PALABRAS CLAVE : Plop-Pinedo-biopolítica-animalidad RESUMEN En este trabajo intentaremos mostrar cómo en Plop (2007) de Rafael Pinedo se ponen en juego, en un contexto post-apocalíptico, toda una serie de modulaciones de la vida animal que dislocan los mecanismos ordenadores de cuerpos y sentidos. En un texto que pone en jaque las nociones de civilización y barbarie, las figuraciones de lo animal y sus relaciones con lo humano visibilizan las distribuciones que se dan entre personas/ no personas como un régimen de dominación biopolítico; desplazando de esta manera la supuesta oposición ontológica entre humano y animal y marcando las líneas de continuidad, pasaje y contigüidad entre humanos y animales. La figura animal y sus entrecruzamientos con lo humano a lo largo de la novela permiten vislumbrar las posiciones que los cuerpos ocupan en tanto vidas "vivibles" o vidas "eliminables" o "sacrificables". A su vez, la potencia de la animalidad permite cuestionar los regímenes normativos impuestos e imaginar nuevas formas de ordenamiento de lo común marcadas por la potencialidad afectiva de los cuerpos que permitan desactivar ciertos dispositivos inmunitarios de control y gestión de lo viviente. 0. Basura y reciclado: cuerpos y objetos. Plop (2007), de Rafael Pinedo funciona como la primera novela de una trilogía conformada por Frío (2013) y Subte (2013) en la que se pone en juego lo que Fabry y Logie llaman "la refiguración postapocalíptica" del mito: textos en los que las causas que llevaron a la catástrofe carecen de importancia porque lo que importa contar es lo que sucede "después del fin"(Berger, 1999) de la civilización. En Plop nos encontramos con un paisaje hostil, con un mundo en ruinas dominado por la basura acumulada y el barro. Los desperdicios materiales de todo aquello que alguna vez fue asociado con la civilización (vidrios, metales, madera, etc.) corroídos por el óxido y el moho, aparecen como la marca de un pasado presupuesto y la certeza de su destrucción. Como sostiene Sánchez Idiart "la politicidad del espacio que construyen estas ficciones reside, así, en la configuración de territorios que constituyen zonas de indistinción y pasaje