1990, La Labor Empresarial
Al elegir dedicarse a empresario se toman ciertos riesgos. Según las estadísticas, se dice que el 50 % de los negocios fracasan dentro del primer año, y que el 90 % de los restantes seguirán la misma suerte durante los siguientes cinco años. Parecen porcentajes muy altos. El sentido común nos dice que no son altos dichos porcentajes, y que los emprendedores que se dedican plenamente a su negocio logran sacarlo a flote, sobreviven. Sin embargo no se puede negar que un gran número de negocios cierran sus puertas al poco tiempo de haber iniciado sus operaciones. ¿Por qué fracasan? Las causas son variadas, mala preparación, desconocimiento del sector, situación de debilidad empresarial, decisiones mal tomadas desde el principio, esfuerzos a medias, poca dedicación. Dentro de ellas la principal es una inadecuada toma de decisiones, como lo puede ser no dedicarse totalmente al negocio, tal vez porque se espera una mejor oportunidad o se tienen otro plan a la vuelta de la esquina, o quizás el negocio no resultó como se esperaba. Cuando una persona decide no dedicarse totalmente a algo, el fracaso es inevitable: "Esfuerzos a medias producen resultados a medias." Muchos negocios que fracasan tienen más que ver con la actitud y dedicación del dueño que con el negocio en sí mismo. Para dedicarse plenamente a un negocio se requiere más que una decisión única, hace falta una cierta preparación básica a fin de poder impulsar un crecimiento razonable del negocio. Dedicarse en cuerpo y alma (hacer todo lo posible) para mantenerse a flote ante las dificultades iniciales y de otras épocas difíciles. Aprender y encariñarse de su actividad. Cuando la actitud es de entrega, de compromiso, por parte del dueño, la influencia es tan grande que produce buenos resultados. Si la dedicación es solamente para tratar de sobrevivir, el negocio nunca logrará fortalecerse. La actitud propicia es la de buscar el triunfo, el crecimiento.