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Getino CINE ARGENTINO

Abstract

De ahora en más, escribir sobre cine en la Argentina sin consultar los datos que aporta Octavio Getino en estas tres obras publicadas a mimeógrafo en su exilio peruano será cuando menos una omisión imprudente. ** Por primera vez existen, gracias a estos trabajos, textos exhaustivos y estadísticos sobre el tema. No podemos dejar de señalar los pocos trabajos anteriores sobre cine argentino: por un lado el libro de Domingo Di Núbila, que aporta datos con un criterio más superficial; las obras de Agustín Mahieu. excelentes pero sintéticas y carentes (por su fecha de publicación) de toda la última etapa del proceso; y las obres de Jorge Abel Martín, que historian estos últimos años hasta donde la censura permite en la Argentina, y todos sabemos que permite poquísimo. La primera virtud de Octavio Getino es su coherencia. Y señalo esta virtud porque se hace más y más rara en muchos de nuestros compatriotas exiliados, vencidos por la nostalgia de un país que ya no está y que -asumámoslo-no estará por mucho tiempo. Getino no es de los que dicen que lo bueno y lo malo que se trató de elaborar alrededor del '73 es un "acné juvenil" u otros disparates. Getino asume ortodoxamente y coherentemente su ideología como lo hizo siempre. Y desde esta perspectiva ideológica historia la problemática de los medios de comunicación argentinos y su dependencia. Si hay un camino posible hacia la liberación argentina el paso previo indispensable es el estudio hasta el desmenuzamiento más meticuloso de las líneas de poder para destapar la olla algún día. Getino lo sabe. En 1974 tuve oportunidad de ser asesor de Getino en el Ente de Calificación Cinematográfica. La experiencia de trabajo en común fue enriquecedora y permitió que el público argentino pudiera ver obras de la magnitud de Estado de sitio de Casta Gavras, Los demonios de Ken Russell, El decamerón de Pasolini, La hora de los hornos de Solanas y el mismo Getino, El último tango en París de Bertolucci, etcétera.