EL CIRCUITO DEL CENTENARIO

En el centenario del nacimiento de "Clorito" Picado nos conviene recordar el reciente cincuentenario de la muerte de Santiago Ramón y Cajal, porque hay similitud en la vida del biólogo costarricense y del neurólogo español. Ambos crecieron el siglo pasado en países "carentes de tradición científica", ambos se aferraron a la investigación básica al tiempo que realizaban urgentes estudios aplicados, y después de fallecer, ambos han sido víctimas de una mitificación aduladora en sus países. López Piñero (1984) describe así el cincuentenario de Ramón y Cajal en España "panegíricos fáciles y... repeticiones sin rubor de tópicos hace ya mucho tiempo desmentidos". El mito sobre ambos científicos es igual: el sabio que surge por generación espontánea, triunfando aislado en disciplinas que ninguno de sus colegas había practicado. Ciertamente ambos vencieron grandes dificultades, pero también tuvieron lo indispensable, desde el sencillo laboratorio de la época hasta problemas urgentes y seductores que atacar (Picado 1964). Además, disfrutaron del reto de los mediocres, cuya legión siempre intenta abortar las carreras prometedoras. Ramón y Cajal heredó, no inició, la tradición de los microscopistas españoles que, sin quererlo, condenaron sus propios trabajos al olvido al publicarlos en revistas locales y en Español (López Piñero 1984), idioma que lamentablemente la mayoría de la comunidad científica no entiende. Picado no fue ni el primer estudioso de nuestra historia natural, ni el primer biólogo graduado del país (el primero graduado fue Alberto M. Brenes, un botánico). La figura de Clorito puede ubicarse en la generación renovadora de García Monge, Omar Dengo, Carmen Lyra, etc. (Gutiérrez 1986). En gran parte, sus publicaciones aparecieron en Francia, que aunque había perdido su preeminencia científica desde el siglo XIX , seguía siendo una de las metrópolis científicas. Curiosamente, esto no evitó que sus trabajos fueran ignorados: nadie lo suele mencionar como pionero de la teoría inmunológica del envejecimiento, logro excepcional para su época y medios (Trejos 1985). Aquí termina el parecido con Ramón y Cajal, quien en 1906 compartió el Premio Nobel con el italiano C. Golgi. Afortunadamente, Picado tuvo mejor suerte en la patria. No tiene sentido detallar aquí su biografía, que ya ha sido publicada . En esta nota trato de poner algunos aspectos de su vida en el contexto de un tema que siempre le interesó: la evolución orgánica.

Caballeros, caballería e ideal caballeresco

influencia del ciclo circadiano en la nutricion

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El ciclo celular es la base para la reproducción de los organismos. Su función no es solamente originar nuevas células sino asegurar que el proceso se realice en forma debida y con la regulación adecuada. Un ciclo celular típico se da en dos fases gigantes que son: la interfase que se divide en tres fases: G1, S y G2 y la mitosis que se divide en profase, prometafase, metafase, anafase, telofase y citocinesis;1 En la Interfase, en G1 se produce la acumulación del ATP necesario para el proceso de división y el incremento de tamaño celular; la fase S se caracteriza por la replicación del DNA nuclear; finalmente, en G2, que es el tiempo que transcurre entre la fase S y el inicio de la Mitosis, la célula se prepara para mitosis.1, 2 Por último, el ciclo celular culmina con la mitosis, donde se divide la cromatina duplicada de modo tal que cada célula hija obtenga una copia del material genético o sea un cromosoma de cada tipo. El final de la mitosis da cabida a un nuevo ciclo en G1 o puede que la célula entre en fase Go que corresponde a un estado de reposo especial característico de algunas células, en el cual puede permanecer por días, meses y a veces años.