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Economía y Salud Social , 2019
A modo de prefacio "Sueño con un mundo donde no haya más necesidad de la Economía de Comunión", confesaba hace poco el economista italiano Luigino Bruni, uno de los más destacados teóricos de esta experiencia económica y del sector que en Italia es conocido "economía civil"3. Un sector integrado por una biodiversidad de "voces" que impulsan y destacan el rol de la gratuidad y la reciprocidad en la economía, como concepción superadora del actual paradigma neoclásico-o de la economía política-, que limita la actividad económica a la mera producción de utilidades y a la eficiencia. Aunque parezca paradójico, es un sueño compartido por todos aquellos que intentan recuperar la economía como herramienta al servicio de la persona humana y no de los que más se benefician de ella. En definitiva, una economía al servicio de la salud social de una sociedad en la que se construya el futuro con el cemento del humanismo. Me refiero a emprendedores sociales, formadores de opinión, docentes e intelectuales, titulares de empresas, y quien sea que advierta el desafío que suponen tanto la enfermedad de la desigualdad, como el cambio climático. La razón de este sueño es que, si ahondamos en su etimología, en la oiko nomós están los elementos que suponen la economía al servicio de la salud social: la hacen sustentable en el plano económico y también en el plano social, medioambiental, político y cultural; le asignan el cuidado de la casa y de la calidad de vida de una parte sustancial de sus habitantes transformado en un subproducto social descartable. Es la razón por la que Christian Felber diferencia la economía de la crematística (el arte de hacer dinero). En efecto, si se advierte la necesidad de añadir a la palabra economía un complemento tan sugestivo como es "comunión", o algún adjetivo, es porque se constata que se trata de categorías y valores de los que carece la concepción actual del "cuidado de la casa". Peor aún, se constata que los valores morales, como la gratuidad o la reciprocidad, son rechazados por la teoría económica en cuanto ajenos a ella. Y por ello, al presentar qué es Economía de Comunión, será objetivo de estas páginas demostrar que, lejos de prescindir de valores morales, en realidad, la verdadera economía se nutre de ellos4.
El procomún y los bienes comunes, 2015
Es absurdo empezar un texto diciendo que cualquiera que sea el régimen, la ideología, la religión o el credo, no importa cuál, la edad, el sexo o la riqueza de cada uno, todos necesitamos del aire, la lengua, el ciclo de los nutrientes, la polinización de las flores, las calles y la luz del sol para seguir vivos. Y es absurdo, como decíamos, porque todas las personas damos por hecho que eso no va a faltar y que, al igual que la rotación de la Tierra, la tabla de multiplicar o el paraíso para los creyentes, nos estamos refiriendo a bienes que son de toda la humanidad y de nadie al mismo tiempo. Más aún, a bienes que nos han sido donados para siempre. Sin embargo, todo este hermoso cuadro se tambalea cuando escuchamos que el clima se degrada, el genoma se privatiza, la fecundidad se reduce, el agua escasea, las ciudades se malignizan, los órganos se venden, la intimidad se vulnera y la memoria se sentencia. Desde luego estamos refiriéndonos a bienes comunes, tan necesarios para hacer negocios como imprescindibles para construir comunidades.
Las empresas de Economía de Comunión, a pesar de ser un conjunto todavía sin mayor incidencia en el plano agregado, no constituyen experiencias utópicas o marginales. En los últimos años han comenzado a crecer fuertemente en diversas partes del globo un nuevo modo de compañías que Bruni y Zamagni (2007) denominan “empresas civiles”, también denominadas “de triple impacto”. A ellas se refieren Porter y Kramer (2011) al hablar de compañías que crean “valor compartido”. Testimonio de ello son, por ejemplo, las empresas B, las empresas de Economía de Comunión o las “empresas para el bien común”. Se puede afirmar que el empresario típico de estas firmas no responde al supuesto por el modelo neoclásico ni por la escuela austríaca, pues opera con una racionalidad “expresiva” más que solo maximizadora, si bien también persigue, como todo empresario, el lucro, además de la sostenibilidad ambiental y social. Por ello un abordaje puramente utilitarista encontraría inconsistencias o “irracionalidades” en el modo de gestión. Empero, tales comportamientos revelan grandes beneficios a menudo intangibles en el mediano plazo. Desde esta clave, el paper presenta algunas notas que describen a las empresas de Economía de Comunión (EdC) y a sus empresarios a partir de una investigación realizada en el año 2014 a la mayoría de las empresas que conforman este movimiento en la Argentina. Dicho trabajo tuvo un abordaje cuantitativo y cualitativo. Aquí se expone esta última sección.
Tesis de Magister en Socioeconomía , 2017
Un analisis de un proyecto, el de Economía de Comunión, surgido del corazón de uno de los muchos carismas espirituales. Signo de que la cristianitas, sigue produciendo nuevas ideas.
2018
Este trabajo se propone presentar una racionalidad económica alternativa llamada Economía de Comunión. Se trata de una idea fuerza que invita a participar de la actividad económica mirando, además del propio interés, el de quienes nos rodean. Hoy en día, más de ochocientas empresas en la Argentina y en el mundo adhieren a esta propuesta que tiene entre sus principales objetivos la eliminación de la pobreza.
La encíclica Caritas in Veritate afirma explícitamente la necesidad de introducir el don al interior de la propia dinámica económica, no sólo en su periferia. Leída a la luz de la historia del diálogo entre el magisterio social y la economía, esta afirmación supone un paso de ganar en confianza en sí mismo por parte del magisterio social. Esta afirmación del magisterio recoge lo principal de la propuesta económica de Stefano Zamagni, pero releída al interior de un marco antropológico y teológico mayor. La demanda de introducir el don en economía es, por tanto, una buena muestra de la aportación que la imaginación teológica puede hacer a las ciencias sociales. The encyclical Caritas in Veritate affirms explicitly the need to introduce the category of gift inside the economical dynamics, not just in its periphery. Read in light of the dialogue between Catholic social teaching and economics, this assertion supposes a proof of the magisterium’s growing self-confidence. This assertion is an expression of the main points of Stefano Zamagni’s economic proposal, although read inside a larger anthropological and theological framework. Therefore, the magisterium’s demand to introduce the gift in economics is a good example of theological imagination’s contribution to social sciences.
Revista de Fomento Social, 2015
La nota pretende profundizar en el concepto “lógica del don” y las posibles formas de llevarlo a la práctica económica contrapuesta a la dominante lógica económica. En primer lugar se estudia el concepto de “lógica del don” en Caritas in Veritate (CiV) y su relación con la constitución conciliar Gaudium et spes (GS); en segundo lugar, se analiza la “lógica del don” desde la sociología y la filosofía recientes; por último, se presentan algunas aproximaciones desde el análisis económico que se han venido haciendo sobre comportamientos altruistas benevolentes o gratuitos.
Teología: revista de la Facultad de Teología de la …, 2005
GS 35 nos invita a poner la economía al servicio del desarrollo integral del hombre subordinando la técnica a la ética. A la luz de este texto conciliar y ayudados por la reflexión contemporánea sobre el don, critico ciertas tesis simplificadoras que están presentes tanto la teoría como en la práctica de la economía actual. A la luz de la antropología católica, estos reduccionismos económicos esconden una manera de concebir al hombre que obstaculiza su auténtico desarrollo.
Revista Temas Sociológicos
Nivel: Comunicado Recibido: 28 de mayo de 2012 Aprobado: 11 de julio de 2012 Resumen Sugiero asumir la economía de comunión como una forma de integración social. Propongo entender la integración social enfocando la inclusión en un orden social normado. Entiendo la “norma”, concepto clave de ambas, en un sentido humanista. Planteo que la ciencia incorpore dicho sentido humanista en su teorización y en sus metodologías de investigación, porque así la ciencia se hace capaz de contribuir a la reconstrucción de la economía. En cuanto al método de esta ponencia, este se basó en una serie de reflexiones sobre palabras y frases claves, los que fueron puestos en su trayectoria histórica, anunciando sus varios sentidos y usos en las ciencias, para lo cual se recurre a datos históricos y hallazgos de estudios empíricos. Palabras clave: Integración social, Economía de Comunión, racionalidad económica, orden social I suggest taking the economy of communion as a form of social integration. I sugg...
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R. Di Stefano y A. Maldavsky (Comps.), Invertir en lo sagrado. Salvación y dominación territorial (siglos XVI-XX), Santa Rosa: Universidad Nacional de La Pampa, 2018
Economía y Salud Social: Más allá del capitalismo, 2019
Cultura Económica, 2018
Revista Nombres, 2016
CIRIEC-España, revista de economía pública, social y cooperativa, 2017
Scripta theologica: revista de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra, 2010
Anthropologica (Lima), 1994