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REPRODUCCIÓN CAPITALISTA SIMPLE: proceso de renovación constante de toda la producción social capitalista en escala invariable. Bajo el capitalismo, se da la reproducción simple cuando los capitalistas dedican a sus gastos personales toda la plusvalía que se apropian bajo el aspecto de distintas formas de ingreso, de suerte que las dimensiones de la producción no se modifican. Constituye un aspecto importantísimo de la reproducción capitalista la realización de todo el producto social global (ver) en el mercado. Para aclarar las condiciones en que se realiza el producto social es necesario conocer su composición no sólo por su valor, sino, además, por su forma natural. Por su valor, el producto social global se compone de c + v + p, (capital constante + capital variable + plusvalía). Por su forma natural, se descompone en medios de producción y artículos de consumo. Correspondientemente, toda la producción social se divide en dos grandes secciones: I, producción de medios de producción, y Il, producción de artículos de consumo. El conjunto de la producción de ambas secciones constituye el producto social anual. Si suponemos que el producto social global es de 9.000, el esquema de la reproducción simple ofrecerá el siguiente aspecto: Sección I: 4.000 c + 1.000 v + 1.000 p = 6.000 (medios de producción). Sección II: 2.000 c + 500 v + 500 p = 3.000 (artículos de consumo). En su forma natural, la producción de la sección I se adquiere para reponer (restituir) las instalaciones desgastadas de las empresas y la materia prima consumida. La producción de la sección II, en su forma natural únicamente puede destinarse al consumo personal de los obreros y de los capitalistas. Así, pues, el producto de la sección I sirve pan reponer el capital constante tanto de la sección I como de la sección II, y el producto de la sección II es adquirido por los obreros y por los capitalistas de ambas secciones en un total de v + p. Por lo tanto, entre las secciones tiene lugar un intercambio: los medios de producción de la sección ingresan en la II a cambio de artículos de consumo adquiridos en la sección II por los obreros y capitalistas de la sección I. Además, el valor de los medios de producción que entran en la sección II (2.000 c) ha de ser igual al valor de los artículos de consumo que adquieren los obreros y capitalistas de la sección I (1.000 v + 1.000 p). De esta suerte, la condición para que se realice el producto social en la reproducción simple es: I (v + p) = II c. Se tienen que producir tantos medios de producción cuantos hagan falta en ambas secciones: I (c + v + p) = I c + II c, y tantos artículos de consumo cuantos puedan adquirir los obreros y capitalistas de las dos secciones de la producción social: II (c + v + p) = I (v + p) + II (v + p). Si se observan estas condiciones, se asegura el desarrollo proporcional de la producción social y la realización de todo el producto. Prácticamente, sin embargo, en la producción capitalista estas proporciones se alteran sin cesar, debido a que, bajo el capitalismo, imperan leyes económicas espontáneas, contradicciones antagónicas, la competencia y la anarquía de la producción. El análisis de la reproducción capitalista simple pone de manifiesto el mecanismo de la explotación a que la burguesía somete el trabajo asalariado de los obreros. Si el capitalista no recibiera anualmente plusvalía que utiliza para satisfacer sus necesidades personales, se vería obligado a "comerse" el capital y se quedaría sin él transcurridos unos años. En realidad, los obreros reponen lo que el capitalista gasta anualmente para su consumo personal, lo reponen creando con su trabajo capital, es decir, medios de explotación de que dispone el capitalista. De este modo, todo capital, independientemente de su origen y del volumen de la reproducción, es capital acumulado, trabajo no remunerado de los obreros, del que el capitalista se apropia sin retribuirlo. En el proceso de la reproducción, el obrero, después de gastar su salario en medios de subsistencia, se encuentra en el mismo estado en que se hallaba antes de iniciarse el
Por qué el capitalismo triunfa en occidente y fracasa en el resto del mundo Por Hernando de Soto CAPITULO 1: LOS CINCO MISTERIOS DEL CAPITAL El problema clave es descubrir por qué ese sector de la sociedad del pasado que no dudaría en llamar capitalista, habría vivido como en una campana de vidrio, aislado del resto; ¿qué le impidió expandirse y conquistar a toda la sociedad?...
La obra cuyo primer volumen entrego al público constituye la continuación de mi libro Contribución a la crítica de la economía política, publicado en 1859. El largo intervalo que separa el comienzo de esta obra y su continuación fue debido a una larga enfermedad que vino a interrumpir continuamente mi labor. En el capítulo primero del presente volumen se resume el contenido de aquella obra. Y no simplemente por razones de hilación e integridad. La exposición de los problemas ha sido mejorada. Aquí aparecen desarrollados, en la medida en que lo consentía la materia, muchos puntos que allí no hacían mas que esbozarse; en cambio, algunas de las cosas que allí se desarrollaban por extenso han quedado reducidas aquí a un simple esquema. Se han suprimido en su totalidad, naturalmente, los capítulos sobre la historia de la teoría del valor y del dinero. Sin embargo, el lector de aquella obra encontrará citadas en las notas que acompañan al primer capítulo nuevas fuentes sobre la historia de dicha teoría. Aquello de que los primeros pasos son siempre difíciles, vale para todas las ciencias. Por eso el capítulo primero, sobre todo en la parte que trata del análisis de la mercancía, será para el lector el de más difícil comprensión. He procurado exponer con la mayor claridad posible lo que se refiere al análisis de la sustancia y magnitud del valor. 1 La forma del valor, que cobra cuerpo definitivo en la forma dinero, no puede ser más sencilla y llana. Y sin embargo, el espíritu del hombre se ha pasado más de dos mil años forcejeando en vano por explicársela, a pesar de haber conseguido, por lo menos de un modo aproximado, analizar formas mucho más complicadas y preñadas de contenido. ¿Por qué? Porque es más fácil estudiar el organismo desarrollado que la simple célula. En el análisis de las formas económicas de nada sirven el microscopio ni los reactivos químicos. El único medio de que disponemos, en este terreno, es la capacidad de abstracción. La forma de mercancía que adopta el producto del trabajo o la forma de valor que reviste la mercancía es la célula económica de la sociedad burguesa. Al profano le parece que su análisis se pierde en un laberinto de sutilezas. Y son en efecto sutilezas; las mismas que nos depara, por ejemplo, la anatomía micrológica. Prescindiendo del capítulo sobre la forma del valor, no se podrá decir, por tanto, que este libro resulte difícil de entender. Me refiero, naturalmente, a lectores deseosos de aprender algo nuevo y, por consiguiente, de pensar por su cuenta. El físico observa los procesos naturales allí donde éstos se presentan en la forma más ostensible y menos velados por influencias perturbadoras, o procura realizar, en lo posible, sus experimentos en condiciones que garanticen el desarrollo del proceso investigado en toda su pureza. En la presente obra nos proponemos investigar el régimen capitalista de producción y las relaciones de producción y circulación que a él corresponden. El hogar clásico de este régimen es, hasta ahora, Inglaterra. Por eso tomamos a este país como principal ejemplo de nuestras investigaciones teóricas. Pero el lector alemán no debe alzarse farisaicamente de hombros ante la situación de los obreros industriales y agrícolas ingleses, ni tranquilizarse optimistamente, pensando que en Alemania las cosas no están tan mal, ni mucho menos. Por si acaso, bueno será que le advirtamos: de te fabula narratur! (I) Lo que de por si nos interesa, aquí, no es precisamente el grado más o menos alto de desarrollo de las contradicciones sociales que brotan de las leyes naturales de la producción capitalista. Nos interesan más bien estas leyes de por sí, estas tendencias, que actúan y se imponen con férrea necesidad. Los países industrialmente más desarrollados no hacen mas que poner delante de los países menos progresivos el espejo de su propio porvenir. Pero dejemos esto a un lado. Allí donde en nuestro país la producción capitalista se halla ya plenamente aclimatada, por ejemplo en las verdaderas fábricas, la realidad alemana es mucho peor todavía que la inglesa, pues falta el contrapeso de las leyes fabriles. En todos los demás campos, nuestro país, como el resto del occidente de la Europa continental, no sólo padece los males que entraña el desarrollo de la producción capitalista, sino también los que supone su falta de desarrollo. Junto a las miserias modernas, nos agobia toda una serie de miserias heredadas, fruto de la supervivencia de tipos de producción antiquísimos y ya caducos, con todo su séquito de relaciones políticas y sociales anacrónicas. No sólo nos atormentan los vivos, sino también los muertos. Le mort saisit le vif! (II) Comparada con la inglesa, la estadística social de Alemania y de los demás países del occidente de la Europa continental es verdaderamente pobre. Pero, con todo, descorre el velo lo suficiente para permitirnos atisbar la cabeza de Medusa que detrás de ella se esconde. Un par de palabras para evitar posibles equívocos. En esta obra, las figuras del capitalista y del terrateniente no aparecen pintadas, ni mucho menos, de color de rosa. Pero adviértase que aquí sólo nos referimos a las personas en cuanto personificación de categorías económicas, como representantes de determinados intereses y relaciones de clase. Quien como yo concibe el desarrollo de la formación económica de la sociedad como un proceso histórico-natural, no puede hacer al individuo responsable de la existencia de relaciones de que él es socialmente criatura, aunque subjetivamente se considere muy por encima de ellas. En economía política, la libre investigación científica tiene que luchar con enemigos que otras ciencias no conocen. El carácter especial de la materia investigada levanta contra ella las pasiones más violentas, más mezquinas y más repugnantes que anidan en el pecho humano: las furias del interés privado. La venerable Iglesia anglicana, por ejemplo, perdona de mejor grado que se nieguen 38 de sus 39 artículos de fe que el que se la prive de un 1/39 de sus ingresos pecuniarios. Hoy día, el ateísmo es un pecado venial en comparación con el crimen que supone la pretensión de criticar el régimen de propiedad consagrado por el tiempo. Y, sin embargo, es innegable que también en esto se han hecho progresos. Basta consultar, por ejemplo, el Libro azul publicado hace pocas semanas y titulado Correspondence with Her Majesty's Missions Abroad, Regarding Industrial Questions and Trades Unions. En este libro, los representantes de la Corona inglesa en el los Estados Unidos de América, declaraba al mismo tiempo, en una serie de asambleas, que una vez abolida la esclavitud, se ponía a la orden del día la transformación del régimen del capital y de la propiedad del suelo. Son los signos de los tiempos, y es inútil querer ocultarlos bajo mantos de púrpura o hábitos negros. No indican que mañana vayan a ocurrir milagros. Pero demuestran cómo hasta las clases gobernantes empiezan a darse cuenta vagamente de que la sociedad actual no es algo pétreo e inconmovible, sino un organismo susceptible de cambios y sujeto a un proceso constante de transformación. El tomo segundo de esta obra tratará del proceso de circulación del capital ( libro II) y de las modalidades del proceso visto en conjunto (libro III); en el volumen tercero y último (libro IV) se expondrá la historia de la teoría. 2 Acogeré con los brazos abiertos todos los juicios de la crítica científica. En cuanto a los prejuicios de la llamada opinión pública, a la que jamás he hecho concesiones, seguiré ateniéndome al lema del gran florentino: Londres, 25 de julio de 1867. POSTFACIO A LA SEGUNDA EDICION Quiero, ante todo, dar cuenta a los lectores de la primera edición de las modificaciones introducidas en ésta. La ordenación más clara que se ha dado a la obra, salta a la vista. Las notas adicionales aparecen designadas siempre como notas a la segunda edición. Por lo que se refiere al texto, importa señalar lo siguiente: El capítulo I, 1, es una deducción del valor mediante el análisis de las ecuaciones en que se expresa cualquier valor de cambio, deducción hecha con todo rigor científico, lo mismo que la relación entre la sustancia del valor y la determinación de su magnitud por el tiempo de trabajo socialmente necesario, que en la primera edición no hacíamos más que apuntar y que aquí se desarrolla cuidadosamente. El capítulo I, 3 (la forma del valor) ha sido totalmente modificado: así lo exigía, entre otras cosas, la doble exposición que de esta teoría se hace en la edición anterior. Advertiré de pasada que la iniciativa de aquella doble forma de exposición se debe a mi amigo el doctor L. Kugelmann, de Hannóver. Estaba yo en su casa pasando unos días, en la primavera de 1867, cuando me enviaron de Hamburgo los primeros paquetes de pruebas de mi obra, y fue él quien me convenció de que para la mayoría de los lectores sería conveniente completar el análisis de la forma del valor con otro de carácter más didáctico. La última sección del primer capítulo, titulado "El fetichismo de la mercancía, etc. "ha sido modificado en gran parte. El capítulo III, I ("Medida del valor") ha sido cuidadosamente revisado, pues en la primera edición este capítulo aparecía descuidadamente escrito, por haber sido tratado ya el problema en mi obra Contribución a la crítica de la economía política, Berlín, 1859. El capítulo VII, principalmente la parte 2, ha sido considerablemente corregido. No hay para qué pararse a examinar todos los pasajes del texto en que se han introducido modificaciones, puramente estilísticas las más de ellas. Estas modificaciones se extienden a lo largo de toda la obra. Al revisar la traducción francesa, pronta a publicarse en París, me he encontrado con que bastantes partes del original alemán hubieran debido ser, unas redactadas de nuevo, y otras sometidas a una corrección de estilo más a fondo o a una depuración más detenida de ciertos descuidos deslizados al pasar. Pero me faltó el tiempo para ello, pues...
Pavón-Cuéllar, D. (2016). Metapsicología del Capital. Teoría y Crítica de la Psicología 7, 139-149. , 2016
Tras observar que hay configuraciones psíquicas inherentes al sistema capitalista, se acepta la tesis general de que el capitalismo es también una determinada forma de psiquismo. Esta idea justifica, no sólo el análisis directo del capitalismo por los estudiosos del psiquismo, sino también la elaborada teoría del psiquismo vislumbrada en la teoría del capitalismo que Marx nos ofrece. Al examinar las elaboraciones teóricas de Marx en torno al psiquismo, se alcanzan a distinguir dos niveles, uno psicológico y otro que se denominará metapsicológico para precisar que se extiende más allá de lo psicológico, desbordándolo, trascendiéndolo, constituyéndolo y explicándolo. Es así como puede llegarse a enunciar la existencia de una metapsicología del capital en la que se encuentran algunos de los principales aspectos definitorios del ámbito metapsicológico en Freud, entre ellos el hecho de constituir un inconsciente concebido como sistema psíquico y localización lógica en el psiquismo. Se verá cómo este ámbito metapsicológico del inconsciente puede servir, tanto en Marx como en Freud, para explicar y enmarcar la esfera psicológica de la conciencia, y a través de ella, de modo indirecto, elucidar lo que ocurre en las cumbres metafísicas de la religión y la mitología.
Revista de Derecho Tributario, 2024
RESUMEN: Analiza la información disponible respecto de los efectos que han tenido sobre el mercado de capitales las reformas implementadas por las leyes N°19.768, 20.190 y 20.448, que buscaron profundizar el mercado local que, al momento de la implementación de las primeras regulaciones, era muy pequeño. Sobre la base de esos datos, y de los efectos medibles de la implementación del impuesto único de un 10% a la enajenación de acciones con presencia bursátil, revisa la conveniencia de aumentar esa tasa, volver a calificar como ingresos no renta las mismas, o mantener el régimen vigente en vista de proveer algo de estabilidad. ABSTRACT: Analyzes the available information regarding the effects that the reforms implemented by Laws No. 19,768, No. 20,190 and Law No. 20,448 have had on the capital market, which sought to deepen the local market that, at the time of the implementation of the first regulations, it was small. Based on these data, and the measurable effects of the implementation of the 10% single tax on the sale of shares with a stock market presence, review the convenience of increasing that rate, reclassifying them as non-income income, or maintain the current regime to provide some stability. Palabras clave: mercado de capitales, ganancias de capital, ingresos no renta, impuesto único.
Versión inicial: mayo 1990 -Última versión: abril 2001 1. Introducción, 1 2. El concepto de coste del capital, 3 3. Los factores que determinan el coste del capital, 5 4. Los supuestos básicos del modelo del coste del capital, 7 5. Los tipos de recursos financieros, 10 6. La determinación del coste de cada fuente financiera, 11 7. El coste de los recursos financieros ajenos, 12 8. El coste de las acciones preferentes, 16 9. El coste de las acciones ordinarias, 17 10. El cálculo del coste del capital medio ponderado, 25
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La desigualdad, considerada como uno de los paradigmas con que nació la economía política como ciencia, de acuerdo con Adam Smith en 1776 , se ha mantenido como tema de interés a lo largo de más de dos siglos, marcando un hito con Pareto (1900) con su nueva teoría de la distribución personal del ingreso; Pigou (1920) y Dalton (1920), con su enfoque basado en el bienestar económico; Kuznets (1955) y su relación con el crecimiento económico que dio origen a la hipótesis de la U-invertida; Atkinson (1970), Atkinson y Bourguignon (2003) y Sen (2003, 1972), por su aversión a la desigualdad debido al impacto negativo en el bienestar, enfoque que perdura actualmente como dominante en los últimas décadas y que han movido a las instituciones supranacionales como el Banco Mundial (WB, 2014, 2016) y a las Naciones Unidas , a impulsar medidas para la reducción de la desigualdad y la pobreza.
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Pensamiento Republicano, 2016
Revista Colombiana de Psiquiatría, 2010
México, Grandeza y diversidad, 2021