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El deseo de la autoconciencia

Abstract

De los contrarios, el que conduce al nacer se llama guerra y discordia; el que conduce a la aniquilación se llama concordia y paz.» Heráclito (Fr. 80) El trabajo que quiero compartir con ustedes es una exploración del sentido y el papel que Hegel le otorga al deseo en la Fenomenología del Espíritu (FE) 1 . La tesis que quiero sostener aquí es que la autoconciencia, examinada bajo la lógica del deseo, representa un modo de ser cargado de una extrema negatividad pero al mismo tiempo de una extrema positividad o, dicho en otros términos, la autoconciencia, en tanto desea, representa el punto en que se genera el nacimiento y la aniquilación de aquello que llamamos realidad, de los sentidos y valores con los que nos referimos o comprendemos al mundo y las experiencias que lo componen. Para probar semejante tesis, contradictoria con la intención central de la FE, quiero dividir mi exposición de la siguiente manera: en primer lugar es necesario caracterizar aquello que Hegel llama autoconciencia, para eso explicaré alguna de las diferencias que ella guarda con la conciencia, y luego a qué se refiere Hegel cuando afirma literalmente que la "autoconciencia es, en general, deseo". En segundo lugar quiero exponer la dialéctica que se pone en juego entre autoconciencia y autoconciencia, una lucha en la que se pone en juego la libertad más elemental que poseemos. Finalmente quiero discutir mi postura con la lectura que Alexander Kojève ha desarrollado sobre el mismo tópico y contrastarla con una de las tesis de la Genealogía de la moral de Nietzsche.