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Carta apostólica a los venerables hermanos patriarcas, primados, arzobispos, obispos en paz y comunión con la Sede Apostólica INTRODUCCIÓN 1. Evangelización del mundo, deber permanente de la Iglesia. Historia y actualidad 1. La grande y santísima misión confiada a sus discípulos por Nuestro Señor Jesucristo, al tiempo de su partida hacia el Padre, por aquellas palabras: «Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a todas las naciones» (Mc 16,15), no había de limitarse ciertamente a la vida de los apóstoles, sino que se debía perpetuar en sus sucesores hasta el fin de los tiempos, mientras hubiera en la tierra hombres para salvar la verdad.
1. El Rosario de la Virgen María, difundido gradualmente en el segundo Milenio bajo el soplo del Espíritu de Dios, es una oración apreciada por numerosos Santos y fomentada por el Magisterio.
La Santa Sede CARTA ENCÍCLICA LAUDATO SI' DEL SANTO PADRE FRANCISCO SOBRE EL CUIDADO DE LA CASA COMÚN
libertad, don excelente de la Naturaleza, propio y exclusivo de los seres racionales, confiere al hombre la dignidad de estar en manos de su albedrío[1] y de ser dueño de sus acciones. Pero lo más importante en esta dignidad es el modo de su ejercicio, porque del uso de la libertad nacen los mayores bienes y los mayores males. Sin duda alguna, el hombre puede obedecer a la razón, practicar el bien moral, tender por el camino recto a su último fin. Pero el hombre puede también seguir una dirección totalmente contraria y, yendo tras el espejismo de unas ilusorias apariencias, perturbar el orden debido y correr a su perdición voluntaria.
A LOS JÓVENES Y A TODO EL PUEBLO DE DIOS 1. Vive Cristo, esperanza nuestra, y Él es la más hermosa juventud de este mundo. Todo lo que Él toca se vuelve joven, se hace nuevo, se llena de vida. Entonces, las primeras palabras que quiero dirigir a cada uno de los jóvenes cristianos son: ¡Él vive y te quiere vivo! 2. Él está en ti, Él está contigo y nunca se va. Por más que te alejes, allí está el Resucitado, llamándote y esperándote para volver a empezar. Cuando te sientas avejentado por la tristeza, los rencores, los miedos, las dudas o los fracasos, Él estará allí para devolverte la fuerza y la esperanza. 3. A todos los jóvenes cristianos les escribo con cariño esta Exhortación apostólica, es decir, una carta que recuerda algunas convicciones de nuestra fe y que al mismo tiempo alienta a crecer en la santidad y en el compromiso con la propia vocación. Pero puesto que es un hito dentro de un camino sinodal, me dirijo al mismo tiempo a todo el Pueblo de Dios, a sus pastores y a sus fieles, porque la reflexión sobre los jóvenes y para los jóvenes nos convoca y nos estimula a todos. Por consiguiente, en algunos párrafos hablaré directamente a los jóvenes y en otros ofreceré planteamientos más generales para el discernimiento eclesial. 4. Me he dejado inspirar por la riqueza de las reflexiones y diálogos del Sínodo del año pasado. No podré recoger aquí todos los aportes que ustedes podrán leer en el Documento final, pero he tratado de asumir en la redacción de esta carta las propuestas que me parecieron más significativas. De ese modo, mi palabra estará cargada de miles de voces de creyentes de todo el
Venerables hermanos, amadísimos hijos e hijas: ¡salud y bendición apostólica! INTRODUCCIÓN 1. La Iglesia profesa su fe en el Espíritu Santo que es « Señor y dador de vida ». Así lo profesa el Símbolo de la Fe, llamado nicenoconstantinopolitano por el nombre de los dos Concilios -Nicea (a. 325) y Constantinopla (a. 381)-, en los que fue formulado o promulgado. En ellos se añade también que el Espíritu Santo « habló por los profetas ». Son palabras que la Iglesia recibe de la fuente misma de su fe, Jesucristo. En efecto, según el Evangelio de Juan, el Espíritu Santo nos es dado con la nueva vida, como anuncia y promete Jesús el día grande de la fiesta de los Tabernáculos: « " Si alguno tiene sed, venga a mí, y beba el que cree en mí ", como dice la Escritura: De su seno correrán ríos de agua viva ».1 Y el evangelista explica: « Esto decía refiriéndose al Espíritu que iban a recibir los que creyeran en él ».2 Es el mismo símil del agua usado por Jesús en su coloquio con la Samaritana, cuando habla de una « fuente de agua que brota para la vida eterna »,3 y en el coloquio con Nicodemo, cuando anuncia la necesidad de un nuevo nacimiento « de agua y de Espíritu » para « entrar en el Reino de Dios ».4
Venerables hermanos y amados hijos, salud y bendición apostólica. La transmisión de la vida 1. El gravísimo deber de transmitir la vida humana ha sido siempre para los esposos, colaboradores libres y responsables de Dios Creador, fuente de grandes alegrías aunque algunas veces acompañadas de no pocas dificultades y angustias.
ÍNDICE Introducción[1] Para que nuestra alegría sea perfecta [2] De la «Dei Verbum» al Sínodo sobre la Palabra de Dios [3] El Sínodo de los Obispos sobre la Palabra de Dios [4] El Prólogo del Evangelio de Juan como guía [5] PRIMERA PARTE VERBUM DEI El Dios que habla Dios en diálogo [6] Analogía de la Palabra de Dios [7] Dimensión cósmica de la Palabra [8] La creación del hombre [9] Realismo de la Palabra [10] Cristología de la Palabra [11-13] Dimensión escatológica de la Palabra de Dios [14] La Palabra de Dios y el Espíritu Santo [15-16] Tradición y Escritura [17-18] Sagrada Escritura, inspiración y verdad [19] Dios Padre, fuente y origen de la Palabra [20-21] La respuesta del hombre al Dios que habla Llamados a entrar en la Alianza con Dios 43 Dios escucha al hombre y responde a sus interrogantes [23] Dialogar con Dios mediante sus palabras [24] Palabra de Dios y fe [25] El pecado como falta de escucha a la Palabra de Dios [26] María «Mater Verbi Dei» y «Mater fidei» [27-28] La hermenéutica de la sagrada Escritura en la Iglesia La Iglesia lugar originario de la hermenéutica de la Biblia [29-30] «Alma de la Teología» [31] Desarrollo de la investigación bíblica y Magisterio eclesial [32-33] La hermenéutica bíblica conciliar: una indicación que se ha de seguir [34] El peligro del dualismo y la hermenéutica secularizada [35] Fe y razón en relación con la Escritura [36] Sentido literal y sentido espiritual [37] Necesidad de trascender la «letra» [38] Unidad intrínseca de la Biblia [39] Relación entre Antiguo y Nuevo Testamento[40-41] Las páginas «oscuras» de la Biblia [42] Cristianos y judíos en relación con la Sagrada Escritura [43] La interpretación fundamentalista de las Escrituras [44] Diálogo entre pastores, teólogos y exegetas [45] Biblia y ecumenismo [46] Consecuencias en el planteamiento de los estudios teológicos [47] Los santos y la interpretación de la Escritura [48-49] SEGUNDA PARTE VERBUM IN ECCLESIA La palabra de Dios y la Iglesia La Iglesia acoge la Palabra [50] Contemporaneidad de Cristo en la vida de la Iglesia [51]
1. Despertado el prurito revolucionario que desde hace ya tiempo agita a los pueblos, era de esperar que el afán de cambiarlo todo llegara un día a derramarse desde el campo de la política al terreno, con él colindante, de la economía.
EN EL MUNDO ACTUAL INTRODUCCIÓN La Iglesia al servicio de la familia 1. La familia, en los tiempos modernos, ha sufrido quizá como ninguna otra institución, la acometida de las transformaciones amplias, profundas y rápidas de la sociedad y de la cultura. Muchas familias viven esta situación permaneciendo fieles a los valores que constituyen el fundamento de la institución familiar. Otras se sienten inciertas y desanimadas de cara a su cometido, e incluso en estado de duda o de ignorancia respecto al significado último y a la verdad de la vida conyugal y familiar. Otras, en fin, a causa de diferentes situaciones de injusticia se ven impedidas para realizar sus derechos fundamentales. La Iglesia, consciente de que el matrimonio y la familia constituyen uno de los bienes más preciosos de la humanidad, quiere hacer sentir su voz y ofrecer su ayuda a todo aquel que, conociendo ya el valor del matrimonio y de la familia, trata de vivirlo fielmente; a todo aquel que, en medio de la incertidumbre o de la ansiedad, busca la verdad y a todo aquel que se ve injustamente impedido para vivir con libertad el propio proyecto familiar. Sosteniendo a los primeros, iluminando a los segundos y ayudando a los demás, la Iglesia ofrece su servicio a todo hombre preocupado por los destinos del matrimonio y de la familia[1].
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Papa Francisco, 2021
La relación interpersonal en Máximo el confesor. Apostolado y filiación divina., 2011