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La ERA DEL CAPITAL, 1848-1875 Eric Hobsbawm
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177 pages
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La era del capital nos muestra los años triunfales del ascenso del capitalismo industrial y de la cultura burguesa que van de 1848 a 1875, cuando, apagados los rescoldos de la revolución, se inicia un tiempo de nuevos valores y nuevas perspectivas, de transformaciones sociales, que ve la formación de grandes fortunas y migración de masas empobrecidas, mientras una Europa sometida al nuevo ritmo de los auges y las crisis extiende sus empresas económicas y su cultura al resto del planeta. Los acontecimientos políticos, la evolución económica y los hechos culturales, expuestos en una síntesis vigorosa y original.
No pretendo ser un experto en todo el inmenso tema de estudio de este libro, sino más bien en minúsculas p a n es de él, y he debido confiar en inform ación de segunda-y hasta tercera-mano. Pero es inevitable. Se ha escrito ya abundantemente sobre e l siglo XJX y cada año añade más altura y volumen a la montaña de publicaciones especializadas que oscurece el fir mamento de la historia. Como la gatna de intereses de los historiadores in cluye prácticamente cada aspecto de la vida que despierta nuestra atención a finales del siglo XX, la cantidad de la información que debe asim ilarse es, con mucho, demasiado gratule para incluso el más enciclopédico y erudito de los estudiosos. Aunque é l o ella sean conscientes de la situación, a m e nudo, en el contexto de una síntesis de amplio espectro, la información debe reducirse a un parágrafo o dos. una línea, una mención pasajera o ser omi tida con pesar. Y debe confiarse necesariamente, d e una manera cada vez más superficial, en el trabajo de otros. Desgraciadamente es imposible seguir ¡a admirai>le convención según la cual los estudiosos dan cuenta porm enorizada de sus fuentes, y especial mente de sus deudas con los demás, para que nadie m ás que sus propie tarios originales reclame com o suyos los hallazgos accesibles libremente a todos. En prim er lugar, dudo de que pudiera seguir la huella de todas las sugerencias e ideas que he tomado prestadas con tanta libertad hasta su ori gen en algún libro o artículo, conversación o debate. Sólo puedo pedir a aquellos cuyo trabajo he saqueado, conscientemente o no. que perdonen mi descortesía. En segundo lugar, tan sólo el intento de hacerlo cargaría el libro con un inoportuno aparato de erudición. Puesto que su propósito no es tan to resumir hechos conocidos, que im plica orientar a lo s lectores a más enfoques detallados sobre varios aspectos, sino más bien trazarlos unidos en una síntesis general histórica, p a ra «d a r sentido» a l tercer cuarto del siglo xix, y seguir la p ista de las raíces d el presente hasta este período, tan lejos com o sea razonable hacerla. Sin embargo, se ofrece una orientación general en las Lecturas complementarias (véanse pp. 340-345), que incluyen algunas de las obras, que he considerado m ás útiles y a las cuales quiero manifestar mi deuda. Las referencias han sido reducidas casi p o r com pleto a las fuentes de las notas, los cuadros estadísticos y algunas otras cifras, y a algunas afinnaciones que son controvertidas y sorprendentes. De la mayoría de las cifras dispersas tomadas de fuentes estándares o de compendios inestimables como el Diciionary o f Statistics de MulhaU no se ha hecho constar su procedencia. Las referencias a obras literarias-p o r ejemplo, las novelas rusas-, de las que existen muy variadas ediciones, se limitan a los títulos: la referencia exacta a la edición concreta usada p o r el autor, pero que tal vez no sea la que posee el lector, seria pura pedantería. Las referencias a los escritos de Marx y Engels, que son los grandes comentaristas en este período, constan del título fam iliar d e la obra o la fecha de la carta y el volumen y la página de la edición estándar (K. Marx y F Engels, Wcrke, Berlín Oriental, 1956-1971, citada en adelante Wcrkej. Los topónimos sg han traducido cuando PREFACIO 11 tienen traducción habitual, y s i no se dejan en la form a usada generalmen te en las publicaciones d e la época. Esto no supone un prejuicio nacionalista en un sentido u otro. Cuando es necesario se añade e l nombre actual entre paréntesis, p o r ejemplo Laibach (Ljubljana). Sigurd Zienau y Francis Haskell han sido tan am ables d e corregir mis capítulos sobre ciencias y artes, y corregir algunos de mis errores. Charles Gurwen ha contestado mis preguntas sobre China. Nadie es responsable de m is errores y omisiones salvo yo mismo. W. R. Rodgers, Carmen Claudín y M aría M oisá me ayudaron enormemente como ayudantes de investigación en diferentes ocasiones. Andrew Hobsbawm y Julia Hobsbawm me ayudaron en la selección de las figuras, com o también hizo Julia Brown. Estoy asi mismo en deuda con mi editora, Susan Loden. E. J. H. * Como se sugiere en la Introducción de La era de la revolución, quizás su origen pu diera remontarse incluso a antes de 1848, pero la investigación estricta revela que dicho término apenas se usa antes de 1849 o llega a ser corriente 3ntes de la década de I860.! 14
Eric Hobsbawm- La era del Imperio1875-1914, 2009
Este libro, aunque ha sido escrito por un historiador profesional, no está dirigido a los especialistas, sino a cuantos desean comprender el mundo y creen que la historia es importante para conseguir ese objetivo. Su propósito no es decir a los lectores exactamente qué ocurrió en el mundo en los cuarenta años anteriores a la primera guerra mundial, pero tengo la esperanza de que la lectura de sus páginas permita al lector formarse una idea de ese período. Si se desea profundizar más, es fácil hacerlo recurriendo a la abundante y excelente bibliografía para quien muestre un interés por la historia. Algunas de esas obras se indican en^la guía bibliográfica que figura al final del libro. Lo que he intentado conseguir en esta obra, así como en los dos volúmenes que la precedieron (La era de la revolución, 1789-1848 y L a era del capital, 1848-1875,), es comprender y explicar el siglo XIX y el lugar que ocupa en la historia, comprender y explicar un mundo en proceso de transformación revolucionaria, buscar las raíces del presente en el suelo del pasado y, especialmente, ver el pasado como un todo coherente más que (como con tanta frecuencia nos vemos forzados a contemplarlo a consecuencia de la especialización histórica) como una acumulación de temas diferentes: la historia de diferentes estados, de la política, de la economía, de la cultura o de cualquier otro tema. Desde que comencé a interesarme por la historia, siempre he deseado saber cómo y por qué están relacionados todos estosaspectos del pasado (o del presente). P o r tanto, este libro no es (excepto de forma coyuntural) una narración o una exposición sistemática y menos aún una exhibición de erudición. Hay que verlo como el desarrollo de un argumento o, más bien, como la búsqueda de un tema esencial a lo largo de los diferentes capítulos. A l lector le corresponde juzgar si el intento del autor resulta convincente, aunque he hecho todo lo posible para que sea accesible a los no historiadores.
Ahora incluso cuecen nuestro pan de cada día con el vapor y con la turbina y muy pronto charlaremos con ayuda de una máquina. En Trauicnau tienen dos cementerios para los pobres y para los ricos; ni siquiera en la tumba es igual el pobre diablo.
Sólo la confusión política total y el optimismo ingenuo pueden impedir el reconocimiento de que los esfuerzos inevitables por alcanzar la expansión comercial por parte de todas las naciones civilizadas burguesas, tras un período de transición de aparente competencia pacífica, se aproximan al punto en que sólo el poder decidirá la participación de cada nación en el control económico de la Tierra y, por tanto, la esfera de acción de su pueblo y, especialmente, el potencial de ganancias de sus trabajadores. MAX WEBER, 1894 "Cuando estés entre los chinos-afirma [el emperador de Alemania]-, recuerda que eres la vanguardia del cristianismo-afirma-. Hazle comprender lo que significa nuestra civilización occidental. […] Y si por casualidad consigues un poco de tierra, no permitas que los franceses o los rusos te la arrebaten." Mr. Dooleyís Philosophy 1 Un mundo en el que el ritmo de la economía estaba determinado por los países capitalistas desarrollados o en proceso de desarrollo existentes en su seno tenía grandes probabilidades de convertirse en un mundo en el que los países "avanzados" dominaran a los "atrasados": en definitiva, un mundo imperialista. Pero, paradójicamente, al período transcurrido entre 1875 y 1914 se le puede calificar como era del imperio no sólo
Ilustración: E l C aba llero de la M u erte, m in ia tu ra de J ean C olom bc. fragm ento de T re s.R lc h es H e u re s d el D u q u e d e B e rry 909
Eric Hobsbawm La era de la Revolución 1789-1848 , 1962
El presente übro estudia ¡a transformación del mundo entre 1789 y 1848, debida a lo que llamamos la «•doble revolución»: la Revolución francesa de 1789 y la contemporánea Revolución industrial británica. Por ello no es estrictamente ni una historia de Europa ni del mundo. No obstante, cuando un país cualquiera haya sufrido las repercusiones de la doble revolución de este período, he procurado referirme a él aunque sea ligeramente. En cambio, si el impacto de la revolución fu e imperceptible, lo he omitido. A si el lector encontrará páginas sobre Egipto y no sobre el Japón; más sobre Irlanda que sobre Bulgaria; más sobre América Latina que sobre África. Naturalmente, esto no quiere decir que las historias de los países y los pueblos que no figuran en este volumen tengan menos interés o importancia que las de los incluidos. Si su perspectiva es principalmente europea, o, más concretamente, franco-inglesa, es porque en dicho período el mundo —o al menos gran parte de él— se transformó en una base europea o, mejor dicho, franco-inglesa. El objeto de este libro no es una narración detallada, sino una interpretación y lo que los franceses llaman haute vulgarisation. Su lector ideal será el formado teóricamente, el ciudadano inteligente y culto, que no siente una mera curiosidad por el pasado, sino que desea saber cómo y por qué el mundo ha llegado a ser lo que es hoy y hacia dónde va. Por ello, seria pedante e inadecuado recargar el texto con una aparatosa erudición, como si se destinara a un público más especializado. A si pues, mis notas se refieren casi totalmente a las fuentes de las citas-y las cifras, y en algún caso a reforzar la autoridad de algunas afirmaciones que pudieran parecer demasiado sorprendentes o polémicas. Pero nos parece oportuno decir algo acerca del material en el que se ha basado una gran parte de este libro. Todos los historiadores son más expertos (o, dicho de otro modo, más ignorantes) en unos campos que en otros. Fuera de una zona generalmente limitada, deben confiar ampliamente en la tarea de otros historiadores. Para el período 1789-1848 sólo esta bibliografía secundaria forma una masa impresa tan vasta, que sobrepasa el conocimiento de cualquier hombre, incluso del que pudiera leer todos los idiomas en que está escrita. (De hecho, todos los historiadores están limitados a manejar tan sólo unas pocas lenguas.
Amazing book, the age of revolution, 1789-1848 by Eric Hobsbawm shows in a cronological way the history of two of the most important global revolutions: french revolution and industrial revolution. The era of the revolution initiates the perspective of the contemporary history of the world that Hobsbawm began with this book and concluded with its history of the twentieth century. The great British historian offers us in this work, recognized as a classic of contemporary historiography -not in vain Peter Laslett defined it as "a brilliant, powerful and fascinating book" - a global panorama of the transformations that took place between 1789 and 1848, from the French Revolution and the takeoff of British industrialization to the revolution of 1848 and the "Communist Manifesto". The era of the revolution is an illuminating book about the origins and foundations of the contemporary world.
La combinación se ha convertido gradualmente en el alma de los sistemas comerciales modernos.
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Isegoría, 2014
Alabe. Revista de Investigación sobre Lectura y Escritura, 2014