BREVE HISTORIA DE LA ÉTICA

Habíamos hablado que la ética es una rama de la filosofía que piensa o reflexiona sobre la moral. Tiene un carácter universal y busca dar razones fundamentadas sobre cuestiones humanas como lo justo, lo bueno, lo malo, la libertad y los valores. Por su parte la moral es un conjunto de normas que regulan la conducta humana en una sociedad a partir de valores históricos y culturales.

de vida de los pueblos, un discurso valorativo de su acción o del deber ser. La ética primitiva "Desde que los hombres viven en comunidad, la regulación moral de la conducta ha sido necesaria para el bienestar colectivo. Los distintos sistemas morales se establecían sobre pautas arbitrarias de conducta, a partir de los tabúes religiosos, de leyes impuestas por líderes para prevenir desequilibrios en el seno de la tribu. Incluso las grandes civilizaciones clásicas egipcia y sumeria desarrollaron éticas no sistematizadas, cuyas máximas y preceptos eran impuestos por líderes seculares como Ptahhotep, y estaban mezclados con una religión. En la China clásica las máximas de Confucio fueron aceptadas como código moral.

HITORIA DE LA ÉTICA. CONTINUACIÓN.

En este capítulo se toca gener5almente el tema del bien y el mal, expresándolo como que el bien o lo bueno es todo aquello que nos conviene y el mal o lo malo – por lo contrario-es todo aquello que no nos conviene. Por ejemplo, algo malo sería empeñarnos en hacer enemigos y algo bueno sería llevar una dieta balanceada para que nutra nuestro cuerpo. Por lo trato es vital que contemos con el conocimiento del saber que nos conviene y que no, ósea, saber distinguir lo bueno de lo malo. Por otra parte entendemos que algunas veces, sobre todo dentro de las relaciones personales o sociales, lo malo se convierte en bueno y viceversa, como prueba se tiene a la mentira, que por naturaleza es mala ya que hace que la palabra pierda su credibilidad pero en algunas ocasiones pueden ayudar a algunas personas y más en escenarios fatales como la muerte o los problemas , en cambio decir siempre la verdad puede causar mal entendidos y problemas entre las personas, por lo que se puede ver que algunas veces lo bueno parece malo y lo malo parece bueno. Dentro de la naturaleza no hay esa noción de lo bueno y lo malo, los animales, plantas y seres dentro de ella hacen las cosas por instinto, porque su genética así lo dicta, porque ya viene programado en ellos, sin embargo el ser humano tiene la libertad de decidir sus actos y a final de cuentas convertirse en el ser que el desee o elija ser, eso sin ignorar los hechos que no podemos elegir como la sociedad, familia, físico, cultura y país en el cual nacimos y nos desarrollamos, sin embargo si podemos elegir que hacer bajo las condicionas que nos rodean, podemos elegir si como Héctor de Troya, enfrentarnos contra Aquiles o bien simplemente no hacerlo. El hecho de ser libres de elegir un acto no quiere decir que tenemos por hecho que lograremos hacerlo, para ello entra la preparación para ello, sin embargo también somos libres de elegir si nos prepararemos o no. Por otra parte existen limitantes de nuestra libertad o más bien dicho, existen personas que creen que no somos libres justificándose en el gobierno o en la misma sociedad, sin embargo esto sucede ya que a esas personas les es más cómodo culpar a un factor externo sobre su situación que a ellos mismos por no responsabilizarse de las mismas. En realidad, todos somos libres de que hacer o no hacer, todos somos libres de elegir quien queremos ser. CAPÍTULO SEGUNDO ÓRDENES, COSTUMBRES Y CAPRICHOS A lo largo de la vida se nos presentan circunstancias o bien problemas de los cuales somos libres de elegir como resolverlos, aunque las opciones sean reducidas. Somos libres de elegir la opción que más nos convenga o bien menos nos perjudique, que defienda nuestras prioridades. La mayoría del tiempo no nos tomamos el tiempo para pensar que nos es más conveniente, sino que lo hacemos de forma automática, tomamos decisiones automáticas tal vez porque forman parte de una rutina o bien porque no se tiene otra opción. En conjunto a esto se puede decir que para todo lo que hacemos lo respalda un motivo, que es la razón que se tiene o al menos se cree tener para hacer algo, la explicación más aceptable de la conducta cuando se reflexiona un poco sobre ella. En una palabra: la mejor respuesta que se ocurre a la pregunta « ¿por qué hago eso?» ANDREA GUADALUPE RUIZ RODRIGUEZ

La ÉTICA es el ideal básico de la conducta humana. Nuestras preocupaciones diarias, tales como la eficiencia, la competitividad, la rentabilidad y el trabajo no podrán prescindir de un ordenamiento ético que oriente su comportamiento.

Las ideas que se exponen en esta publicación son de exclusiva responsabilidad de los autores, y no reflejan necesariamente la opinión de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas.

1. La búsqueda de justificación ¿De dónde proviene la ética? En esta interrogación se unen dos cuestiones muy diferentes, una sobre un hecho histórico y la otra sobre la autoridad. La inquietud que han suscitado ambas cuestiones ha influido en la configuración de muchos mitos tradicionales acerca del origen del universo. Estos mitos describen no sólo cómo comenzó la vida humana, sino también por qué es tan dura, tan penosa, tan confusa y cargada de conflictos. Los enfrentamientos y catástrofes primitivas que éstos narran tienen por objeto —quizás por objeto principal— explicar por qué los seres humanos han de someterse a normas que pueden frustrar sus deseos. Ambas cuestiones siguen siendo apremiantes, y en los últimos siglos numerosos teóricos se han esforzado por responderlas de forma más literal y sistemática. Esta búsqueda no es sólo fruto de la curiosidad, ni sólo de la esperanza de demostrar que las normas son innecesarias, aunque estos dos motivos son a menudo muy fuertes. Quizás esta búsqueda deriva, ante todo, de conflictos en el seno de la propia ética o moralidad (para los fines tan generales de este artículo no voy a distinguir entre ambos términos). En cualquier cultura, los deberes aceptados entran a veces en conflicto, y son precisos principios más profundos y generales para arbitrar entre ellos. Se busca así 1a razón de las diferentes normas implicadas, y se intenta sopesar recíprocamente estas razones. A menudo esta búsqueda obliga a buscar, con carácter aún más amplio, un árbitro supremo la razón de la moralidad sin más. Esta es la razón por la que resulta tan compleja nuestra pregunta inicial. Preguntar de dónde proviene la ética no es como preguntar lo mismo acerca de los meteoritos. Es preguntar por qué actualmente hemos de obedecer sus normas (de hecho, las normas no agotan la moralidad, pero por el momento vamos a centrarnos en ellas, porque son a menudo el elemento donde surgen los conflictos). Para responder a esta cuestión es preciso imaginarse cómo habría sido la vida sin normas, e inevitablemente esto suscita