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Ferrocarriles Vascos (1855-1913)

1988, Ekonomiaz Revista Vasca De Economia

Key takeaways

  • Nuestro abanico de líneas férreas comprende la primera que se abre a la explotación, la Compañía del Ferrocarril de Tudela a Bilbao; una línea minera, el ferrocarril de Triano; un ferrocarril industrial, el de Bilbao a Portugalete, que se abre en la tercera fase; estas tres líneas tienen en común que pertenecen al ancho normal, frente a las otras tres restantes, de vía estrecha.
  • La persistencia del déficit y el contrato leonino establecido con la Compañía del Norte obligan a los accionistas del ferrocarril de Tudela a Bilbao a vender la línea a la susodicha Compañía, venta en la que los accionistas pierden la mitad de su capital, que además se transforma en obligaciones de tercera, en tanto que los obligacionistas ven reconocidos sus títulos íntegramente.
  • Según la Real Orden de 1881, la línea había sido otorgada con arreglo a la legislación de 1868, que implicaba la perpetuidad de la concesión, pero se imponía la condición de terminar las obras en el intervalo de tres años, período de tiempo que transcurre entre la concesión y la constitución de la Compañía.
  • Ahora bien, la venta de la Compañía de Tudela a Bilbao a la Compañía de los Ferrocarriles del Norte de España -«Así como la Compañía de Tudela a Bilbao no me inspiraba recelos, empecé a temer seriamente a la del Norte...» (21), confiesa su promotor-trastoca los planes y el ferrocarril proyectado sufre una transformación en dos aspectos esenciales: se trae el origen de la línea hasta Bilbao y se modifica el ancho de vía, del normal en la red, a la llamada «vía estrecha» de 1 metro, buscando reducir costos y poder seguir ofreciendo unas futuras rentabilidades concienzudamente estudiadas por el promotor D. Francisco N. de Igartua y quizás motivo de su éxito-, que atrajeran el capital necesario, después del «fracaso financiero» del ferrocarril de Tudela a Bilbao, reducción de costos que se logra y que se mantiene en la construcción de la línea -aspecto poco corriente en casi todos los ferrocarriles-, puesto que, entre el presupuesto teórico y los gastos de establecimiento reales, en 1882 cuando se abre el servicio público, hay una desviación que no llega al 3 %.
  • Con la finalidad de atender al territorio comprendido entre Las Arenas y Plencia, D. José M./a de Aramberría y Olaveaga promueve y obtiene, en 1888, la concesióndel ferrocarril de vía estrecha de Las Arenas a Plencia, de la que sólo conocemos las objetivos iniciales, la concesión y constitución de la sociedad constructora y explotadora, unos datos muy fragmentarios sobre la explotación -la media de los ingresos de los años 1895-1898 se reducen al 35 % de las expectativas planteadas-y la defunción de la Compañía, tras la venta por 700.000 pesetas de sus activos a la Compañía del Ferrocarril de Santander a Bilbao, a la cual se ha transferido también la línea precedente, en 1900.