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ENCEFALOPATÍA HEPÁTICA

Abstract

artículo original Med Int Méx. 2016 mayo;32(3):284-295.

Key takeaways

  • Las escasas guías y recomendaciones acerca del tratamiento de la encefalopatía hepática han tenido pocas modificaciones en el último decenio, en comparación con las que tratan otras complicaciones de la cirrosis; esto se debe, sobre todo, a la dificultad de obtener estudios controlados fiables.
  • Luego, a cada paciente se le asignó de manera aleatoria y cegada un tratamiento antiamonio, aunado al tratamiento de la causa que desencadenó la encefalopatía hepática, con lactulosa, metronidazol o L-ornitina-L-aspartato, sin importar la vía de administración o la dosis señalada.
  • Se usó la prueba de c 2 para las variables cualitativas, en el caso de la encefalopatía hepática; se realizó la prueba de ANOVA para la comparación de medias, en el caso de los días de estancia hospitalaria de cada grupo a comparar, que reportó el resultado en media, así como sus respectivos intervalos de confianza; por último se realizó la prueba de Wilcoxon para comparar las concentraciones de amonio pre y postratamiento antiamonio.
  • Con la prueba de c 2 se determinó la asociación entre los grupos de tratamiento y la curación de los pacientes, entendida ésta como la disminución del grado de encefalopatía hepática al momento del egreso, en comparación con el grado de la enfermedad al ingreso de cada paciente.
  • Concluimos que el tratamiento de lactulosa y L-ornitina-L-aspartato disminuye de manera significativa la concentración de amonio en pacientes con encefalopatía hepática, aunado al tratamiento de la causa desencadenante de la misma, sin encontrar diferencias significativas en cuanto a la curación de la enfermedad ni en los días de estancia intrahospitalaria entre los tres grupos de tratamiento.