La moda del progreso

Ars Brevis, 2014

El articulo realiza una aproximacion a la idea de progreso en cuanto mito, concibiendo a este ultimo desde la antropologia simbolica de Lluis Duch como una dimension ineludible del ser humano que opera legitimando las relaciones y las instituciones que regulan la vida social. A traves de una breve revision historica del pensamiento moderno, se analizan los principales implicitos que subyacen a la idea de progreso bajo una particular concepcion de la realidad que se fue consolidando mediante un paulatino endiosamiento del ser humano. Por otro lado, se recuperan las reflexiones de autores contemporaneos para vislumbrar las caracteristicas que este mito ha adquirido en las ultimas decadas, las cuales se ven reflejadas en una profunda transformacion en la existencia y del saber humano a partir de un creciente endiosamiento de la tecnologia. Mediante el analisis de la instauracion del progreso como valor sagrado se busca comprender el enorme alcance que esta doctrina ha adquirido en la c...

Este trabajo intenta desvelar el nuevo papel de la moda en las sociedades avanzadas, frente a la posición ideológica de la escuela francesa, integrada por Bourdieu y Baudrillard, aparecen otras posturas más centradas en la postmodernidad como las de Lipovetsky, Morace y Maffesoli que abordan el papel de la moda de forma diferente. Ya que el consumo jerárquico de la moda ha sido sustituido por el placer y la comodidad, pasando del «estatus símbolo» al «estilo símbolo» y al desencadenamiento del proceso tribal en el ámbito de las apariencias. El interés de este trabajo arranca, precisamente, de esta nueva perspectiva que intenta descifrar el nuevo papel de la moda en las sociedades postmodernas.

en Memoria. México, D.F.: Museo Nacional de Arte, INBA, núm. 8, 2000, pp. 91-92.

La dehesa, buque insignia de aprovechamiento humano compatible con la conservación ambiental, entró en crisis hace 50 años. El desarrollismo iniciado por el franquismo y sellado durante la monarquía constitucional, sumado a una estructura de la propiedad heredada de las desamortizaciones del siglo XIX, podría acabar definitivamente con este agrosistema mientras no se aborden de raíz sus problemas de gestión.

Hay dos grandes herejías en el pensamiento moderno que oscurecen y frenan cualquier intento de renacer humanístico. No pretendo tratar aquí del valor y la eficacia de las propuestas educativas de los países occidentales y la desastrosa relegación de las bellas artes y de las letras en general a un rinconcito sucio y abandonado en los curricula. Aunque, como sucede con la gran mayoría de las herejías, las dos a las que me refiero han participado implícitamente en este camino de merme formativo. La primera de las herejías es la de la dictadura moral de los procesos y la segunda, más sutil y más peligrosa, la de la antropología situacional. Detrás de ambas se proyecta la eterna paradoja de la filosofía, esa confusa ambigüedad producida por los dos grandes anhelos existenciales del hombre: el de conservar y hacer perdurar, y el de progresar y crecer.

El título de esta conferencia asume varios presupuesto que tal vez no sean evidentes para todos: (1) que la del progreso no es una teoría científica sino, fundamentalmente, un imaginario, y, (2) que este imaginario está repleto de elementos míticos. Como veremos, lejos de ser la historia la que lleva inscrita en su naturaleza la necesidad del progreso, es la misma idea de progreso la que está sujeta a la historia.

170 Escalones, 2019

Reseña: primer registro discográfico de Emilia Cersofio (Paraná)

Al presente, dos lecturas se disputan con ribetes descollantes la interpretación del Progreso. Una lo explica como efecto de la secularización del arcano teológico.1 Otro planteo lo estudia desde la perspectiva del advenimiento de la tecnología.2 Estas dos lecturas presentan en común el abandono del vínculo de necesidad entre Progreso e Historia, en cuanto correspondería, en la versión tradicional, a una dirección que sigue la especie humana.

Arte Y Nuevas Tecnologias X Congreso De La Asociacion Espanola De Semiotica 2004 Isbn 84 95301 88 1 Pags 19 32, 2004

Las nuevas tecnologías lo invaden todo. La cuestión es si van a poder con las artes o si las artes podrán con ellas alcanzando una adecuada simbiosis. Hay que felicitar a los organizadores de este congreso por haber seleccionado un marco temático tan interesante y tan necesitado de indagaciones serias. La pregunta fundamental que nos mueve a todos los que de una forma o de otra tenemos que ver con el arte y sus productos es precisamente la de si las nuevas tecnologías confirmarán o modificarán la concepción del arte, si la noción de arte es estática e inamovible o si admite cambios o, dicho de otra forma, si la emancipación del saber en general y el desarrollo tecnológico alterarán el concepto y el alcance del arte o no. Para esclarecer la cuestión me pareció lo más prudente presentar en primer lugar un cuadro sucinto de lo que considero los rasgos imprescindibles del arte y continuar después, más brevemente aún, con lo que entiendo por 'progreso', pa ra concluir analizando de qué manera el ámbito de lo artístico participa, en ciertos aspectos, de los adelantos tecnológicos y cómo en otros permanece al margen del progreso. ¿Qué es arte? Ésa es la cuestión que debemos aclarar primero. De entrada, no parece que se ponga en duda el que las artes pertenezcan a las actividades culturales. Sin embargo, pueden surgir interrogantes en el deslinde y la definición de lo que es cultura. Vivimos actualmente una verdadera inundación de acepciones y concepciones de cultura. Desde Estados Unidos e Inglaterra nos invaden numerosos Cultural Studies que

Al terminar el siglo XIX eran notorios los cambios que en materia económica se habían sucedido en tan solo dos décadas, pero este proceso fue resultado de varios cambios que se sucedieron durante el ultimo cuarto del siglo XIX, los cuales fueron animados de una parte por la expansión mercantil y financiera proveniente de los Estados Unidos que iniciaba su proceso de industrialización, así como el éxito de una política de conciliación que en el ámbito económico se tradujo en el debilitamiento progresivo del poder legislativo que fue centralizado por el Ejecutivo federal.