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El objetivo de este ensayo es el de propiciar un diálogo entre la filosofía y otras disciplinas interesadas en la relación entre emoción y acción. El trabajo propone tres tesis: i) integrar la emoción dentro de la comprensión y la explicación de la acción humana, implica la construcción de un modelo ampliado; ii) la obra del filósofo noruego Jon Elster ofrece un paso hacia la integración de la emoción en un modelo más amplio y convergente; iii) el concepto de racionalidad emocional, ofrece la posibilidad de transformar nuestra comprensión de la relación emoción/acción, y con ella, la idea misma de qué y cómo somos los seres humanos.
Análisis Filosófico, 2021
Este artículo discute críticamente la noción de racionalidad y agencia en Racionalidad, Acción y Opacidad de Fernando Broncano (2017). En este libro, contradiciendo las tesis normativistas aprioristas o el simple descriptivismo naturalista, Broncano sostiene que la racionalidad es algo que está directamente asociado con nuestras prácticas ordinarias de evaluar los juicios, acciones y decisiones de los demás. "Racionalidad" debe ser considerado como un término que usamos como calificador intelectual o para aludir a una virtud que otorgamos a las personas que pueden tomar decisiones teóricas y prácticas de manera autónoma. Así pues, la racionalidad no sería una condición a priori para que alguien se convierta en persona o una capacidad para eliminar la turbulencia de la precariedad cognitiva y moral humana, sino una forma de implicación en el mundo que califica positivamente al organismo que relaciona el pensamiento y la acción, el juicio y la elección en la búsqueda de lucidez en un mundo incierto. Con esto, la racionalidad y la agencia serían productos de la interdependencia social que uno tiene en relación con el otro, ya que los aprendemos y nos los enseñamos en el contexto de la vida natural. Este artículo está organizado en tres secciones: en la primera sección hago una presentación muy breve de uno de los aspectos del problema que ha motivado la discusión filosófica sobre la racionalidad y la agencia; en la segunda sección, presento mi comprensión de los temas desarrollados en Racionalidad, Acción y Opacidad, su estructura interna y, por supuesto, su tesis central; en la tercera sección, discuto específicamente el tema de que la normatividad de la racionalidad surge de nuestro encuentro dialéctico con otras personas y hago consideraciones personales sobre el valor y el alcance de los argumentos construidos en esta obra.
Al igual que en el conjunto de los números naturales, hay restas que no se pueden realizar, en el conjunto de los enteros, hay divisiones que no tienen solución, tal es el caso de 3: 5. Es por ello que surge el conjunto de los números racionales y se definen de la siguiente manera: ℚ = { í µí± í µí± |í µí±, í µí± ∈ ℤ ∧ í µí± ≠ 0} Es decir, es el conjunto de todas las fracciones (o razones, de allí su nombre) que indican una división expresada, donde el primer número recibe el nombre de numerador y el segundo denominador. Cabe aclarar que existen divisiones que sí se puede resolver, pero también se pueden dejar expresadas, como por ejemplo: 8 4 que representa al número 2. Dicho esto, es claro que los números enteros (y por lo tanto, los naturales) son subconjuntos de los racionales.
Resumen En tanto que este trabajo pretende aportar ciertas consideraciones para comprender la esencia del comportamiento humano, tratará en particular sobre los fundamentos que suceden en los procesos lingüísticos, desde el enfoque constructivista. En este sentido, se ofrece una comprensión de la naturaleza del proceso de aprendizaje humano, lo que determina la diversidad de las conductas humanas. Asimismo, se pretende interpretar cómo el ser humano es capaz de llegar a odiar con tanta violencia, como para destruir a otros, aún a costa de su propia destrucción en el intento. Para ello, se ha destacado la contribución de autores constructivistas, entre ellos Peralta [1999], piedra angular de la interpretación que se ofrece en este trabajo. Aún así, ciertos conceptos sustanciales no fueron tratados ya que excederían el alcance pretendido, con lo cual quedan postergados para una futura línea de investigación. Se tiende a pensar que la unidad de comunicación humana es la palabra. Sin embargo, los biólogos Maturana y Varela [2003], que ha estudiado los fenómenos de la comunicación humana y la construcción del conocimiento, sostienen que la palabra como tal no alcanza para dar cuenta de la complejidad de la experiencia comunicativa entre las personas. Dicho de otra forma, la comunicación exige que se pongan en juego las palabras y sus significados, pero asociadas a los sentimientos que se generan en el encuentro entre las personas, sentimientos que le dan al lenguaje una intencionalidad u otra. Se puede pensar que la actividad educativa es, ni más ni menos una forma de conversación entre docentes y alumnos. Cuando se reflexiona acerca de una conversación, se acostumbra a pensar en el contenido y la estructura de la comunicación y en menor medida, en las calidades e intensidades afectivas que en esa conversación se ponen en juego. Es decir, una conversación es mucho más que las palabras que la componen. Una conversación genera emociones en los participantes, y esas emociones modifican el significado que las palabras adquieren para los hablantes [Peralta, 1999]. Las emociones modulan el significado del lenguaje: Según cómo una persona se vaya sintiendo en una interacción comunicativa, se interpretará de un modo u otro las palabras del interlocutor. Por ejemplo, si una persona está molesta y a la defensiva con alguien, tal vez todo lo que esa persona diga sonará a una agresión ó un reproche. Pero a su vez, las palabras que se elijen para decir algo, las estructuras lingüísticas que se construyen al hablar, son capaces de modificar o producir emocio-nes en las personas que participan de la acción comunicativa, generando sentimientos y estados de ánimo. Una palabra de afecto y contención en medio de una áspera pelea, puede cambiar el sentimiento de enojo de los participantes por otros de comprensión o de paciencia. Existe, por lo tanto, en el conversar, una relación de mutua influencia entre lenguaje y emoción: Los sentimientos que se ponen en juego en la comunicación cambian la interpretación de las palabras y las palabras que se emplean pueden modificar los sentimientos de las personas participantes.
Ciencia nicolaita, 2012
La tesis que voy a tratar de sostener y desarrollar se puede expresar brevemente en los siguientes términos: La dimensión estética de la experiencia humana constituye el ámbito sustantivo-vital válido y propio de la sociedad moderna y la esfera necesariamente concomitante de una razón ética universal. Esta tesis implica una serie de supuestos y consecuencias que pueden ser puntualizados en el siguiente orden:
Revista de Ciencias de la Comunicación e Información
Este texto integra una visión lineal de los giros lingüísticos estableciendo entre ellos un nexo de conexión: el lugar que ocupa o el papel que desempeña la razón en ellos, pese a la aparente necesaria ausencia de ésta en el lenguaje, desde una perspectiva wittgensteniana. Tomamos por tanto como eje temático lenguaje simbólico versus razón, para entender cómo actúa o cómo está en aparente ausencia la razón en el giro lingüístico analítico, en el giro pragmático, en el giro hermenéutico y en el giro pragmático- trascendental. Los frutos de dicha reflexión repercutirán en nuestra comprensión como seres comunicativos y por ende como seres culturales, desde una perspectiva comunicativa de la cultura.
Este documento está dedicado al debate entre dos perspectivas fundamentales en torno a la cuestión del otro culturalmente distinto. Se trata de una polémica alimentada por el estudio de culturas y sociedades característicamente distintas a la cultura occidental. No obstante, cabe aclarar que este ámbito de discusión actualmente se ha ampliado hasta el punto de entrar en contacto con tesis provenientes del feminismo y de aquellos que reclaman respeto hacia la diversidad sexual y religiosa a lo largo y ancho del planeta y que caracteriza al otro singularmente distinto, dentro de un contexto multicultural. Por razones de espacio, estos últimos tópicos no entrarán en la discusión siguiente. Mi recorrido, en este sentido, seguirá la ortodoxia de las indagaciones realizadas a comienzos del siglo XX, en las que se buscó aportar distintos elementos para la comprensión de individuos cuyas prácticas, costumbres y valoraciones, desdibujaban el testimonio hegemónico occidental del 'mundo civilizado'. Mundo que, como señala Michael Root (1986) logró que tales diferencias jugaran un papel decisivo a la hora de ofrecer una justificación colonialista de intervención sobre aquellos grupos y comunidades que fueron vistos como 'menores de edad' o incapaces de conducirse adecuadamente de acuerdo con las normas de la 'civilización'. Las perspectivas a las que aquí me referiré intentan dar respuesta a la pregunta ¿son las mentes de los otros culturalmente distintos, inescrutables? Esta pregunta impone a investigadores y teóricos la tarea de mostrar la pertinencia metodológica de un método de interpretación que logre la cabal comprensión de dicha alteridad. A la base de esta expectativa se encuentran inquietudes de índole filosófica como ¿son las mentes de los distintos seres humanos iguales? es decir, ¿podemos atribuir las mismas características generales de racionalidad, intencionalidad y creencia, a aquéllos cuya forma de vida es radicalmente distinta? Pero, a su vez, ¿cuáles son las implicaciones epistemológicas de aceptar la existencia de distintos esquemas conceptuales? Entiendo, en este documento, el problema de la inescrutabilidad de otras mentes como el conjunto de razones y argumentos aducidos en favor de la imposibilidad (parcial o total) de acceder a los estados psicológicos y procesos inferenciales de los miembros de dichas culturas, así como al conjunto de prácticas, valoraciones e interpretaciones que no encajan dentro del patrón explicativo que los investigadores dominan. De esta manera se abren dos vías de análisis sobre las que versará el siguiente desarrollo: por una parte, están
Todos los conceptos, metodologías e hipótesis que hasta aquí se han presentado, están basados en la premisa de que el decisor es un ser completamente racional. Según este concepto, el decisor es un individuo con capacidades ilimitadas de información y capacidad computacional, con comportamiento totalmente estratégico y optimizador de utilidades a la hora de tomar una decisión.
Eikasía. Revista de Filosofía, 2014
In the present essay I discuss about the connections between emotion and reason, starting from the hypothesis according to which the traditional division among both spaces does not hold. In light of the latest advances in cognitive science, we can affirm that rational and decision-making processes are imbued, several times, by emotional factors, which do not obstruct but contribute to improve our understanding of reality and “the other people”; this is, human intelligence, in many of its aspects, would be seriously undermined if we discard or nullify the emotional component. If my hypothesis is correct, we would be forced to redefine our conception of mind and, therefore, of human being and his nature. In fact, a new model about emotions would transform our conception of ethics and morality
Se discute la importancia de la intuición en el ejercicio de las actividades científicas y tecnológicas con miras a su inclusión en la educación tecnológica y la comprensión del fenómeno tecnológico en general.
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Revista Espanola De Derecho Constitucional, 2006
VI Jornadas de Sociología, 2004
Pensamiento. Revista de Investigación e Información Filosófica, 2017