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La filosofía de Lévinas se inspira en las fuentes tradicionales del judaísmo, por más que apenas consienta que afloren a la superficie del discurso. De ahí la conveniencia de abordar su obra como un palimpsesto en el que operan dos niveles textuales, uno de ellos explícito (fenotexto filosófico) y el otro velado (prototexto judío). El Otro y el Mismo se relacionan entre sí según el modelo bíblico del vínculo YHWH-Israel: mientras que la Revelación inspira la epifanía del rostro, la Redención subyace a la reconstrucción de la subjetividad en clave ética. En su conjunto, la heterología de Lévinas reitera, en el elemento de la filosofía, las experiencias centrales del monoteísmo hebreo.
"Quiero saber de Dios y el hombre. ¿Nada más? Nada absolutamente".
La filosofía, hoy La extraña aventura que a las verdades acontece: el advenimiento de la verdad Articulación de la historia y la filosofía En materia de arte, de amor o de ideas creo poco eficaces anuncios y programas. Por lo que hace a las ideas, la razón de tal incredulidad es la siguiente: la meditación sobre un tema cualquiera, cuando es ella positiva y auténtica, aleja inevitablemente al meditador de la opinión recibida o ambiente, de lo que con más graves razones que cuanto ahora supongan ustedes, merece llamarse «opinión pública» o «vulgaridad». Todo esfuerzo intelectual que lo sea en rigor nos aleja solitarios de la costa común, y por rutas recónditas que precisamente descubre nuestro esfuerzo nos conduce a lugares repuestos, nos sitúa sobre pensamientos insólitos. Son éstos el resultado de nuestra meditación. Pues bien: el anuncio o programa se reduce a anticipar estos resultados, extirpándoles previamente la vía al cabo de la cual fueron descubiertos. Pero, como veremos, un pensamiento separado de la ruta mental que a él lleva, isleño y abrupto, es una abstracción en el peor sentido de la palabra, y es, por lo mismo, ininteligible. ¿Qué se gana cuando se comienza una investigación colocando al público frente a este acantilado inasequible que sería nuestro programa, es decir, comenzando por el fin?
P r o s a V I 851 1. En primer lugar, ¿te avienes a que con unas po cas preguntas explore y tantee tu estado de ánimo, para podei así ver la manera de curarte? *-Pregunta a tu arbitrio-le dije-lo que quieras com o a quien, de cierto, te va a respon der.-Entonces ella: ¿Piensas que este mundo es movido por la casualidad temeraria y fortuita, o más bien crees que hay en él una dirección racional?-En modo alguno puedo dar en pensar que movimientos tan bien concertados puedan deberse al azar fortuito, sino que bien sé-y ojalá que nunca deponga esta convicción-que es Dios, su autor, el que está al frente de su obra.-Así es, pues poco ha lo has celebrado en tus versos, deplorando que fuesen solos los hombres los que se sustraen a la divina tutela. Ya que no abrigabas la menor duda de que los demás seres estuviesen regidos por la razón. Pero, ¡a h !, me admira en extremo el que teniendo tan saludables pensamientos, estés enfermo. Mas sigamos investigando: con jeturo que algo, no sé qué, te falta. Dime, pues: ya que no dudas que el mundo sea regido por Dios, ¿sabes también de qué instrumentos se sirve? i ! 852-Apenas si entiendo el sentido de tu pregunta: ¡cuánto menos podré responder a ella!-¿M e engañaba yo al pensar que algo falta en ti, que deja abierta como una bre cha, a través de la cual se ha infiltrado en tu alma el estado morboso de la desolación? Dime: ¿recuerdas cuál es el fin de las cosas y hacia qué se dirige la tendencia de la naturaleza en tera?-Lo tengo oído, pero la tristeza me ha embotado la me moria.-Sabes, por lo menos, de dónde proceden todas las cosas.-Sí, lo sé, y ya te he respondido que es de Dios.-Y ¿cóm o es posible que, conociendo el principio de las cosas, ignores su fin? Pero, en fin, ésa es la fuerza de esos estados pasionales, que son capaces de conmover al hombre, pero no pueden arrancarlo totalmente de sí mismo y apoderarse de él. * Personajes del diálogo: La f i l o s o f í a y B o e c i o. 851-897 C o u r c e ll e , o .c ., p.332.333-344; 7-11; C ro cco , o .c ., p.5-6.46-96. 851 C ro cco , o .c., p.54; J. G r u b e r , Die Erscbeinung der Philosophie in der «Consolalio Pbilosophiae» des Boethius: Rehin. Muss. Phil. 112 (1969) 166-86. Consolación sobre la filosofía 529 853 Pero desearía que me respondieses también esta pre gunta: ¿Recuerdas que eres hombre?-¿Y cóm o no he de recordarlo?-¿Podrás, entonces, decir lo que es el hombre?-¿Es que me preguntas si sé que yo soy animal racional y mortal? Lo sé y declaro que soy eso.-¿Nada más que eso piensas que eres?-Nada más.-Ahora descubro otra causa, la más grave, de tu mal: has perdido el conocimiento de lo que eres. Y ya con eso he encontrado la explicación completa de tu mal y del camino que hay que emprender para devol verte la salud. En efecto, estás envuelto en la confusión que te acarrea el olvido de lo que eres: por eso te lamentas de tu destierro y del despojo de tus bienes. Y al ignorar el fin de las cosas, tienes por poderosos y felices a los malvados y per versos. Por fin, por no tener en cuenta qué poder rige al mun do, piensas que el vaivén de la fortuna se mueve sin alguien, que lo dirija: cosas todas que son causas graves, no ya de una, enfermedad, sino aun de la muerte misma. Pero demos gra cias al Autor de la salud porque la naturaleza no te ha aban donado del todo. 854 Contamos con una gran ayuda para que recuperes la salud, y es la opinión verdadera que tienes sobre el gobier no del mundo, pues crees que se debe no al azar fortuito, sino a la ordenación divina; no abrigues, pues, ningún temor: ya de esta pequeñísima chispa se encenderá el calor vital. Pero como no es tiempo todavía de emplear remedios más enérgicos, y sabemos que es condición de la mente humana el que, al rechazar las opiniones verdaderas, se imbuya de errores que, a modo de una neblina, perturban el libre ejercicio de la inteligencia, trataré primero de sosegar un poco tu alma con los sedantes más suaves y ordinarios, para que así, disipadas las tinieblas de tu estado pasional, puedas reconocer el esplendor de la verdadera luz. LIBRO III P r o s a II 855 1. Entonces, bajando un poco los ojos, y com o re cogiéndose en lo más recóndito de su alma, empezó a hablar así: T odo el afán de los mortales, trabajado por múltiples ape-854 C ro cco , o .c ., p.53. 855-859 C o u r c e ll e , o .c ., p.113-126. 855-856 C r o c c o , o .c ., p.61-69.
Identifica algunos usos e intenciones del lenguaje humano y comunicativo, lo que le permite problematizar sus sentidos y aplicaciones en distintos contextos de la cotidianidad.
Merleau-Ponty comienza un extenso análisis en busca de dilucidar o al menos, de plantearle al lector acerca de lo que busca el que escribe, particularmente cuando ese que escribe es un filósofo. Trataremos de discurrir a lo largo de este párrafo, que se extiende desde la página 141 hasta la 149 de la edición castellana de “La prosa del mundo”.
FILOSOFÍA PARA MI, 2007
1. Filosofía de la filosofía...................................................................... 2. De las ciencias a la filosofía............................................................. 3. Filosofía y ciencias sociales............................................................. 4. Libre albedrío y determinismo........................................................ 5. Alma y cuerpo, conciencia y objeto, mente y cerebro................ 6. El conocimiento............................................................................... 7. Conocimiento e interpretación...................................................... 8. Filosofía y lenguaje.......................................................................... 9. Filosofía y sentido de la existencia................................................ 10. ¡Ay Dios!............................................................................................
Filosofía en la Ciudad. Caracas y la Filosofía, 2018
Dice el prof. Alfredo Vallota: Este libro recoge algunas de la charlas ofrecidas a los largo de estos años, compiladas por Lucía Dao y Alfredo Vallota. Agradecemos a la Konrad Adenauer Stiftung, en la persona de su coordinadora Lisbeth Mora, a la Dirección de Publicaciones de la UCAB, en su director Marcelino Bisbal, a Agatha Cocozzeli y Yelitza Rivero por su colaboración general, y especialmente a Mario Di Giacomo, sin cuyo empeño esta publicación no hubiera sido posible. Si los dioses nos son propicios, la fuerza nos acompaña, y el público nos sigue apoyando, puede que sigan otros.
En la Edad Moderna -que dicen que se inició con los Principia de Newton, de tal forma que alguien corrigió el Génesis del Antiguo Testamento, diciendo que Jehová mandó que apareciera Newton y se hizo la luz-se buscó la independencia de la religión y todo lo que sonara a metafísico, esotérico y se buscaron respuestas solamente en la naturaleza material.
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ÉPOCAS Y AUTORES DE LA FILOSOFÍA , 2020