestra suficiente capacidad y buena disposición para la búsqueda activa de otro empleo. "Oportunidades no faltan, sólo hay que saberlas buscar". Tomando parte en el debate que suscitara John Rawls incluyendo los talentos, la fortaleza física o aquel dinamismo celebrado por la argumentación meritocrática en la "lotería natural", para este autor esta justificación meritocrática de la desigualdad es tan demagógicamente como falsa como cierto es el hecho de que nadie merece moralmente ni su azar genético, ni su azar social, de por sí muy desigualmente distribuidos. Nadie merece moralmente la familia que le ha tocado en suerte, rica o pobre, decente o depravada, ni, por tanto, las oportunidades -favorables o no-que la familia pueda brindarle. Y lo mismo cabe decir de los talentos (...) nadie los merece moralmente. Si es verdad que la justicia aspira a contrarrestar los caprichos del azar -social y genético-, poco justo será permitir que los individuos gocen sin traba ni freno de sus inmerecidos diferenciales de oportunidad, que ese azar les pone en bandeja. La distribución de las dotaciones genéticas (...) son un activo común de la sociedad. Aunque, sólo sea porque es la sociedad quien las premia y valora o porque sólo en su seno pueden ejercerse. 3 El fondo de esta crítica no es nuevo. El problema ya fue abordado, como es sabido, por John K Galbraith al hilo del concepto de "cultura de la satisfacción". Según éste, los integrados al mercado, los que están satisfechos con el actual sistema "creen que no están haciendo más que obtener su justo merecimiento. (...) si la buena fortuna es merecida o si es una recompensa del mérito personal, no hay justificación plausible para cualquier acción que pueda venir a perjudicarlo o inhibir, que venga a reducir aquello que es o podrá ser usufructuado. La primera característica, y la más generalizada, de la mayoría satisfecha es su afirmación de que los que la componen están recibiendo lo que se merecen en justicia". Lo que sus miembros individuales aspiran a tener y disfrutar es el producto de su esfuerzo, su inteligencia y su virtud personales. "La buena fortuna se gana o es recompensa al mérito y, en consecuencia, la equidad no justifica ninguna actuación que la menoscabe o que reduzca lo que se disfruta o podría disfrutarse". La reacción habitual a semejante acción es la indignación o, como se ha indicado, la ira contra lo que usurpa aquello que tan claramente se merece. 4 Los excluidos, por lo tanto, estarían recibiendo solamente y nada más que lo merecido. 5 En efecto, desde diferentes lugares, o como veremos a partir de diferentes "usos" de la expresión mérito (mérito/ merecimiento), ya se han apuntado los efectos injustamente desigualitarios e incluso excluyentes de un mérito originador de un tipo de discriminación sistémica, estructural y difusa, obviada, las más de las veces, por lo que podríamos calificar de "oposición meritocrática" 6 o del uso explícitamente antiigualitario del mérito. El término "meritocracia" parece haber sido acuñado por Michael Young en 1958 en su novela utópica, o mejor, distópica El tirunfo de la meritocracia 1870-2033 -Michael Young: The rise of Meritocracy-23 . Así lo afirman la mayoría de diccionarios filosóficos o sociológicos, en su mayoría ingleses, insistiendo en que la meritocracia lleva implícita la idea de un procedimiento de tipo selectivo donde la noción de mérito aparece como la suma de inteligencia y de esfuerzo. 24 A partir de esta acepción, el uso común si parece dotar de un contenido a la noción de mérito cuando se le añade el kratos: mérito en esta época, en tanto unido que al sufijo kratos como fuerza o poder, indica inteligencia, talento, aptitud, esfuerzo, etc. 2. El uso común de la meritocracia: Por meritocracia se entiende así, en términos generales, el poder de la inteligencia, que en las sociedades industriales estaría sustituyendo a aquel que tiene su origen en el nacimiento o en la riqueza en virtud de la función cumplida por la escuela. Según este planteamiento los méritos de los individuos, expresados principalmente por las capacidades intelectivas, que son sancionadas por el sistema escolar a través de diplomas y títulos, constituirían la base indispensable, aunque no siempre suficiente, del poder de las nuevas clases dirigentes, obligando a los tradicionales grupos dominantes a adecuarse 25 . Aunque cabe distinguir entre reflexiones basadas en el título 26 y reflexiones que indagan en el mérito, 27 se postula de ese modo la progresiva extinción del principio de la ascription 23 La distopía de Michael Young propone en una clave satírica la utopía sociológica del advenimiento de una meritocracia, contribuyendo a difundir el uso de este término. En esta obra se describe la Inglaterra de 2033 como una sociedad perfectamente dirigida a la maximización de la eficiencia productiva a través del empleo completo de los recursos intelectivos de la población oportunamente valorizados por la escuela. Young imagina que la aceptación generalizada del principio del mérito puede llevar a la constitución de una clase dirigente de hombres perfectamente seleccionados, los cuales, después de numerosos y cuidadosos test de inteligencia logran acceder a los más altos grados de la instrucción asumiendo después todos los cargos directivos. Es base a criterios científicos los inteligentes son separados de los otros, dando vida a dos clases diferentes, aunque de un nuevo tipo y con una movilidad generacional completa. El que es de la clase superior con cociente intelectual elevado, tiene derecho a una buena instrucción y a notables privilegios económicos y sociales; la clase inferior recibe una educación elemental que, con motivos de la extensión de la automatización, no le estará permitido ni siquiera el trabajo obrero, y por lo tanto, estarán relegados al trabajo doméstico en las casas de los superdotados. El problema de la igualdad y de la instrucción se plantea de manera humorística. YOUNG, M, El triunfo de la meritocracia (1870-2033) Madrid. Tecnos, 1964. 24 La primera aparición del término "meritocracy" en prensa es también en 1958 en The Economist de 1 de Noviembre I. Nov. 407/1 debió ser pues a raíz o como reseña de la novela de Michael Young. El 28 de Abril de 1960 aparece en The Guardian aparece como término vinculado a la política. En 1961 aparece en Harper´s Bazaar, Feb. 56/1 "The grammar schools... have given birth to a new class, the meritocracy". En 1967 New Scientist de 10 de agosto "Public subsidy of the future meritocrat elite is efficient, but inequitable", En 1973 The Guardian de 21 de abril aparece en oposición a la monarquía. En 1975 el Suplemento Literario del Times de 2 de Mayo 471/2 se dice de Keynes que "era un meritócrata-no un demócrata". (Keynes...was a meritocrat -not a democrat). Luego el uso se hace mucho más popular. En la actualidad el uso del término se a generalizado como este capítulo trata de mostrar. Es interesante destacar que el término "meritocracia" se convirtió en bandera de las oposiciones sociales y políticas en Sudamérica a las formas endogámicas y la herencia de las designaciones por afinidades políticas y colaboracionismos propias de las diversas dictaduras -Chile, Argentina, etc. que asolaron el continente durante el siglo pasado. La expresión es mucho más popular en países como Venezuela, que en España donde se usa más en el ámbito educativo que en el político.
Revista Enfoques: Ciencia Política y Administración …
El mérito, como criterio de selección, ha sido enarbolado por diversas administraciones públicas. La misma sociedad lo ha exigido para garantizar que los funcionarios públicos, encargados de satisfacerle sus demandas, hayan sido escogidos de entre los mejores candidatos posibles. Diversos países en distintas épocas han adoptado para sus administraciones una selección de personal basado en un criterio de tipo neutral como lo es el mérito. No obstante lo positivo que pueda parecer, una selección basada en el mérito en aquellos países en los que no se ha garantizado la igualdad de oportunidades basada, principalmente, en la universalización y calidad de la educación que proporciona, puede acentuar las desigualdades sociales ya presentes.
En 1958, el sociólogo británico Michael Young acuñó el término “meritocracia”, inicialmente de forma peyorativa en su libro “The Rise of Meritocracy”. En la actualidad, dicho concepto ha volcado en un sentido completamente diferente, estableciéndose como un ideal social que busca justificar a las instituciones que nos rigen a partir de nociones tales como “talentos” y “esfuerzo”. Bajo esta concepción de la sociedad, pareciera ser que quienes poseen mayores capacidades y dones tendrían la posibilidad de optar a un sistema de derechos y privilegios mucho más amplio en virtud del mérito. Esta idea, hoy por hoy, ha permeado fuertemente en la sociedad chilena postulándose como una alternativa viable para superar las desigualdades que nos afligen. Pero, ¿es plausible superar la desigualdad y pensar la justicia desde la noción del mérito? Un opositor a esta idea es el filósofo estadounidense John Rawls, quien en 1971 en su libro “A Theory of Justice” expuso a través de sus principios de justicia la idea de que “con objeto de tratar igualmente a todas las personas y de proporcionar una auténtica igualdad de oportunidades, la sociedad tendrá que dar mayor atención a quienes tienen menos dones naturales y a quienes han nacido en las posiciones sociales menos favorables. La idea es compensar las desventajas contingentes en dirección hacia la igualdad”. Desde la óptica del liberalismo igualitario, Rawls critica la noción del mérito, siendo incompatible con su idea de justicia ya que no contribuiría sustantivamente a fundar una comunidad en que la cooperación social impere. De hecho, algunos autores sostienen que la idea del mérito influye inclusive en nuestra autovaloración y autorrespeto (ambos conceptos Rawlsianos). No obstante, y en este mismo sentido, es menester plantearse una nueva pregunta: ¿es realmente posible superar la noción del mérito y plantear la justicia desde el liberalismo y el capitalismo? En el siguiente trabajo sostendré que, tal como elocuentemente esbozó Atilio Borón, “no hay justicia posible allí, donde una sociedad se organiza en función de relaciones de explotación”. El capitalismo soslaya el hecho de que las personas tienen condiciones materiales distintas, por lo que la conciencia de clase y la explotación laboral no son tema para los pensadores capitalistas. Así, la forma de pensar la justicia, paliar las desigualdades sociales y verdaderamente superar la noción de la meritocracia, debe hacerse desde una lectura desde las izquierdas y centro-izquierdas anti-capitalistas y no neo-liberal, proponiendo como alternativa al modelo una lectura de la democracia de propietarios enunciada por Rawls y el marxismo analítico de Cohen. Benjamín Sobarzo Bascuñán. Facultad de Derecho, Universidad de Chile. 2018.
Proyecto FONDECYT #1160921 “Economía moral de la meritocracia y preferencias distributivas”, 2017
El objetivo de la presente revisión bibliográfica será responder a los vacíos presentes respecto a la comprensión del mérito y la forma en que éste puede llegar reglamentar las posiciones alcanzadas por las personas en la escala social, mediante la idea de meritocracia. El énfasis estará puesto en su faceta teórica, en decir, en cómo ambas ideas han sido concebidas a partir de la literatura centrada en justicia distributiva y las discusiones que han aflorado en torno a ellas, integrando sólo superficialmente bibliografía de carácter eminentemente empírico, enfocada en el testeo de asociaciones y efectos que tienen dichos ordenamientos sobre los comportamientos y preferencias de las personas.
2013
Este trabajo analiza una aparente paradoja: los valores compartidos generan conflictos. A partir de un estudio etnográfico desarrollado en una Organización No Gubernamental Internacional en la ciudad de Córdoba damos cuenta de cómo los valores organizacionales que comparten ampliamente sus miembros se convierten en factores desencadenantes de desacuerdos y conflictos. En esta dirección, sostenemos la hipótesis de que los valores compartidos no necesariamente (solamente) generan consenso y cooperación, sino que también favorecen el desacuerdo al facilitar la observación y la evaluación del actuar organizacional. Dicha hipótesis se torna pertinente desde tres lugares. En primera instancia, desde algunos supuestos de la teoría social y de las organizaciones en donde se asumen a los valores compartidos como opuestos al conflicto; en segundo lugar, desde los análisis de las teorías sociales del conflicto que tienden a pensar al mismo como un fenómeno que emerge del choque de valores, intereses y presunciones opuestas; y por último, desde los actuales desarrollos de la teoría del management en donde se destacan las bondades de los valores compartidos en la gestión organizacional.
Esta Unidad Didáctica que a continuación se presenta es una propuesta de actividades para la educación en valores de igualdad de género. Esta propuesta nace de la necesidad de prevenir la desigualdad de género en futuras generaciones, y para ello, se ha desarrollado un programa didáctico dividido en seis sesiones, en las que se darán a conocer distintos aspectos de la desigualdad de género. La búsqueda de la igualdad de género es un elemento central para llegar a convivir en una sociedad en la que el respeto a los demás sea constante. La meta de la igualdad de género es, por lo tanto, una meta social a la que la educación y las demás instituciones sociales deben contribuir. En muchas sociedades la mujer y el hombre no disfrutan de los mismos derechos y libertades. De hecho, mayoritariamente, las mujeres llevan la carga principal de la producción de alimentos y el cuidado de familiares, además de ser excluidas con frecuencia de las decisiones familiares y comunitarias que afectan a sus vidas. La cuestión de la igualdad de género debe ser abordada desde el principio de la educación de las personas, y debe de cuidar siempre el desarrollo de materiales y procesos pedagógicos. La desigualdad actual hace necesaria una educación en valores y en igualdad de género para conseguir un futuro equitativo porque: • Los roles de género son creados socialmente y su percepción es una cuestión social susceptible al cambio generacional. • Las desigualdades de género socavan la capacidad de las mujeres de ejercer sus derechos. • Asegurar la igualdad de género entre niños y niñas implica que ambos tengan las mismas oportunidades para acceder a una educación igualitaria. En este contexto, pues, se desarrolla la presente Unidad Didáctica, dirigida al alumnado de Secundaria (esencialmente a partir de 4º ESO), que permita al profesorado trabajar en esta materia a través de las situaciones y actividades que se plantean en este material, y con la idea de que en un futuro, esta educación en igualdad de oportunidad y de género ayude al cambio en la mentalidad social. Objetivos generales de la Unidad de Igualdad de Oportunidades (de Género): • Potenciar el camino de la igualdad de género que conlleve a una igualdad de oportunidades. • Construir una identidad individual, no sexista, no violenta y que fomente la igualdad.
Revista Intersecciones, 2021
¿Por qué se pensó que el mérito podía ser uno de los principios fundamentales en una sociedad como la chilena, donde la gradiente de las desigualdades es tan empinada que no todos se lanzan en la carrera de la vida desde la misma línea de partida ni tampoco corren en la misma cancha? Para debatir con el texto de Jorge Atria ¿Para qué necesitamos el mérito?, aplicaremos su reflexión sobre al rol que tuvo este principio en la definición y la identificación de las clases medias en las últimas décadas, como parte de una narrativa positiva de superación. El principio del mérito y el relato del éxito mostraron sus límites en la década del 2010 y quizá fueron sepultados por la doble crisis que atraviesa el país con el estallido de 2019 y la pandemia de COVID-19. Pero ¿la situación actual llevará a que desechemos el principio de mérito junto con el de meritocracia o aún puede ser parte de la brújula social de las clases medias en Chile?
El interés por la Deontología se halla vinculado a la creciente formalización disciplinar de la psicología, especialmente a par;r de la eclosión de ;tulaciones en psicología a nivel mundial ocurrida tras la II Guerra Mundial. Fundamental en el proceso la progresiva consideración de la Psicología como una disciplina al servicio del bienestar humano.
Perfiles Educativos, 2003
PERFILES EDUCATIVOS * Este artículo es una visión revisada y actualizada del capítulo "Contested values and disputed cultural identity in Mexican higher education" (Kempner y Ordorika, 2000). Agradecemos al doctor Humberto Muñoz García, miembro del Consejo Editorial de la revista Perfiles Educativos, por su insistencia y apoyo para la publicación de esta nueva versión traducida, revisada y actualizada de ese capítulo.
Espacio Público, 2023
"El mérito se ha revelado una y otra vez como el principal mecanismo de legitimación de una posición superior en una jerarquía clasista". https://espacio-publico.com/intervencion/el-merito-es-un-concepto-parasito
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Revista Universidad & Empresa, 2008
El dilema de la igualdad, 2020
Con-ciencia social, 2022
Florecimiento humano, virtud y progreso, 2023
Veritas (Porto Alegre)
Antonio Bellella Cardiel (ed.), Consagrados para la vida del mundo. Publicaciones Claretianas, Madrid, 2021
LA PERSPECTIVA DE GÉNERO EN LOS PROCESOS DE FORMACIÓN Y EVALUACIÓN DEL SISTEMA UNIVERSITARIO, 2022
Desigualdades Inecuaciones y Valor Absoluto, 2020
Estudios Públicos, 2005
Revista de História, 2017