2022, LA TRATA HUMANA: Una forma de esclavitud moderna
LA VOCES DE LAS VICTIMAS MARCAN EL CAMINO EN TIEMPOS DE PANDEMIA “La única costumbre que hay que enseñar a los niños es que no se sometan a costumbres” Jean-Jacques Rousseau Las voces de las victimas marcan el camino del tráfico y trata de personas. Esta es una forma de esclavitud moderna. La explotación de hombres, mujeres, jóvenes, niños y niñas obligados a trabajar o involucrarse en sexo de otro para lucro o beneficio de otros en diversas formas. La pandemia del COVID-19 las convirtió en victimas invisibles además de la falta de oportunidades generada por la crisis económica producto del COVID-19, que agudizó la condición de vulnerabilidad de determinados grupos de personas, exponiéndolas aún más a ser víctimas de trata. El papa Francisco en una de sus encíclicas expreso que la trata de personas es la esclavitud moderna. Este es un fenómeno mundial que afecta a la humanidad, y la estima personal de cada una de las víctimas. En el presente trabajo es un enfoque de estudio sobre las niñas y adolescentes que son víctimas de este tipo de crimen organizado. Kattia Castellano especialista, escritora e investigadora, señala: “Que los horrores del holocausto, la esclavitud, la limpieza étnica, y el apartheid son horrores que aún permanecen latentes de diferentes formas entre nosotros aun cuando decimos que todos pertenecemos a una sola raza, la humana”. Una llaga abierta, señala Milagros Lizárraga en el prólogo de este libro, que “La trata de personas que es una llaga abierta en la especie humana; la deshumanización de las víctimas que son convertidas en mercancía nos degrada.” Podríamos pensar que vivimos en una época donde habíamos dejado atrás la discriminación racial, la xenofobia, la misoginia, u otras formas de intolerancia social basadas en el temor. Nos llevamos por el temor a lo distinto o desconocido, juzgamos a otras personas por no lucir igual a nosotros y a las normas tradicionales, y tememos perder la seguridad personal. Javier Malpartida Lara, nos hace referencia en el preámbulo de este libro, que “La trata de seres humanos en Europa con la migración ilegal desde África con las despectivamente llamadas “pateras” con miles de personas ahogadas en el Mar Mediterráneo cada año,2170 personas ahogadas intentando llegar a costas españolas en 2020.Entre enero y julio del 2021 ya son 2087 personas que perdieron la vida, sin contar los muertos en las costas italianas, griegas, maltesas, tunecinas e incluso británicas.” Ni la pandemia del COVID 19 ni las medidas de confinamiento adoptadas para hacerle frente hicieron que la esclavitud se detuviera. Las mujeres y las niñas representan el 71% de las víctimas de trata, eso que llaman esclavitud moderna, y el porcentaje aumenta en la trata con fines de explotación sexual. La permanencia y el crecimiento de la esclavitud en nuestras sociedades no puede analizarse sin un enfoque global y multidimensional. Cuando apareció la pandemia y llegaron las medidas sanitarias que incluyeron confinamientos, la prostitución no se detuvo, mutó al ámbito online y de servicios a domicilio. En conjunto, el negocio se hizo más privado. Las mujeres han sido obligadas a ejercer en condiciones muy adversas exponiéndose a multitud de riesgos. Los proxenetas “esconden su mercancía” para que sea más difícil intervenir por parte de las instituciones y las entidades especializadas. Muchas de estas mujeres son obligadas a vivir sin medidas de protección frente al COVID porque así lo exigen sus tratantes y los consumidores. Superada la primera fase de emergencia sanitaria, estas mujeres arrastran deudas adquiridas en el confinamiento, incluyendo las que mantienen con los tratantes. La trata de personas es un problema mundial y uno de los delitos más vergonzosos que existen, ya que priva de su dignidad a millones de personas en todo el mundo. Los tratantes engañan a mujeres, hombres y niños de todos los rincones del planeta y los someten diariamente a situaciones de explotación. Gustavo Torres Rupay nos hace una referencia que, en el Perú, “La explotación infantil en el Perú es una compleja confluencia de tradiciones de trabajo colectivo y de religiosidad no cristianas de las comunidades originarias, andinas y amazónicas, de servidumbre feudal introducida por la monarquía española hace 500 años, compromisos de compadrazgos entre familias de diferenciada jerarquía social.” Perú está considerado como un país de origen, tránsito y destino de la trata internacional, sin embargo, la mayor incidencia de la trata se presenta al interior del país. Las zonas de mayor incidencia de casos son: Lima, Cusco, Iquitos, Arequipa, Puno, y Piura. Asimismo, se han identificado casos de peruanas llevadas a países de América del Sur; Europa Occidental, especialmente España e Italia; Japón y Estados Unidos. El mayor número de casos tienen lugar dentro de las fronteras del país donde miles de personas son víctimas de trata con fines de explotación sexual y laboral en actividades como la minería, la tala, la agricultura o el trabajo doméstico, entre otras formas. La trata de personas constituye un fenómeno delictivo complejo y una de las más graves violaciones a los derechos humanos. Consiste en captar, retener o trasladar a personas de un lugar a otro dentro de las fronteras de un mismo país o hacia el exterior con fines de explotación, en su mayoría explotación sexual y laboral; haciendo uso de diversos medios como la amenaza, el engaño o el abuso de poder. Cada día, cientos de personas son explotadas por redes de crimen organizado transnacional en todo el mundo. El actual contexto de crisis sanitaria y económica por la covid-19 ha incrementado o visibilizado la situación de vulnerabilidad de las personas, sobre todo de los grupos de especial protección como personas migrantes, personas con discapacidad, población LGTB, entre otras. En el mundo, por cada 10 víctimas, cinco son mujeres adultas y dos son niñas. El porcentaje de niños, mayormente utilizados para trabajos o servicios forzados, pasó del 3% al 15%; y en el caso de las niñas, tratadas con fines de explotación sexual, pasó del 10% al 19%, en el caso del Perú. De acuerdo con el proyecto Polaris el tráfico humano y la explotación sexual comercial de menores además de ser la industria criminal de más rápido crecimiento es uno de los crímenes con más ganancias monetarias para el crimen organizado mundialmente con un lucro anual entre 32 a 36 millones de dólares. Según el TIP (trafficking in person report), reporte de tráfico de personas a 25 millones de personas se le niega su derecho fundamental de libertad forzándolo a vivir en esclavitud para el beneficio financiero de sus explotadores. Actualmente el tráfico de personas ocupa el segundo lugar entre todos los tipos de tráficos, por detrás del tráfico de armas y por delante del tráfico de drogas. Es mucho más rentable que este último, ya que se puede utilizar a la persona una y otra vez, mientras que la droga, una vez consumida hay que volverla a traficar. Este delito ocupa el segundo lugar después del tráfico de drogas y se posiciona por encima del tráfico ilegal de armas con un lucro anual de 34 billones de dólares; más que los ingresos combinados de Nike, Google, y Starbucks. El protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y niños, que complementa la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional, más conocido como Protocolo de Palermo (2000), plantea una serie de recomendaciones y medidas para prevenir la trata de personas, sancionar a los tratantes y proteger a las víctimas, en particular, amparando los derechos humanos internacionalmente reconocidos y comprometiendo a los Estados firmantes. El libro analiza y describe las modalidades de la trata de personas especialmente en las personas más vulnerables que son niñas y jóvenes. El libro presenta fotografías como el testimonio visual con el propósito de sensibilizar e incitar a la reflexión, en que cada ciudadano del Perú y en el mundo a cambiar esta situación en la que más de 3 millones de niños, niñas y jóvenes son víctimas de la explotación infantil y trata de personas. Finalmente, recomendaciones para la lucha, prevención y educación dentro la perspectiva integrada con los países que afronta la lucha contra el tráfico humano. Las voces de las victimas marcan el camino.