Sobre la deconstrucción de la «diversidad cultural»

Pocas situaciones en el Museo de La Plata resultan tan intensamente vividas por los integrantes del servicio de guías como la que se genera durante la experiencia de guiar la sala de Etnografía "Espejos Culturales". En ésta, se exhiben piezas pertenecientes a Pueblos Originarios que forman parte de las colecciones de la Institución. Las mismas fueron adquiridas mayormente a través de campañas llevadas a cabo desde fines del siglo XIX hasta la actualidad.

Doxa. Cuadernos de Filosofía del Derecho, 2007

El autor analiza el ensayo de E. Garzón Valdés, «Cinco confusiones conceptuales acerca de la relevancia moral de la diversidad cultural» (1997), y pone de relieve la postura liberal, universalista, cosmopolita e ilustrada de Garzón, y sus críticas a los comunitaristas-liberales. Al final el autor se pregunta sobre las razones del escaso interés de Garzón por la cuestión de la fundación de la moral, y avanza al respecto una provocadora respuesta.

Fondo Editorial Universidad Católica de Oriente, 2020

2012

maneras de interrogar lo que encierran los términos es el realizar una breve arqueología de las palabras que utilizamos para definir, en este caso, lo que entendemos como «diversidad cultural». Diverso viene del latín diversus, que es el participio de «divertere» (divertir), lo que nos devela uno de los sentidos que la diversidad ha tenido a través de la historia: el señalamiento de una diferencia, en relación con una normalidad establecida, cuya sola presencia sirve como objeto de diversión: los enanos o los hermanos siameses en los circos, el hombre elefante, en fin, personas con defectos físicos notables cuyo destino era el encierro o el circo. Es lo que podemos denominar la carnavalización de lo diverso. Otro sentido que se generó a partir de diversus sirvió para designar lo alejado, lo exótico, lo extraño, que a fines de la Edad Media agregaría la connotación de malvado, cruel, salvaje. La diversidad se asociaba con la anormalidad, y ésta con la maldad. Esta es una característica que recogieron los cuentos populares de hadas y, modernamente, muchos de los papeles malvados en el cine se asocian-desde una estética dominante metropolitana-con personas con algún tipo de discapacidad o con una otredad amenazante (fea, sucia, malvada; por ejemplo, los negros en un principio, luego los mexicanos y ahora los árabes en los filmes norteamericanos). Hacemos hincapié en estos últimos ejemplos porque podemos ver una estrecha relación entre diversidad y discapacidad. Desde un punto de vista del funcionamiento social, los límites entre ambos conceptos tienden a difuminarse, incluso desde el punto de vista físico, que es el ámbito en que la discapacidad se hace más notoria. Si vemos ésta como una forma de la diversidad, también lo diverso (por ejemplo ser negro en una sociedad racista; ser indio en una sociedad latinoamericana; ser de una casta inferior en la India; ser mujer en una sociedad eminentemente patriarcal; ser gay en una sociedad machista intolerante) puede funcionar socialmente, para todos los efectos, como una forma de discapacidad social. Lo anterior debe llevarnos a examinar la conveniencia de que la reflexión teórica sobre la diversidad y sus repercusiones institucionales, tenga en cuenta esa imbricación histórica señalada al inicio, cuyos sentidos conviven de alguna forma en el presente, en la memoria de su historia que cada palabra arrastra, y la forma de funcionamiento social de los conceptos de diversidad y de discapacidad, que funcionan en muchos aspectos de manera correlativa. En ese sentido, parece necesario revisar la conveniencia de adjuntar a diversidad el adjetivo «cultural». Esa operación, en lugar de aportar, podría más bien ocultar o lanzar un velo sobre otros tipos de diversidades, al restringir sus posibilidades de aplicación a un ámbito muy específico: el de las etnias y migraciones. Obviamente podemos decir que TODO es cultural, pero justamente por el carácter universal que tiene, no ayuda mucho para la diferenciación de los fenómenos y problemas que queremos precisamente diferenciar. El sintagma mismo de diversidad cultural es bastante reciente; es un producto de los nuevos léxicos de la posmodernidad, al cuestionar un canon de la normalidad y de la 1 1 Ponencia presentada en el coloquio Identidades culturales en ocasión de la "Semana del 30 aniversario"

2009

2011

CULTURAL DIVERSITY IN CONTROVERSIAL CONDITIONS Summary: After a much needed review demystifying the concept of "culture", this paper states that the true value of so-called cultural diversity is co-evolution by mutual interaction. I provide an example of controversy over violent practices with animals in northern California, detailing how concern for the economic value of urban properties near charro arenas supersede pro-animal or pro-culture arguments. Finally, I critique the situation in Mexico with its total absence of discussion and the disqualification of other parties as relevant stakeholders. Key words: culture, charreada, California, animal, violence DIVERSIDAD CULTURAL EN CONDICIONES POLÉMICAS Resumen: Luego de una necesaria mirada desmitificadora de la “cultura”, puntualizo que el justo valor de la llamada diversidad cultural es la co-evolución por interacción mutua, muestro un ejemplo de polémica en torno a prácticas violentas con animales en el norte de California, preciso cómo por encima de los argumentos pro-animales o pro-cultura, se impone la preocupación por el valor económico de propiedades urbanas cercanas a los lienzos charros. Finalmente, critico que la situación en México sea la total ausencia de debate y la descalificación de unos y otros como interlocutores pertinentes. Palabras clave: cultura, charreada, California, animal, violencia

Tropelías: Revista de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada, 2014

¿En qué sentidos las prácticas culturales responden a necesidades, intereses y deseos individuales o colectivos?, ¿en qué medida esas prácticas nos interpelan y conforman, manipulándonos en ocasiones, coartando nuestra libertad y actuando como estructuras ideológicas más o menos represivas?, ¿hasta qué punto la cultura es un medio de proyección o de opresión del ser humano?, ¿es la cultura global resultado de la suma de culturas parciales o de procesos constantes de transculturación?, ¿de qué manera el saber y lo imaginario están entrelazados?, son preguntas que afectan a la línea de flotación de muchas de nuestras sociedades, en las que el desarrollo de la tecnología digital, reticular y telemática ha modificado unos hábitos de pensamiento en los que la identidad, la historia y la cultura son ya, necesariamente, categorías que hay que volver a formular, y ello sobre unas coordenadas inéditas de tiempo y espacio.

When the so-called cultural unity of states becomes a chimera in front of our eyes, a chimera that can only be reached in the feverish minds of fascists and their followers, and the developed world turns into a mosaic of ethnic groups and cultures.