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1989, Boletín Cultural y Bibliográfico
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La historia en la novela hispanoamericana moderna. Raymond D. Souza. Tercer Mundo Editores, Bogota, 1988, 199 pags.
Saga, 2020
Matías Philipp UNR Nora Avaro nos cuenta en su notable prólogo a esta antología que Conocimiento de la Argentina fue un proyecto de la Editorial Vigil hacia fines de la década del 60. Consistía en una colección de fascículos dirigida por Adolfo Prieto y tenía como objetivo "poner el libro ahí", ya que en su origen estaba la idea de que este conocimiento de la Argentina podía alcanzarse a partir de la publicación de veinticuatro textos divididos en dos secciones amplias "La Argentina histórica" y "La Argentina Contemporánea". La primera parte a su vez se dividía en dos secciones: "Interpretaciones y comentarios", que se proponía la reedición de textos que se entendían claves para la interpretación nacional y "Testimonios", sección en la que se proyectaba editar una selección de escritos autobiográficos. En "La Argentina Contemporánea", se preveía una colección con colaboraciones para la escritura de estudios críticosociológicos que explicaran la compleja problemática de las distintas "expresiones culturales". Este plan es retomado por Nora Avaro a la hora de diseñar un orden para esta reunión de textos que recorre la totalidad de la obra crítica de Adolfo Prieto, una obra que se extiende a lo largo de sesenta años. Un orden que si bien recupera la
Se llama Siglos de Oro al periodo que va desde el reinado de los Reyes Católicos al de Carlos III, es decir, a los siglos XVI y XVII. Se desarrollaron en España dos movimientos culturales y artísticos: el Renacimiento (siglo XVI) y el Barroco (siglo XVII). Ambos tienen características muy diferentes, incluso opuestas, pero se engloban bajo la denominación Siglos de Oro porque constituyen una de las etapas de mayor esplendor cultural.
My paper aims at answering if there is such a thing as a Latin-American literary theory. So, I first review the concept of theory to pinpoint how it can be linked to the literary. Afterwards, I reflect on the ways theory, criticism, and methodology are related to the three concepts criticism is based on: author, work, and reader. I finally differentiate two areas. The first one is comprised by the theories that would eventually develop into anthropological philosophies and that bring about a pre-textual understanding of the object of study. Such theories display a pretended objectivity and they easily develop into methodologies since they approach the literary work from a prophetic and systematic viewpoint. The second one includes paraphrastic criticism, or the theories that produce a parallel, metaphoric discourse with which they claim they analyze the work and authorial motivations. The proposal as a whole implies a notion of literature distant from transculturalist theories and from practices such as the literatures in indigenous languages. It also opens up the idea of socially conditioned literatures and literary criticisms. In this sense, Latin American theory and literary criticism are connected to a principle of representativity that turns into a cognoscitive activity, an epistemological essay on our cultural particularities and on our literature.
La novela latinoamericana entre historia y utopía, 1999
Este libro reúne las actas de la sección "La historia del futuro: utopía y novela histórica" del Congreso de Romanistas en 1997 en Jena.
Edições Makunaima, 2023
El primero es la renuncia a la aridez del paper académico y la opción por el ensayo. Yo pertenezco al partido de aquellos que reivindican la pertinencia, para las disciplinas humanas, de la prosa ensayística. Quiero decir que no creo en las “ciencias humanas”, las de Dilthey y sus continuadores, según las cuales sería posible abordar el conocimiento sobre las humanidades de la misma manera o de una manera parecida a la que se emplea para abordar el conocimiento sobre el universo biológico o físico-matemático, intentando cazar recurrencias, captar “leyes”. Los últimos que se internaron por este callejón sin salida fueron los estructuralistas franceses, en los años sesenta del siglo XX, y poco fue lo que les duró el entusiasmo. A diferencia del texto biológico o físico-matemático, el texto ensayístico es lábil, escurridizo, equívoco, y lo es porque esa es la naturaleza ineludible de la materia de que trata. De ahí que el paper científico, que se aboca a informar acerca de los resultados de un experimento, no sea, que no pueda ser, el mejor modo de expresión para el tratamiento de las humanidades. Y que sí lo sea una prosa que durante el curso de su despliegue, a través de su despliegue, descubre la verdad a que aspira. Esa prosa no es otra que la de Michel de Montaigne y Francis Bacon, y bien lograda, como en aquellos dos iniciadores geniales, su producto será un texto útil para el entendimiento de su objeto. El segundo aspecto dice relación con el ánimo crítico, y también es inherente a la naturaleza del ensayo. El paper científico es, o pretende ser (yo no estoy tan seguro que lo sea) objetivo. En otras palabras: el paper científico nos entrega cierta información, por lo general de resultados, y no enjuicia. En el mejor de los casos, se podría decir que, a partir de la información que él nos proporciona, nos será posible sacar conclusiones valóricas, mirar el objeto desde el punto de vista de su importancia práctica, y plantear una posición a su respecto. Por ejemplo, una política pública. Pero esto no es algo que se encuentra ins(es)crito en el paper mismo, al que se pretende neutro y haciendo así de la neutralidad virtud, sino un efecto posterior, que por lo común escapa del dominio de los científicos y se pone a cargo de los administradores. El discurso del ensayo, en cambio, no renuncia a emitir el juicio de valor y a emitirlo con voz propia. Avanza de este modo “aprovechando cualquier argumento que me [le] presenta la fortuna” y “con la máxima hondura de que soy [que él ensayista es] capaz”, como le gustaba decir a Montaigne, y es en el curso de ese avance cuando va separando la paja del trigo. Y Chandía, que ha leído a Montaigne, lo confirma con todas sus letras: lo que él ha querido es que los ensayos que seleccionó para su libro sean de aquellos que inducen a quienes los leen a ser “sujetos críticos”, esto es, sujetos ellos/ellas que energicen, en quienes serán sus discípulos, “una conciencia latinoamericana dialogante y propositiva”. Y, esperanzado, agrega que son tales individuos “los que están creando la América Latina del siglo XXI”. (Grínor Rojo)
Cuyo: Anuario de filosofía argentina y …, 2001
Los trabajos investigativos que actualmente poseemos sobre Universidad Latinoamericana constituyen en su conjunto un material suficientemente abundante como para encarar desde ahora la tarea, por cierto nada fácil, de configurar una historia general de la Universidad Latinoamericana. No sorprende su ausencia si pensamos que otras materias, cuya bibliografía sectorial es igualmente rica, tampoco lo han logrado. Por ej. carecemos de una historia de la ciencia latinoamericana-e incluso de una rama de ella-, o de nuestra filosofía, de nuestra medicina o tecnología, salvo panoramas esquemáticos o ensayos preliminares (ejs.
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