2020, Filosofía&co
Pocas cosas nos preocupan y nos ocupan a las personas tanto como el futuro. El futuro nos interesa porque, como dijo Woody Allen, es donde pasaremos el resto de nuestra vida y porque, de alguna manera, creemos que está en nuestra mano hacerlo más habitable. Lo sorprendente, dada esa preocupación por el futuro que tenemos como individuos, es que nuestras sociedades no inviertan un mayor esfuerzo en diseñar el futuro. Sólo hay que pensar en la deliberada pasividad con que hemos contemplado la amenaza del cambio climático durante los últimos cincuenta años. Las posibilidades que nos ofrecen la ciencia y el desarrollo tecnológico hoy son mayores que nunca, pero también los riesgos y los retos a los que nos debemos enfrentar: la superpoblación, el envejecimiento, el cambio climático, la desigualdad. Estudiar el futuro es, no obstante, una tarea extraña. A diferencia del pasado, no podemos enviar a nuestros exploradores en busca de trazas o evidencias en los restos arqueológicos o en los libros por la sencilla razón de que el futuro no existe. En consecuencia, nuestra mejor herramienta para indagar sobre la realidad, el método científico, resulta strictu sensu inaplicable. Ciertamente, podemos formular hipótesis sobre lo que está por venir, pero no podemos diseñar experimentos que nos permitan refutar su validez hoy. Cuando nos referimos a los estudios de futuros como una disciplina o conjunto de técnicas de carácter científico, nos movemos en un terreno filosóficamente pantanoso. En este ensayo, argumentamos que hay dos cosas que podemos hacer con el futuro, no necesariamente excluyentes: anticiparlo y crearlo. El futuro no se puede predecir, pero es posible navegarlo mejor, imaginar y anticipar futuros alternativos posibles, analizar su plausibilidad y acordar cuáles de esos futuros son preferibles. Y es posible invertir en la creación de algunos de esos futuros. Lo hacemos constantemente. La pregunta que nos planteamos es: ¿lo hacemos de la mejor manera posible? ¿Tenemos las herramientas necesarias para una acción colectiva eficaz? ¿y justa?