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a psicología social ha abordado en diversas ocasiones la relación entre el conocimiento psicológico y el sentido común (por ej., ; véanse las consideraciones de . Como han señalado algunos autores (por ej., Myers, 1999(por ej., Myers, /2000, se critica la psicología social porque estudia cosas que todo el mundo sabe, es decir, que son "de sentido común" . Esta crítica se formula, casi siempre, una vez se ofrece al crítico la respuesta correcta ("¡esto ya lo sabía yo!"); pero por lo general le cuesta adivinar de antemano tan "obvia" respuesta . Hay dos ámbitos por los que siento un interés profesional especial desde hace algunos años en los que la distancia entre el sentido común y los hallazgos científicos S e c c i ó n M o n o g r á f i c a
La Plataformización de los Medios de Comunicación de Servicio Público. Una reflexión desde la Economía Política de la Comunicación., 2022
El escenario mediático global, caracterizado por la hegemonía que ejercen los conglomerados transnacionales privados que operan en un contexto multiplataforma, retoma el debate sobre los medios de comunicación de servicio público (Fuchs & Unterberger, 2021; Martin, 2021; Połońska & Beckett, 2019; Tuñez-López et al., 2021; Van Dijck et al, 2018). Estos operadores, aquejados desde hace décadas por una triple crisis de identidad, financiera y de legitimidad, se encuentran inmersos en un complejo proceso de redefinición de su estrategia operativa no sólo en su espacio de difusión tradicional (hert- ziano) sino también en el entorno en línea (Brevini, 2013; D’Arma et al., 2021; Donders, 2019 & 2021; Goyanes et al., 2021; Saurwein et al., 2019). Los desafíos son múltiples y diversos: cómo innovar en el modelo de negocio sin perder la esencia del valor público, cómo rentabilizar audiencias sin vulnerar la privacidad del usuario, cómo estrechar la relación con públicos alejados de los consumos tradicionales, cómo luchar contra el flujo constante de desinformación, cómo mantener la legitimidad en el plano internacional, o cómo adaptar plantillas envejecidas y resistentes al cambio a las nuevas rutinas productivas, son solo algunos de ellos. Desde la perspectiva investigadora crítica de la Economía Política de la Comunicación y en base a los tres procesos claves que la vertebran, la mercantilización, la espacialización y la estructuración (Mosco, 2009), este capítulo reflexiona sobre el proceso de plataformización en el que se encuentran inmersos los medios de comuni- cación de servicio público. Un proceso que desde la Academia se ha entendido como un devenir natural de estos agentes en su lucha por la supervivencia (Berry, 2020; D’Arma et al., 2021; Martin, 2021; van Es & Poell, 2020). Así, a partir de la conceptualización de la plataformización como el desarrollo de un modelo de negocio basado en la operatividad a través de una plataforma (Srnicek, 2018), reflexionamos no solo sobre los desafíos a los que se enfrentan los medios de comunicación de servicio público europeos en este nuevo escenario, sino también sobre las oportunidades que la nueva realidad les brinda.
Thomson Reuters La Ley AR/DOC/540/2015, 2015
Obligaciones en moneda extranjera en tiempos de restricciones cambiarias, bajo el prisma de la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación
La relevancia del ACV o ictus radica en que se trata de una causa importante de muerte, invalidez, dependencia y es-tancia hospitalaria en nuestro medio. En la comunidad galle-ga constituye un problema ineludible, al registrarse las ma-yores tasas de mortalidad por ACV en España en Andalucía, Levante y Galicia. Su incidencia (sin contar AIT) en España es de 150/100.000 hab/año. La repercusión en los pacientes es llamativa, dado que la mayoría de los supervivientes de un ACV sufre alguna incapacidad. La mortalidad del ACV asciende, según las fuentes, hasta el 21-25% en la fase aguda, siendo más frecuente si la causa es hemorrágica (50%) que cuando es isquémica (20-25%), e incluso existe un porcentaje de 74% de mortalidad en los ACV de naturaleza no identificada (que suponen el 10-20% de los ACV). Una vez superada la fase aguda tampoco se está exento de complicaciones que precipiten el fallecimien-to, de hecho, a los 6 meses el 60% de las defunciones sue-len obedecer a complicaciones cardiopulmonares. Pasado este tiempo, entre los supervivientes se va encon-trando una estabilización en su clínica y en su funcionalidad, de hecho el ACV instaurado no suele resolverse sin secue-las. El 30-40% tendrán alguna secuela grave y aunque se describe hasta un 60% de pacientes con secuelas menores o sin secuelas, sólo el 6% de los pacientes con parálisis ini-cial grave tiene una recuperación completa de la movilidad. La rehabilitación ha demostrado ser útil en la mejoría del paciente, dado que mejora la autonomía funcional, aumenta la frecuencia de regreso al domicilio y reduce la hospitaliza-ción. Descontando las defunciones (21% según Miranda), al alta de rehabilitación el 64% es derivado a su domicilio y el 15% suele ser institucionalizado (20% según Zarranz). El enfoque terapéutico que nuestro medio otorga al ACV se establece en 4 pilares: 1. prevención primaria, 2. diagnós-tico y tratamiento urgente, 3. prevención secundaria de las recurrencias, y 4. rehabilitación. Según el el ACV sea isquémico (80%) o hemorrágico (20%), el manejo médico en la fase aguda y en la instauración de la prevención secundaria será algo diferente. El tratamiento rehabilitador, en cambio, dependerá de la clínica sin distin-ción entre uno y otro, pues el pronóstico evolutivo de los supervivientes una vez instaurado el daño, contrariamente a la mortalidad, no será muy distinto. Por tratarse de una urgencia, el paciente afecto de un ACV recibe asistencia por otro especialista previamente a la con-sulta por el médico rehabilitador, lo cual no impide que la asistencia prestada por este especialista y su valoración no deban ser precoces. De hecho, es importante registrar la exploración física inicial al ingreso, para poder establecer la primera presunción pronóstica, además el tratamiento se ha de iniciar de forma precoz en cuanto el ACV se haya esta-bilizado. En general, según las características que definen a cada especialista y la idiosincrasia de cada centro, la asis-tencia inicial correspondería a los servicios del 061 ó 112 y de Urgencias, con paso a la Unidad de Ictus y posterior-mente a la sala de Neurología. En aquellos centros periféri-cos que no cuentan con todos los especialistas esto puede cambiar, pudiendo encontrarse al especialista en Medicina Interna ocupando el papel del Neurólogo. En la fase aguda existe una ventana terapéutica durante la cual las intervenciones terapéuticas pueden modificar el curso evolutivo del infarto cerebral y lograr una reactivación neuronal. Esta mejoría viene justificada por dos fenómenos: la existencia de un área de penumbra en la periferia de la zona isquémica, cuyo daño es reversible aunque durante un periodo corto y variable de unas 3-6 horas si se logra la reperfusión del tejido, y por la resolución de la diasquisis (fallo transináptico a distancia en neuronas conectadas con el área dañada). En la fase subaguda puede existir una mejoría a medio y largo plazo. Existe una reorganización cerebral que puede ser modulada por técnicas de rehabilitación a través del fe-nómeno de plasticidad neuronal. El papel del médico reha-bilitador ocupa su lugar en este momento, iniciando un largo proceso de valoración y terapia continuados hasta que el estado del paciente se estabiliza y se da por finalizado con o sin secuelas. La especialidad de Medicina Física y Rehabilitación, por de-finición, es la responsable del diagnóstico, evaluación, pre-vención y el tratamiento de la discapacidad encaminados a facilitar, mantener o devolver el mayor grado de capacidad funcional e independencia posible al paciente. Su papel en el ACV se puede orientar entonces hacia tres fines: 1.-va-lorar las lesiones y el déficit funcional en un momento dado y su evolución, 2.-hacer una estimación del pronóstico más probable y 3.-teniendo en cuenta lo anterior, establecer un plan terapéutico individualizado para cada paciente. Como citar este artículo: Arias Cuadrado A. Rehabilitación del ACV: evaluación, pronóstico y tratamiento. Galicia Clin 2009; 70 (3): 25-40
2018
Engendros rastrea voces de escritores que se ubican por fuera de las lógicas de la cultura y de la academia. En oposición a estos espacios, Yagüe descubre una vitalidad diferente: el mirar vivir de Barrett, el corazón de Mansilla, la música de Fogwill, la inmadurez de Gombrowicz, la operación Lamborghini, la insistencia de Carri, el materialismo de Asís, la venganza de Viñas y el combate de Rozitchner. Escritos entre 2015 y 2018, los textos que componen este libro parten de la necesidad de encontrar coordenadas afectivas e intelectuales para elaborar un pensamiento.
Praxis Filosófica, 2020
En este ensayo me ocupo de algunos conceptos que son parte de una misma familia, a saber, los conceptos de mentir, engañar y desorientar. Uno de mis objetivos es ofrecer un análisis que sea afín a la perspectiva wittgensteiniana del lenguaje. Argumento que estos conceptos están jerarquizados y que “engañar” es el más básico de todos, dado que mentir es algo que sólo los usuarios de un lenguaje pueden hacer y el fenómeno del engaño lo encontramos en el reino animal. El objetivo de mi análisis es establecer ciertas verdades gramaticales como la de que no se puede mentir sin tener la intención de engañar, que no es posible mentir usando proposiciones verdaderas, etc. Ofrezco una leve corrección de la definición tradicional de ‘mentir’, remplazando ‘creer’ por ‘saber’. Examino también la noción de mentira descarada y trato de hacer ver que en el fondo es una noción dispensable (por no decir espuria). Examino críticamente la idea de que mentir es siempre una acción condenable y ofrezco algunos contraejemplos. Por último, discuto la interesante cuestión de si es posible aunque no se le mienta desorientar a alguien con verdades y muestro que ello es perfectamente posible.
Juan García y Juan Montaño: territorios distintos y narrativas complementarias desde la memoria afrodescendiente, 2013
Ecuatoriano, periodista e investigador de la comunicación. exeditor de Chasqui. Ha publicado: El monstruo es el otro: la narrativa social del miedo en Quito (2005); Medios y movilidad humana. Pautas para informar sobre hechos migratorios (2009); Representación de la cultura afroecuatoriana en los textos de educación básica en el Ecuador (2010); El club de la pelea: gobierno y medios, un entramado de fuerzas y debilidades (2011); Ecuavoley: la ovación voluntaria (2011) y ensayos periodísticos y académicos. Profesor de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad Central del Ecuador. Doctor en Literatura Latinoamericana por la UASB-Sede Ecuador.
La mirada del Otro. Escenarios para la diferencia, 2017
Opinar acerca de un escritor clásico es cosa fácil», decía Cernuda con ironía solo aparente 1 . En efecto, nuestra imagen de los clásicos reposa sobre el suelo firme de muchas opiniones ajenas, sedimentadas durante siglos: material de acarreo de muy desigual procedencia al que lo fácil es añadir un estrato más; lo difícil, casi siempre, descubrir al escritor en la solidez venerable del monumento. En el caso de una historia literaria hipertrofiada como la española, la apreciación cabal de un autor constituye una tarea generalmente ardua. El curioso que con ánimo veraz intenta adentrarse en el camposanto literario tropieza pronto con un severo cordón de seguridad, donde el dato certero, la hipótesis y la conjetura infundada se amalgaman vedando el acceso a ese reino de sombras.
El aspecto cósmico visionado de un gran Franciscano
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Eusko Media. Auñamendi Entziklopedia, 2012
Ingenieria Electronica Automatica Y Comunicaciones, 2008