2011, Diccionario de Motivos Amatorios en la Literatura Latina
TRIUNFO DE AMOR (triumphus amoris; véase también DESNUDEZ, “d. de la *amada”; MILICIA DE AMOR, “triunfo”; y RONDA DE AMOR, “el *amante consigue ser aceptado”): metáfora por la que se representa figuradamente el éxito del enamorado sobre la *amada, el *rival, *Amor, etc. o al contrario. Podemos decir que se trata de una implantación genuinamente romana, por cuanto el triunfo era el honor concedido en principio a un general victorioso y a su ejército, y con el paso del tiempo casi de manera exclusiva al emperador o a la familia imperial, tras una victoria decisiva que sirviera para terminar con una guerra contra un enemigo extranjero (sobre el triunfo en Roma véase Versnel, 1970 y Beard, 2007). El cortejo militar iba frecuentemente precedido de los senadores, el botín y los prisioneros, a continuación venía el militar vic-torioso, vestido de púrpura, la tunica palmata o la tunica picta, en un carro, el currus triumphalis, tirado por cuatro caballos blancos y coronado con el símbolo del triunfo, la corona laurea o la corona triumphalis, en ocasiones también de oro, sostenida sobre la cabeza del triumphator por un esclavo, servus, que le repetía las conocidas palabras respi-ce post te, hominem te esse memento. La procesión salía del Campo de Marte hasta el Capitolio por la Via Sacra. Los soldados del general victorioso frecuentemente entona-ban cánticos festivos en los que lanzaban puyas a su general , como se encarga Suetonio de recordarnos en la entrada triunfal de César: Svet. Iul. XLIX 4 Gallico denique trium-pho milites eius inter cetera carmina, qualia currum prose-quentes ioculariter canunt, etiam illud vulgatissimum pronun-tiaverunt: Gallias Caesar subegit, Nicomedes Caesarem: / ecce Caesar nunc triumphat qui subegit Gallias, / Nicomedes non triumphat qui subegit Caesarem. Es de notar que el pro-pio Horacio haga una alusión a Cleopatra, quien al darse muerte evitó ser llevada en triunfo como prisionera: Carm. I 37, 29-32 deliberata morte ferocior, / saevis Liburnis scilicet invidens / privata deduci superbo / non humilis mulier trium-pho. Y Ovidio sitúa en Ars 213-228 una futura procesión de triunfo, como lugar propicio para encontrar el * amor cuando el joven trate de conquistar a la * amada haciendo un alarde de erudición o de imaginación describiendo el cortejo triunfal. En un principio hemos de decir que la me-táfora debió de surgir como desarrollo natural de la * mili-cia de amor, puesto que el triunfo deriva de una victoria militar. Por tanto los primeros casos en los que podemos vislumbrar algún elemento privativo del triunfo de amor son aquéllos en los que el enamorado proclame la victoria ante un * rival o sobre la propia * amada o * amado. Por po-ner algunos ejemplos, ya desde la comedia, sirvan Plavt. Truc. 699-707, donde no hay léxico específico del triunfo, solo la alusión a que los * regalos del adulescens han gustado más que los del * rival, un soldado, a la * amada; o Ter. Andr. 957-961; Haut. 692-693 quid faciam, Syre mi? gaudeo; fer me. {Sy.} fero hercle vero. / deorum vitam apti sumus, donde tampoco hay léxico específico, solo la alusión a la felicidad del joven enamorado por alcanzar la aceptación de la * ama-da; en ambos casos el enamorado se compara a los dioses, que tienen vida eterna. Horacio refiere algunos contextos semejantes: Carm. III 20, 7-8 grande certamen, tibi praeda cedat / maior an illi; incluso propone elementos propios de la victoria, como la palma: Hor. Carm. III 20, 12. La mis-ma palma que Tibulo, en I 9, 81-82, tributa a * Venus como exvoto para conseguir un * amor que sustituya a Márato. Pero sin duda son los poetas elegiacos los que fueron perfi-lando poco a poco la metáfora. Propercio en I 8b, describe en términos cercanos al triunfo su victoria sobre un acau-dalado * rival, empezando por un orgulloso vicimus y finali-zando por recordar la gloria que ello le reportará (cf. Tib. I 8, 49 neu Marathum torque: puero quae gloria victo est?). Pero es en II 14 donde Propercio logra la formulación más completa de la metáfora.-de * Amor (* Cupido) sobre el enamorado: * Amor puede triunfar sobre el enamorado, como en Prop. II 8, 40 mirum, si de me iure triumphat Amor? * Amor repre-sentado por * Cupido tiene su ceremonia triunfal más detallada en Ov. Am. I 2, 19-48, donde Ovidio describe pormenorizadamente cómo es el cortejo de * Cupido en triunfo. El niño dios lleva el pelo ceñido con mirto, su carro lo tiran palomas y la comitiva la integran los jóve-nes enamorados. El poeta, herido, arrastra sus cadenas como un cautivo que previamente se ha sometido me-diante la ceremonia de ofrecer las palmas de las manos al vencedor. También forman parte de la procesión la Mens Bona y el Pudor, derrotados en los cuarteles de * Amor. El vulgo gritará al paso, se entiende el grupo de los no enamorados, que de otra manera, si lo estuvie-ran, formaría parte del cortejo de los cautivos. El grito será el propio de las comitivas triunfales, el io triumphe. También marcharán los soldados de tan insigne general: Blanditiae, Error y Furor, personificaciones recono-cidas por la moral tradicional como bastante negativas (véase LOCURA DE AMOR). Las * flores para el ven-cedor las lanzará orgullosa la propia * Venus, madre del triunfador, desde el cielo y el aspecto de éste será de oro, como lo eran los laureles del general victorioso. La misma imagen de los muchachos y muchachas sin * amor que en el futuro formarán parte del cortejo de los cautivos de * Cupido se ve en Ov. Am. II 9, 16 hinc tibi cum magna laude triumphus eat. Como vemos algunos elementos han sido sustituidos: el mirto, en principio por ser la planta de * Venus y secundariamente, tal vez, Triunfo de amor