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La biografía y la autobiografía han atravesado por diversas estaciones historiográficas. Su pertinencia como textos de asignación cognoscitiva ha sido cuestionada en distintos momentos de la historia. En este artículo podremos indagar acerca de los aspectos vertebrales y diferenciadores de la escritura del “ yo” en el pasado y el presente, la distinción entre ejemplaridad y experiencia singular; la asunción de este último modelo como andamiaje para la construcción de los textos biográficos en clave intelectual, su relación con las nociones de identidad, contexto y estrategia (con todas las posibilidades y dificultades que ellas conllevan), y las especificidades que caracterizan y diferencian la escritura biográfica de la autobiográfica.
Ursula Suárez es una religiosa chilena que vivió entre 1666 y 1749, y desde los 12 años habitó el monasterio de las Clarisas, situado junto a la Plaza mayor en Santiago de Chile. Obligada por sus confesores, hubo de escribir una autobiografía. A los 33 años comienza a redactar una primera versión y a los 42, una segunda la única que conocemos , que es escrita en el transcurso de 25 años (entre 1708 y 1732, aproximadamente). El confesor la proveía periódicamente de papel (4 hojas plegadas, que conformaban un cuadernillo de 16 páginas), pluma y tinta, y luego recogía la obra. Entre los 30 y los 60 años de edad, ella cumple con la tarea de contar las peripecias de sus primeros 50 años de vida: desde su nacimiento (en 1666) hasta un castigo ejemplar sufrido en el monasterio (en 1715), que ella considera injusto.
Cada vez que vuelvo a pensar en lo que hice, aparece en mi mente el título de un libro, La ladrona de libros. Sería buena idea leerlo para conocer en que concluye la historia. Me cuesta reconocer que más de la mitad de los libros de mi biblioteca personal son de "procedencia ilegítima". La mayoría hacen parte de un préstamo hecho en la biblioteca del colegio, y puede decirse, que hoy, estando en la universidad, ese préstamo es por tiempo indefinido por no decir permanente. El "préstamo" fue provocado por una extraordinaria curiosidad que me provocó ver un libro de Woody Allen en los estantes polvorientos y olvidados de la biblioteca escolar. No me tomó mucho tiempo imaginar lo bien que ese libro se vería en mi colección personal, así que, después de planear el acto, sin mayor postergación, tomé el libro, lo metí en mi maletín y me lo llevé a casa. Me impresionó mucho lo que hice. No soy precisamente una persona libre de pecados, pero fue satisfactorio ese primer "préstamo" permanente. Con Woody Allen comienza una cadena que se ejecutaba cada martes o jueves justo en la clase de español porque era el único momento en que iba todo el salón a la biblioteca. Justo cuando se acababa la clase y todos salíamos de la biblioteca escolar, aprovechaba el gran movimiento de personas para dejar olvidados unos cuantos libros de mi gusto en mi maletín. Nunca fue difícil hacerlo porque a fin de cuentas, esos libros no eran leídos y mucho menos apreciados, o eso me gusta pensar para no sentirme culpable. De lo único que me siento arrepentido es de no haber podido hacer parte de mi colección las obras completas de Sigmund Freud. El nombre representaba una forma de anticiparme a los hechos, a mi futuro como estudiante de psicología, pero nunca lo tomé. Esa experiencia no fue la primera que tuve con la lectura. Mi primer contacto con un libro, poco amigable cabe resaltar, fue con El código Da Vinci. Por ese entonces tenía problemas para hablar, tartamudeaba y mi mamá quería solucionarlo poniéndome a leer, a los 8 o 10 años, ese libro que normalmente lo leería una persona muchos años mayor. En síntesis, odié la lectura porque ese libro era complejo para mí, además de los odios y disgustos que solía escuchar en la primaria acerca de los libros por parte de mis compañeros. Afortunadamente, tiempo después, como recuperación del curso de español de octavo grado tuve que leerme un libro a elección propia. Mi señora madre, la primera inquisidora de un posible espíritu lector, me llevo al parque Santa Rosa, un mercado perfecto para lectores de pocos recursos. El día que me llevo a ese misterioso lugar nunca lo olvidaré, y digo misterioso porque desde las afueras del parque el lugar parecía detenido en el tiempo, un espacio que se había quedado atrapado en décadas pasadas, sus cacetas, personas y aromas un poco oxidados y polvorientos dan la impresión de ser poco concurrido. El recuerdo es aún vivido. Llegamos al parque y ella compró un libro de "literatura juvenil" o así recuerdo que lo solicitó. La compra representaba un suplicio al cual debía enfrentarme, un sufrimiento anunciado y merecido. ¡Y que enseñanza tan importante quedó de ese descuido académico! La lectura de ese libro, además de ser sencilla, se convirtió en una adicción. Me ponía la meta diaria de leerme un capítulo, pero luego aumenté a 4 capítulos. Ya en ese punto me vi atrapado en sus páginas. Había días en lo que me quería leer todo el libro en un solo intento, pero no lo hacía. Me limité. Fue el primer libro que leí por completo y se convirtió en un nuevo hábito. Quería leer más, iba a hacerlo, pero no tenía ni la menor idea de qué leer, entonces recurrí a dos compañeras del salón
Para varios estudiosos la autobiografía es una obra literaria, por lo cual analizan sus procedimientos desde la crítica propiamente con que se interpreta la literatura, en vías de una hermenéutica desde los significantes. Personalmente creo que la autobiografía como tal es anterior a la literatura moderna, o al menos desde que los estudios literarios se afincan como tales en sus procedimientos y marcos. Desde la Autobiografía de Flavio Josefo, escrita entre el 94 y el 99 de nuestra era, pasando por innumerables autobiografías de religiosos, místicos, cortesanos, sobre todo burgueses de los siglos XVII y XIX, es que la literatura ha querido asir este corpus, traspapelando la línea entre la ficción como finalidad de una obra literaria y la suspensión de ésta como medio en aras de un relato del yo. A lo que voy es que los regímenes son distintos, las tecnologías críticas también, pero sobre todo el estatuto de lo imaginario y el nombre propio. Aunque suene muy obvio: una novela autobiográfica es una novela, no una autobiografía.
Memorias del Congreso Internacional de Investigaciones de la Facultad de Psicología UBA, 2014
Resumen: La constitución del yo es tema crucial en el psicoanálisis. Si bien desde la filosofía antigua se ha intentado definir al yo, Freud marcó un punto de viraje en la historia de su conceptualización. A partir de Lacan, el yo es pensado como un síntoma. La escritura autobiográfica contribuiría al armado de ese yo-síntoma. Palabras clave: yo-síntoma-autobiografía En el marco del proyecto Proinpsi "Dolor psíquico, melancolía e identificación" anexo a la investigación UBACyT "Lógicas de la castración", nos interesó particularmente el tema de la identificación y dentro de ella, la constitución del yo, sosteniéndonos en la frase de Freud: "para que el yo se constituya, se precisa un nuevo acto psíquico: la identificación" (FREUD: 1920). ¿De qué se trata la constitución del yo? La pregunta que nos guía es cómo se constituye ese yo que luego es exaltado poéticamente, especialmente en la autobiografía. También nos interesa pensar si el yo literario, poético que se presenta en la autobiografía es el mismo yo del que hablamos al referirnos al yo como instancia psíquica. Intentaremos establecer los diversos elementos que intervienen en la conformación de este yo ubicando para tal fin distintos momentos.
LA BIOGEOGRAFÍA La biogeografía es la disciplina que estudia la distribución de los seres vivos, tanto en el tiempo como en el espacio, considerando también los procesos que dieron lugar a dicha distribución. Básicamente esta disciplina presenta dos vertientes: la biogeografía histórica y la biogeografía ecológica (Morrone y cols., 1996).
Empezamos descubriendo a un personaje que llegó a Soria desde su tierra natal Huesca y nos dejo muchos artículos en la prensa, acerca de nuestros campos y nuestra gente. Fotografía propiedad de J. M. Reglero Sanz Un personaje no muy conocido, que nació en Rasal (Huesca), vivió en Soria y murió en Valladolid y que amó a Soria. Un pequeño resumen de su biografía. Nace en Rasal (Huesca) el 18 de enero de 1880, hijo de un herrero, realiza estudios de Magisterio Elemental y de Magisterio Superior en 1901 en Huesca, llega a Soria como funcionario de Fomento y es profesor en la Normal en Soria. según su firma comienza el 15 de Mayo de 1915, en la Actas del Claustro de La Escuela de Magisterio. En Soria funda el periódico «El Porvenir Castellano» donde es su Director desde el 1 de Julio de 1912 hasta el 30 de Mayo de 1918 y posteriormente se traslada a Valladolid mediante concurso de traslados de profesores, que aparece publicado en » La Gaceta de Madrid» del 16/11/1922; escribió en prensa, de Salamanca, Valladolid, en dos de Soria y hay noticias de él, en muchos periódicos provinciales.Tiene seis hijos de los que sobreviven cuatro, tres mujeres y un varón. Aparece en Valladolid primero como profesor y como empleado de la D.H.D (División Hidráulica del Duero) y posteriormente en la C.H.D. (Confederación Hidrológica del Duero). Último empleo donde se le da de baja por fallecimiento, en un oficio interno del 24 de Noviembre de 1936. Fallece en Valladolid el 22 de Noviembre de 1936 y es enterrado en el Cementerio del Carmen donde reposan sus restos en una tumba, en cuya lápida figura escrito el comienzo de la poesía que le dedicó Antonio Machado desde Baeza. Esta pequeña biografía es consecuencia del virus de la investigación de este personaje, que me inoculó, Jesús Rubio Jiménez Catedrático en la Universidad de Zaragoza, al vivir yo en Valladolid y decirme que al estar acá, era más fácil obtener datos y seguimiento de su trayectoria.
La historia cultural, la biografía y los estudios de género, han sido los ejes articuladores de una obra editada en el año 2000, dirigida y escrita por un grupo de historiadoras de los Estados Unidos. La temática del texto es la actuación y visibilización de ocho mujeres de elite en la Francia del siglo XIX. En el análisis del prefacio (núcleo de la presente publicación) podremos observar como característica central el despliegue de los múltiples recursos requeridos por la historiografía contemporánea para el tratamiento de lo biográfico en permanente sintonía con los aportes de la historia cultural y de género.
Revista Brasileira de Pesquisa (Auto)biográfica, 2016
La biogeografía es la disciplina que estudia la distribución de los seres vivos, tanto en el tiempo como en el espacio, considerando también los procesos que dieron lugar a dicha distribución (Morrone y cols., 1996). Para poder establecer un punto en el espacio de manera adecuada debemos entonces tener claros conceptos básicos de localización geográfica la cual se puede dar detallando las coordenadas geográficas en formato Longitud-Latitud o las coordenadas (x,y) en Universal Transversa Mercator (UTM) (Morrone., et al 2001). Las coordenadas geográficas son una forma de designar un punto sobre la superficie terrestre con el siguiente formato: 3* 14' 26'' W. 42* 52' 21'' N, para establecer una coordenada geográfica de manera adecuada debemos entender los elementos que las conforman. (Ramirez, 2011). Meridianos: se define a los meridianos como las líneas de intersección con la superficie terrestre de los planos que contiene el eje de la tierra. El sistema toma como origen para designar la situación de una posición geográfica un determinado meridiano, denominado meridiano 0 o meridiano de Greenwich. La existencia de este meridiano divide al globo terráqueo en dos zonas; las situadas al W del meridiano 0 hasta el antemeridiano y las situadas al Este E del meridiano 0 hasta el antemeridiano. Otro elemento importante en el formato de coordenadas geográficas son los paralelos como las líneas de intersección de los infinitos planos perpendiculares al eje terrestre con la superficie de la tierra. Se definen sobre el globo terráqueo los paralelos, creándose el paralelo principal aquel que se encuentra a la máxima distancia del centro de la tierra. A este paralelo del mayor radio se le denomina Ecuador. El cual divide al globo terráqueo en dos hemisferios; el hemisferio norte y el hemisferio sur. Una vez establecidos los meridianos y paralelos. La situación geográfica de un punto viene definida por su longitud y su latitud(Ramirez, 2011). Longitud. Se define la longitud de un punto como el valor formado por el plano meridiano que pasa por P y el meridiano origen, 0 Meridiano de greenwuich. La longitud es gráficamente el Angulo formado por OAB(Fig 1).La longuitud presenta un mínimo posible de 0 y un máximo posible de 180 (Olaya, 2014). Se denomina latitud geográfica w de un punto por el angulo formado en la vertica a la tierra que pasa por dicho punto con el plano del ecuador. La verticual se considera la unión del punto con el punto de origen obteniéndose la latitud midiendo el angulo sobre el meridiano que pasa por el punto P. La latitud máxima y mínima va desde los 0 hasta los 90N o 90S (Olaya, 2014). Cada una de estas dos formas de localizar un punto sobre la superficie terrestre debe cumplir los siguientes requisitos: 1) Que el punto sea único. 2) Que quede perfectamente identificado en el sistema de proyección empleado (Olaya, 2014). En cambio, si deseamos expresar la ubicación de un punto geográfico utilizando como base las coordenadas (y) en Universal Transversa Mercator (UTM). Es necesario conocer realizar una breve revisión sobre las diferentes proyecciones utilizadas para representar el globo terrestre. Ya sea considerado como una esfera o un elipsoide supone un problema ya que no existe modo alguno de representar toda la superficie desarrollada sin defórmala e incluso de llegar a representarla fielmente, ya que la superficie de una esfera no es desarrollable en su cobersion a una representación plana. Las proyecciones se encargan de estudiar Fig. 1. Representación Grafica de la longitud
(...) como Jean-Luc Nancy ensaya, debemos tratar de escribir el cuerpo con el cuerpo más allá del horror y la abyección; esta escritura es un proceso ontológico que como veremos más adelante, intento llevar a cabo en mi trabajo artístico personal. Tratar de realizar un análisis del cuerpo es un camino a la deriva, pues en lo relacionado con éste no se tienen verdades absolutas, quizás por el desconocimiento y distanciamiento que tenemos de nosotros mismos; este cuerpo que somos es para nosotros y ahora más que nunca, un extraño. Se impone impidiéndonos continuar con nuestras metas cuando sentimos hambre o cansancio, y parece revelarse en contra nuestra en los estados de enfermedad. Hemos perdido la capacidad, si alguna vez la tuvimos, de saber interpretar sus señales prácticamente relegadas a una capacidad propia de la medicina. Con todo esto, resulta casi inevitable establecer relaciones análogas para describir esos rincones desconocidos del cuerpo o recurrir a un mundo onírico y fantástico fruto de las metáforas cuando tratamos de expresar nuestras sensaciones internas o, dicho de una forma más técnica, nuestro sentido de la propriocepción e interocepción para los cuales apenas existen adjetivos. No le damos importancia salvo en los episodios dolorosos donde el cuerpo se expresa, a través de esas sensaciones intra-orgánicas, la sensación-de-mi. Cada vez nos sentimos más preocupados e influenciados por el cómo nos ven los demás y nos esforzamos en alcanzar lo que se considera un cuerpo óptimo acorde con los juicios médicos y estereotipos de belleza de la sociedad actual; nos medicamos y corregimos nuestros hábitos alimenticios para nivelar nuestro colesterol o ácido úrico y nos sometemos a cirugía para alcanzar la apariencia que deseamos o más bien, que opinamos que los demás desean. El cuerpo, siempre en un constante estado de metamorfosis, se ha transformado en objeto, un producto mejorable, intercambiable y actualizable para satisfacer o superar ese exigente examen de la sociedad. Modificar el aspecto como quimera para modificar nuestro ser social. Creemos saber, paradójicamente según parámetros estéticos y cambiantes, en qué queremos convertirnos o cómo queremos mejorarnos pero ciertamente apenas nos conocemos tal y como somos ahora. El mundo, como decía Jeffrey Deitch, cada vez más, se está transformando en un espejo y nuestra mirada es propulsada en múltiples direcciones hacia el exterior buscando nuestro reflejo en los demás, tratando de hallarnos en el otro sin darnos cuenta de que sin querer nos alejamos demasiado y nos mezclamos en el pastiche social. Si frenáramos este movimiento expansivo y nos detuviéramos en silencio, seguramente podríamos oírlo: el ritmo de la respiración, la sangre fluyendo, algún rugido intestinal... Quizás ese ver hacia afuera debería volverse y mirar hacia adentro, descubriendo que no tenemos que buscarnos tan lejos. Lo que somos, estuvo siempre ahí: un cuerpo.
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RICARDO PIGLIA: AUTOBIOGRAFÍA DE UN ESTILO, 2004
Letras De Hoje Estudos E Debates De Assuntos De Linguistica Literatura E Lingua Portuguesa, 2013