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No podemos comenzar a adentrarnos en la vida de la Iglesia primitiva, sin hacer una breve, pero necesaria referencia a la historia del judaísmo. La fe de Israel es el útero del cual nace la Iglesia, que se considera a sí misma como el verdadero Pueblo Mesiánico, en el cual se han cumplido plenamente las promesas hechas a Israel, el Pueblo de la Antigua Alianza. Por lo tanto, debemos asomarnos muy someramente a la historia del judaísmo anterior a la irrupción del Mesías Jesús, para detenernos luego en el judaísmo contemporáneo a la Iglesia primitiva.
(incluido en Ensayos filosóficos y artísticos, Dykinson, Madrid 2018, 29-40) Este artículo reflexiona sobre el sentido del cristianismo en nuestros días. Tanto las ciencias naturales como las ciencias sociales ponen en duda determinadas pretensiones de verdad que ha esgrimido históricamente esta religión. ¿Se encuentra por tanto abocado el cristianismo a convertirse en una reliquia del pasado? ¿Qué puede aún hoy decirnos desde el punto de vista filosófico y, más aún, humano? ¿Cuál es, en definitiva, la utilidad intelectual del cristianismo, más allá de su significado ético y de sus innegables dimensiones sociales? I. ¿Tiene hoy sentido el cristianismo? Para toda persona interesada en el futuro de nuestra sociedad, esta pregunta parece inevitable. La impronta del cristianismo en nuestro mundo occidental es incuestionable. Ya sea por la adopción de valores inspirados en este credo o por el rechazo explícito de muchos de sus principios y de sus aplicaciones prácticas, es imposible entender la cultura occidental sin tomar en consideración el impacto de la religión cristiana. Por tanto, todo debate sobre el porvenir del mundo occidental exige repensar el sentido del cristianismo y su viabilidad histórica. A lo largo de sus casi dos milenios de existencia, esta religión se ha visto obligada a encarar profundos desafíos, desde la caída del Imperio romano en el siglo V hasta los retos derivados de la crisis del orbe medieval, el surgimiento del Estado moderno y la Reforma protestante. De una u otra forma, de todos ellos logró siempre salir airosa. Por supuesto, experimentó incuestionables mutaciones, y en ocasiones resulta prácticamente imposible identificar elementos de estricta continuidad entre los modos en que se concebía el cristianismo en épocas tan dispares. Como toda religión y, en realidad, toda obra del espíritu humano, el cristianismo evolucionó y se adaptó a las nuevas circunstancias. En muchos casos incluso ha llegado a configurar decisivamente esas circunstancias. Empero, junto a los elementos de discontinuidad es siempre posible discernir rasgos preservados más allá de las grandes eras históricas; una esencia que trasciende, incontestablemente, las particularidades históricas en que se manifiesta.
LAS 95 TESIS DE LUTERO Breve trabajo que trata de acercarse a algunos de los aspectos relacionados con la figura del reformador pero sin entrar en lo mundialmente conocido. Buscamos poner en duda el hecho de que fueran "clavadas" tal y como se mantuvo en un principio, así como, trataremos de ver la supuesta locura de Lutero.
PROLOGO INTRODUCCIÓN YO CREO -AMEN. 1. La fe en el mundo de hoy: § EL PROBLEMA DE LA PROFESIÓN DE FE EN JESÚS, HOY. § JESÚS, EL CRISTO. FORMA FUNDAMENTAL DE LA PROFESIÓN DE FE CRISTOLÓGICA. § El dilema de la teología moderna: ¿Jesús o Cristo? § La imagen de Cristo de la profesión de fe § El punto de partida de la profesión de fe: la cruz. § Jesús, el Cristo. § JESUCRISTO, VERDADERO DIOS Y VERDADERO HOMBRE § El problema. § El clisé moderno del Jesús histórico. § Legitimidad del dogma cristológico. § LAS SOLUCIONES DE LA CRISTOLOGÍA § Las teologías de la encarnación y de la cruz. § Cristología y doctrina de la redención. § Cristo, el último hombre. § NOTA ESTRUCTURAS DE LO CRISTIANO § El individuo y el todo. § El principio para.. § La ley del incógnito. § La ley de lo abundante. § Lo definitivo y la esperanza. § El primado de la recepción y el positivismo cristiano. § Síntesis: La esencia del cristianismo.
BLOG LiderInnova, 2020
Tiempo atrás tuve una conversación con varios amigos líderes sobre los errores que se cometen en el liderazgo. Algunos de ellos sugirieron que si pudieran viajar en el tiempo regresarían a enmendarlos o al menos dar un consejo a una versión más joven de sí mismos para ser mejores personas y líderes. ¿Qué diría usted si pudiéramos regresar al pasado a remediar un error o darle un consejo a una versión más joven de nosotros mismos aprovechando toda la experiencia que hemos ganado en la vida con nuestros errores y aciertos? Esta sería mi respuesta. Le diría a esa versión más joven de mí mismo: "Cuida tu alma y como defines el éxito, porque todo lo que hagas será influenciado por como tu definición de éxito modela tu alma". Hubiera deseado tener mentores sabios que me desafiarán en mi juventud, que me amaran tanto que me dijeran siempre la verdad y lo que no quería oír sobre el éxito en la vida. Cuando miro hacia atrás me doy cuenta de que las distintas y a menudo, conflictivas definiciones de éxito que aprendí han marcado mi norte a través de mi pensamiento, palabras, actitudes y acciones. Por eso, lo quiero a desafiar a definir lo que es el éxito para usted. No faltará quien me diga que hay incontables definiciones de lo que es el éxito, pero en mi experiencia hay de hecho solo dos. Lo que quiero decir es que todas las definiciones existentes caen dentro de dos amplias categorías: hacer o ser. SER O HACER Definimos el éxito por lo que hacemos, es decir el HACER o por aquella persona en nos estamos convirtiendo, es decir el SER. El éxito definido por el HACER se mide mediante logros, riqueza, poder, influencia, reputación, estatus, etc. Este es el éxito por acumulación, y el mundo nos dice que esta acumulación determina nuestro valor y nos da felicidad y satisfacción. Otra manera de expresar esto es definir el éxito en términos de posesiones o propiedades. El problema con este enfoque es que nunca tendremos suficiente.
La obra consta de cuatro grandes bloques. El primero, titulado El contexto de la polémica, presenta las figuras de Celso, autor del “Alethes Logos” a fines del siglo II, obra polémica en contra de la secta cristiana, y de Orígenes, autor del tratado en ocho libros titulado “Contra Celso” a mediados del III. Sitúa a ambos en el contexto de la historia general, filosófica y eclesial. El segundo bloque, La verdad de la filosofía, analiza en ambos autores el valor que atribuyen a la “tradición”, las exigencias de la “razón” dentro del ámbito global de la vida humana, los grados de la “verdad”. La tercera parte lleva por título La verdad de la religión e incide en la valoración que hace Orígenes de la novedad de esa verdad que aporta el cristianismo. Por fin, la cuarta y última parte, El ‘amor a la verdad’ como exigencia ética, presenta las implicaciones de esa actitud epistemológica fundamental que es como un leitmotiv en todo el discurso de Orígenes y que se muestra de una ineludible actualidad. El último capítulo de este bloque proclama cuatro tesis finales, que se formulan así: “Tradición, razón y fe se complementan en el conocimiento humano de la verdad”, “Aunque no deban oponerse, la ‘ortopraxis’ es más importante que la ortodoxia”, “El ‘amor a la verdad’ ha de vencer al amor propio”, “Más allá de Celso y de Orígenes, urge superar hoy el ‘espíritu apologético’”.
Este breve artículo puntualiza claramente las condiciones que como cristianos presentamos para un diálogo sobre la "Constitución Moral" de López Obrador en México. Teniendo en cuenta la Antítesis como una figura regente en el pensamiento cristiano.
Han pasado muchos años en los cuales el hombre ha escudriñado el universo y sus enigmas. Muchas culturas han dejado su huella en las arenas de la historia, las mentes ya cansadas por la búsqueda de la verdad, al no encontrarla crearon su propia verdad pero la verdad no es un pensamiento o un principio filosófico, la verdad es un hombre, es JESUS ( Juan 14:6 ). Jesucristo es el Señor y fundador de la iglesia. Esta iglesia tiene una historia de amor y fe, pero también hay hombres que con sus odios e intrigas han manchado esta bella historia.
I review Protestant worldview and its relation to historic movements of consolidation of national identities
Varias posturas sobre Cristo a lo largo de la historia incipiente del movimiento
Tal es el proceso cósmico, repetido en la evolución humana: "como arriba, así es abajo." La Trinidad espiritual del hombre, hecha a semejanza de la divina, tiene que exhibir las divinas características; y así encontramos en él el Poder que, ora en su forma más elevada de Voluntad, ora en su forma inferior de Deseo, da impulso a su evolución. También encontramos en él la Sabiduría -la Razón Pura, cuya expresión en el mundo de las formas es el amor; y finalmente la Inteligencia o Mente, la energía activa modeladora. Asimismo vemos que la manifestación de estas características en la evolución humana, procede de la tercera a la segunda y de la segunda a la primera.
BLOG LiderInnova, 2019
La imagen percibida por cristianos y no cristianos en el entorno contemporáneo occidental no es obra de las tinieblas, sino de los complejos, heridas y malos hábitos que, por un lado, no aceptamos con humildad rendir, como servidores y seguidores, a Dios diariamente, y por el otro, no confiamos intencionalmente a un compañero de transparencia para rendir cuentas ante Dios y las otras personas. En el presente artículo el coach en liderazgo, Juan Carlos Flores Zuñiga, sostiene que la brecha entre lo que la iglesia es y lo que se percibe públicamente es el resultado de la falta de rendición de cuentas de sus representantes. La iglesia no es una organización, sino un organismo.
Una breve revisión cronológica de la historia del Cristianismo.
Revista Rizoma, Espectrografías, 2018
El siguiente ensayo tiene como objetivo presentar el concepto de sujeto como categoría clave en la definición de ciudad expuesta por el filósofo Jean-Luc Nancy, con el propósito de inscribir dicha relación en el seno de la obra del autor, es decir, en el trazado de la deconstrucción del cristianismo.
El universo aspira a la conciencia, a la posesión de sí, es decir, a lo divino. Un Dios se forma en el mundo. Sin embargo, el nietzscheísmo (aquí su novedad en relación a las metafísicas clásicas) no es una teología; o más bien, es una teología al revés, una teología del pecado, "más allá del bien y del mal". Dios-el Dios infinito de los cristianos-se forma realmente en el mundo, al mismo tiempo que el hombre y en el hombre. El hombre puede realmente servir a Dios y ¡aquí el bien y el mal! Porque es necesario que el hombre se ofrezca en holocausto y que muera para que Dios nazca. Los teólogos han esperado esta fatalidad situando lo divino en lo sobrenatural que exige el sacrificio de la naturaleza y de la tierra.
sacerdotal" (6), y se practicaba en los Grandes Misterios para evocar la aparición de seres superiores. La teoría en que se fundaban estos Misterios, puede exponerse en breves palabras. Existe UNO, anterior a todos los seres, inmutable, que mora en la soledad de su propia unidad. De AQUELLO arranca el Dios Supremo, el Engendrado por Si Mismo, el Bien, el Origen de todas las cosas, la Raíz, el Dios de Dioses, la Causa Primera que se desenvuelve en luz (7). De El surge el Mundo Inteligente o universo ideal, a que pertenece la Mente Universal, el Nous, y los Dioses incorpóreos e intelectuales. De El procede el Alma del Mundo, a la cual corresponden las "formas divinas intelectuales que están presentes en los cuerpos visibles de los Dioses" (8) . Luego siguen varias jerarquías de seres sobrehumanos: Arcángeles, Archones (Gobernantes) o Cosmocratores, Ángeles, Demonios, etc. El hombre es un ser de un orden inferior, cuya naturaleza está relacionada con aquellos, a los cuales es capaz de conocer; este conocimiento se adquiría en los Misterios y conducía a la unión con Dios (9). Estas doctrinas se explicaban así en los Misterios: "la emanación de todas las cosas del Uno, su vuelta hacia el Mismo, y la completa dominación de El" (10) . Además, aquellos Seres eran evocados y aparecían algunas veces para enseñar, otras para elevar y purificar con Su mera presencia. "Los Dioses -dice Jámblico-, benévolos y propicios, comunican su luz a los teúrgicos con profusión no envidiada, atrayendo sus almas, procurando unirlos a sí y acostumbrándoles, aun viviendo en el cuerpo, a separarse de él y a dirigirse hacia su eterno principio inteligente" (11). Porque "teniendo el alma una vida doble, la una en unión con el cuerpo y la otra separada de él" (12) , es de todo punto necesario conocer el modo de separarla, a fin de que así pueda unirse con los Dioses por medio de su parte intelectual y divina, y aprender los genuinos principios del conocimiento y las verdades del mundo de la inteligencia (13) . "La presencia de los Dioses nos comunica, realmente, la salud del cuerpo, la virtud del alma, la pureza de la inteligencia y, en una palabra, eleva todo nuestro ser a su naturaleza propia. Exhibe lo que no es cuerpo como cuerpo a los ojos del alma, por medio de los del cuerpo" (14) . Cuando aparecen los Dioses el alma obtiene "la libertad de las pasiones, una perfección trascendental, y una energía más excelente en todos conceptos, participando del amor divino y de una alegría inmensa" (15) . De este modo alcanzamos una vida divina y nos hacemos divinos en realidad (16) . El punto culminante de los Misterios era la conversión del Iniciado en un Dios, ya fuese por la unión con un Ser divino fuera de él, ya por la realización del Yo divino en él. Esto se llamaba éxtasis, estado al cual el Yogi llamaría Samadhi elevado, para lo cual ha de hallarse el cuerpo grosero en estado de trance, efectuando entonces el alma libertada su unión con el Gran Ser. El "éxtasis no es una facultad, sino un estado del alma, en el cual se transforma de tal modo, que percibe lo que antes estaba oculto para ella. Tal estado no será permanente hasta que nuestra unión con Dios sea irrevocable; aquí, en la vida terrestre, el éxtasis no es más que un relámpago... el hombre puede dejar de ser hombre y convertirse en Dios; pero no puede ser Dios y hombre al mismo tiempo" (17). Plotino declara que había alcanzado este estado, "pero sólo tres veces por entonces." Proclo enseñaba también que la única salvación del alma era volver a su forma intelectual, con lo que escapa del "círculo de generación y del mucho vagar", y alcanza el verdadero Ser: "la energía simple y uniforme del período de identidad, en vez del período de excesivo y vago movimiento que se caracteriza por la diferencia." Esta es la vida que buscaban los iniciados por Orfeo en los Misterios de Baco y Proserpina, y éste es el resultado de la práctica de las virtudes purificadoras o catárticas (18).
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