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El paseante de la peste: las naturalezas según Nicolás Maquiavelo

2020, Revista Argentina de Ciencia Política

Abstract

A partir de la referencia a las pestes y los desastres naturales que hace Maquiavelo en el capítulo quinto del segundo libro de Discursos sobre la primera década de Tito Livio y en un texto denominado Epístola de la peste que recientemente fue otorgado a su autoría, se analizarán las distintas acepciones que toma la naturaleza. En primer lugar, desarrollamos la primera acepción de la naturaleza, entendida en tanto cosmos. Ésta remite a un principio de movimiento cíclico regido por el movimiento de los cielos. En segundo lugar, identificamos una segunda noción de naturaleza, asociada al orden telúrico. En tercer lugar, hacemos mención a un tercer significado de la naturaleza, vinculado al ser humano. Ésta tiene que ver con una serie de características, temperamentos, disposiciones y pasiones que animan el accionar de los seres humanos, y que Maquiavelo piensa tanto en términos individuales como colectivos. Por último, observamos que, en la obra de Maquiavelo, estas distintas acepciones de la naturaleza conviven y se articulan con la fortuna, la cual introduce un principio de indeterminación y contingencia en el mundo, que gobierna la condición de los tiempos en los asuntos humanos. De estos cuatro aspectos nos abocaremos en este artículo.

Key takeaways

  • Con argumentos probatorios, Stoppelli otorga a Maquiavelo la autoría de Epistola della peste; un texto que había sido originariamente atribuido a Lorenzo Strozzi, un amigo de Maquiavelo perteneciente a una de las más ricas e influyentes familias florentinas.
  • Sin embargo, como mencionamos al comienzo, es en el quinto capítulo del libro II de los Discursos donde Maquiavelo expone con mayor claridad la influencia del cielo en los asuntos humanos.
  • La articulación entre estos pasajes en los que Maquiavelo enuncia un principio de movimiento de todas las cosas y las citas que consignan la influencia de los cielos en dicho movimiento, permite observar nuevamente el alcance de la concepción astrológica de la época en los escritos de Maquiavelo.
  • De hecho, tal como observa Maquiavelo en el capítulo 9 del libro III de los Discursos, titulado "Cómo conviene variar con los tiempos, buscando siempre la buena fortuna", la fortuna controla la cualidad y la naturaleza de los tiempos:
  • No obstante, como queda de manifiesto en ese mismo capítulo de El Príncipe, Maquiavelo no se abandona a una concepción absolutamente heterónoma de la acción humana: "No obstante, para que nuestro libre albedrío no se extinga, juzgo que puede ser verdadero que la fortuna es árbitro de la mitad de nuestras acciones, pero que también ella nos deja gobernar la otra mitad, más o menos, a nosotros" (2012: 132).