2019, QUE ESTA PASANDO EN ESPAÑA
¿QUE ESTA PASANDO EN ESPAÑA? Referéndum ilegal, políticos presos, fugitivos políticos, políticos enriquecidos, moción de censura, elecciones dudosas, nacionalismos periféricos como variante indigenista, violencia de género, inmigración masiva y conflicto catalán, entre muchas otras cosas. ¿Cómo se articula el conflicto político social? La historia no contada de una batalla en la sombra I.-El ataque El primero de junio de 2018, en una España convulsionada por la ofensiva nacionalista catalana y con un gobierno incapaz de ver el Jaque mate que silenciosamente se estaba preparando contra su líder, se produjo el ataque final y tal como los astros predecían, Rajoy fue destituido. Todo estaba pactado de antemano y los observadores políticos pudieron constatar como una persona que tuvo los peores resultados electorales de la historia del PSOE, y que además fue repudiada por la mitad de su partido cuando Eva Matarín-ex-secretaria de inmigración del propio partido-denunció la colocación de urnas no verificadas, sin censo y sin nadie en la Mesa de control. Pues bien, a pesar de lo dicho, de acusar a Sánchez de tramposo y de intento de pucherazo, a pesar de todas las chapuzas por las que le han denunciado, a él y su equipo, esta persona acabó siendo nombrada "PRESIDENTE DEL GOBIERNO". Lo preocupante para una democracia como la española, no era-en principio-un cambio de gobierno, pues no sería la primera vez que esto sucede, sino el hecho de que dicho cambio-anunciado como necesario para acabar con la corrupción del gobierno precedente-, consistiese en poner a la cabeza del gobierno a una persona acusada de tramposa, y que además está a la cabeza de un partido calificado por una parte de la prensa nacional como corrupto. Asimismo, resulta consternante que esto último se haya conseguido gracias a una coalición entre partidos que, en algunos casos, han apoyado abiertamente al terrorismo, y en otros, manifestado una clara ideología separatista, con comportamientos que, hay que decirlo, son provocadoramente inconstitucionales y antidemocráticos. Dadas las circunstancias, no se debería actuar como si todo transcurriese con normalidad, pues dicho cambio está teniendo graves consecuencias para la unidad territorial del Estado español, para la paz social y para nuestra imagen en el exterior. II.-Rebelión Conviene recordar que antes de que se produjese la Moción de Censura, la que conduciría a la destitución de Mariano RAJOY, España ya estaba viviendo un psicodrama político-jurídico y social de carácter internacional que ocupaba los principales titulares de la prensa nacional y extranjera. Estamos hablando, por supuesto, de la rebelión separatista, ilegal y anticonstitucional de los representantes del gobierno catalán, rebelión que tomó la forma de un golpe de estado, cuyo objetivo manifiesto era la ruptura de la unidad territorial de España. Esta rebelión, equivalente a un Golpe de Estado, obligó a las autoridades españolas a intervenir en la gestión local catalana, aplicando el artículo 155 de la Constitución de 1978 por un corto período de tiempo. Además, estas circunstancias de carácter institucional, se vieron agravadas por la rocambolesca huida al extranjero del principal y más visible instigador del golpe, el Sr. Puigdemont, expresidente de la Generalitat, llegándose al paroxismo en mayo de 2018, con el nombramiento, como presidente del gobierno regional de Cataluña, del incalificable Joaquim Torra, cuyas declaraciones raciales, acompañadas por un comportamiento en franca oposición a la Constitución, parecían una constante provocación que buscaba no solo el enfrentamiento violento con las autoridades estatales para poder justificar y legitimar sus posiciones, sino que además, pretendía desviar la atención del Ejecutivo sobre la trama orientada a derrocarle a muy corto plazo. Esta forma de actuar, a la que debemos añadir 30 años de manipulación escolar, dividió a la población catalana en dos bandos inconciliables y además despertó el monstruo del nacionalismo secesionista en otras regiones de España, afectando al conjunto de la población española, que aún guarda en memoria la declaración unilateral de independencia realizada el 6 de octubre de 1934 por Lluis Companys y que costó la vida a más de un centenar de personas. 84 años más tarde, suponemos que nadie querría que este hecho pudiera volver a producirse salvo, quizás, el presidente de la Generalitat y el presidente del Gobierno, si damos crédito a las declaraciones de Torra concernientes a su admiración por la sangrienta "via eslovena" y al reciente lavado del pasado criminal de Companys por el actual gobierno de la nación española, el cual parece más preocupado por separar a los ciudadanos españoles que por unirlos, así como por denigrar la imagen de España o por poner en duda su existencia más que por ensalzarla, haciendo planear la sombra de la duda sobre la capacidad de autogestión democrática de España.