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Introducción La fotografía nace como medio de representar por un lado el ideal del pensamiento romántico —a través del retrato, por ejemplo, el sujeto demostraba su identidad individual— y por el otro, el afán positivista por clasificar, en este caso las fotografías de objetos, de tipos de rostro, de animales y plantas servían para crear un sistema clasificatorio o taxonomía. Desde su comienzo, se muestra como una disciplina sumamente compleja: nace en medio del afán industrial del siglo XIX para luego ser parte fundamental de las vanguardias artísticas y su revolución estética, a principios del siglo XX. En la época actual, estamos tan acostumbrados a convivir con la fotografía que se nos olvida la complejidad escondida en su mensaje. Para un análisis acabado, es necesario dividirla en tres niveles: el icónico, el iconográfico y el iconológico.
Bibliografía de la introducción Carlón, Mario (2016). "Las nociones de la teoría de la mediatización, revisitadas en el nuevo contexto teórico y discursivo contemporáneo", en Torres, Alejandra y Pérez Balbi, Alejandra (comps.) (2016). Visualidad y Devenires de lo fotográfico • 21 dispositivos(s): arte y técnica desde una perspectiva cultural,
NOiMAGEN, 2018
Este trabajo tiene como premisa pensar, a partir de las conocidas obras de Roland Barthes y Susan Sontag, que toda fotografía es un documento de (la) muerte. Ya sea con la cámara como arma, que objetualiza, o la cámara como escudo, que se defiende de la muerte, buscando evadirla, o la fotografía como una herramienta que permite conjurar la muerte. Nos valemos de algunos casos/ejemplos que dan cuenta de esa tensión entre la presencia/ausencia de la muerte en las fotografías: como la fotografía de Robert Capa Muerte de un Miliciano que desató una polémica acerca de la veracidad o falsedad del momento retratado, o el caso del periodista Leonardo Henrichsen, asesinado en Chile, quien filma su propia muerte y el cuerpo de su asesino. Entramamos este caso con las refleiones de Pier Paolo Pasolini quien establece una analogía entre el montaje y la muerte. Y por último, rescatamos el trabajo Arqueologías de la ausencia, de Lucila Quieto, quien, se autorretrató y retrató a los H.I.J.O.S. superpuestos con proyecciones de imágenes de sus padres ausentes, para así superar el “esto ha sido” y construir un encuentro fantasmal.
[i2] Investigación e Innovación en Arquitectura y Territorio, 2021
El retrato de Dorian Gray de Oscar Wilde (The Picture of Dorian Gray), obra publicada por primera vez en 1890, hace parte destacada del legado del autor irlandés quien tuvo una prolífica obra como dramaturgo y cuentista. Lippincott's Monthly Magazine la refiere como la historia de un joven inglés, Dorian Gray, quien goza de un atractivo físico y un estado de inocencia sin parangón. El joven Dorian se convierte en el modelo preferido del pintor Basil Hallward. Mientras posaba para él, Dorian conoce a Lord Henry Wotton, un ser irónico que influirá de manera decisiva en su vida. Henry es un aristócrata hedonista y cínico, muy propio de su época que seduce a Dorian en su visión del mundo, donde el único objetivo es la búsqueda de la belleza y el placer. En ese contexto comienza la historia y su leyenda.
PADLET , 2020
QUOTEŚ´L a fotografía altera y amplía nuestras nociones de lo que merece la pena mirar y de lo que tenemos derecho a observar´Ĺ a imagen quizás distorsiona, pero siempre queda la suposición de que existe o existió algo semejante a lo que está en la imagen´Ĺ as fotografías son una interpretación del mundo, tanto como las pinturas y los dibujos´Ĺ a fotografía es un rito social, una protección contra la ansiedad y un instrumento de poder´´´´S i la fotografías permiten la posesión imaginaria de un pasado irreal también ayudan a tomar posesión de un espacio donde la gente está insegura´Á l poseer una cámara, ha transformado a la persona en algo activo, un voyeur´Á unque la cámara sea un puesto de observación, el acto de fotogra ar es algo más que observación pasiva´Ĺ a representación de la realidad de una cámara siempre debe ocultar más de lo que muestra´Á NÓNIMO 11 DE SEPTIEMBRE DE 2020 01:42 BLOW UP-1966 ANÓNIMO 11 DE SEPTIEMBRE DE 2020 02:10 IDEAS-CONCLUSIONES-Educarse con fotografías no es lo mismo que educarse con fotografías antiguas.
Con la aparici6n de la fotografta, a fines del siglo XIX, se inicio una verdadera revoludon en la expresi6n, Iii eual no ha dejado de avanzar y profundizarse debido a los constantes adelantos tecnicos. La mayorfa de los que se dedican a ella -desde el fot6grafo tecnico hasta el artista-son sensibles a sus caracteristicas objetivas de herramienta versdtil y util para manejar la realidad. Sin embargo, son pecos los que han podido sustraerse a la fascinacion de 10 que la fotograffa puede hacer, para pasar a una categorfa superior en donde se planteen 10 que la fotografia es en terminos filos6ficos.
La niebla que cubre los comienzos de la fotografía no es ni mucho menos tan espesa como la que se cierne sobre los de la imprenta; resultó más perceptible que había llegado la hora de inventar la primera y así lo presintieron varios hombres que, independientemente unos de otros, perseguían la misma finalidad: fijar en la «camera obscura» imágenes conocidas por lo menos desde Leonardo. Cuando tras aproximadamente cinco años de esfuerzos Niepce y Daguerre lo lograron a un mismo tiempo, el Estado, al socaire de las dificultades de patentización legal con las que tropezaron los inventores, se apoderó del invento e hizo de él, previa indemnización, algo público. Se daban así las condiciones de un desarrollo progresivamente acelerado que excluyó por mucho tiempo toda consideración retrospectiva. Por eso ocurre que durante decenios no se ha prestado atención alguna a las cuestiones históricas o, si se quiere, filosóficas que plantean el auge y la decadencia de la fotografía. Y si empiezan hoy a penetrar en la consciencia, hay desde luego para ello una buena razón. Los estudios más recientes se ciñen al hecho sorprendente de que el esplendor de la fotografía — la actividad de los Hill y los Cameron, de los Hugo y los Nadar— coincida con su primer decenio. Y este decenio es precisamente el que precedió a su industrialización. No es que en esta época temprana dejase de haber charlatanes y mercachifles que acaparasen, por afán de lucro, la nueva técnica; lo hicieron incluso masivamente. Pero esto es algo que se acerca, más que a la industria, a las artes de feria, en las cuales por cierto se ha encontrado hasta hoy la fotografía como en su casa. La industria conquistó por primera vez terreno con las tarjetas de visita con retrato, cuyo primer productor se hizo, cosa sintomática, millonario. No sería extraño que las prácticas fotográficas, que comienzan hoy a dirigir retrospectivamente la mirada a aquel floreciente período preindustrial, estuviesen en relación soterrada con las conmociones de la industria capitalista. Nada es más fácil, sin embargo, que utilizar el encanto de las imágenes que tenemos a mano en las recientes y bellas publicaciones de fotografía antigua para hacer realmente calas en su esencia. Las tentativas de dominar teóricamente el asunto son sobremanera rudimentarias. En el siglo pasado hubo muchos debates al respecto, pero ninguno de ellos se liberó en el fondo del esquema bufo con el que un periodicucho chauvinista, Der Leipziger Stadtanzeiger, creía tener que enfrentarse oportunamente al diabólico arte francés. «Querer fijar fugaces espejismos, no es sólo una cosa imposible, tal y como ha quedado probado tras una investigación alemana concienzuda, sino que desearlo meramente es ya una blasfemia. El hombre ha sido creado a imagen y semejanza de Dios, y ninguna máquina humana puede fijar la imagen divina. A lo sumo podrá el artista divino, entusiasmado por una inspiración celestial, atreverse a reproducir, en un instante de bendición suprema, bajo el alto mandato de su genio, sin ayuda dc maquinaria alguna, los rasgos humano‐divinos. Se expresa aquí con toda su pesadez y tosquedad ese concepto filisteo del arte, al que toda ponderación técnica es ajena, y que siente que le llega su término al aparecer provocativamente la técnica nueva. No obstante, los teóricos de la fotografía procuraron casi a lo largo de un siglo carear‐se, sin llegar desde luego al más mínimo resultado, con este concepto fetichista del arte, concepto radicalmente antitécnico. Ya que no
2009
Un malestar invade la fotografia hasta el punto de que las manipulaciones politicas recientes la emplean para producir engano. Es preciso redefinir y dialectizar los conceptos de estetica y de politica. Y, para ello, hay que analizar la evolucion, a lo largo de 40 anos, de las condiciones y de las modalidades de produccion de reportajes fotograficos, en particular los de guerra, y asimismo estudiar los condicionamientos ideologicos de exhibicion, de exposicion y de comunicacion de las imagenes fotograficas producidas –en los museos, en la prensa y en Internet. Lo que esta la libertad de hacer, de ver, de pensar, de vivir…
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Boletín Cultural y Bibliográfico, 2019
{Común-A}, 2019
Documentación de las Ciencias de la Información, 2012