2005, Vivir la sexualidad en un mundo roto
Actualmente vivimos en un mundo que cada vez más aparece roto y fragmentado por diferentes fuerzas desintegradotas, resultado de la era de la información y el mercado. Este mundo, nuestro "mundo de la vida" donde se realiza nuestra existencia, fragmenta también nuestra vida, nuestra psique o nuestro espíritu. Hasta nosotros llegan diferentes lógicas las cuales con la magia seductora de las imágenes y sonidos impactantes, encarnadas en ídolos de éxito y felicidad momentánea, nos proponen modelos de vida desarraigados de nuestra propia tierra, del cuerpo. Estas propuestas son muchas y nos vienen en diferentes formas, y nos invaden, nos recorren por dentro, se hacen fuertes en el hueco de nuestras necesidades y heridas personales y sociales, y desde allí empiezan a mover los hilos de nuestra existencia. En fin, a pesar de que existe una idolatrización del cuerpo-autoestima cosmética-, hay una tendencia a su olvido que nos quita espontaneidad y nos aleja de nuestra propia intimidad, de nuestra propia mismidad, de nuestra tierra sagrada. Hemos desacralizado el cuerpo para hacer uso de él como una herramienta de éxito y de consumo de sensaciones artificiales, hemos proclamado la adoración inmediata y exagerada del cuerpo olvidando su dimensión trascendental. Por otro lado, esta desintegración se asienta sobre nuestro antiguo sistema de creencias religiosas recibidas de nuestra familia y sociedad. Creencias e ideas que aportaron a una concepción fragmentada de nuestro ser personas: la idea de cuerpo y alma. Y junto con este dualismo se nos trasmitió la idea de que el mundo perfecto o de realización plena no es aquel que corresponde al cuerpo, sino aquel del alma, ese mundo que pertenece a los dioses, ese mundo ficticio, promesa de vida eterna, que no hizo mas que llevarnos al desprecio de nuestra propia tierra sagrada y bendecida por el creador. Nos hizo olvidar que esta tierra fue bendecida, y no parcialmente, sino en su totalidad, con todas sus manifestaciones biológicas y sicológicas. Olvidamos que esta bendición era 1 Estudiante de Teología de la Universidad Nacional Javeriana, Colombia. Breve ensayo escrito como parte de la reflexión del Cursos de sexualidad y afectividad