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LOS NIÑOS Y LA FE

Abstract

Para un considerable porcentaje de especialistas de la niñez, existe mucha data para reconocer los beneficios de la espiritualidad en los niños. Algunos señalan, que el exponerlos a creencias y experiencias de fe, podría resultar en ellos, una mayor disposición a vivir cada desafío de la vida con confianza. Escuché a una psicóloga infantil hace unos años, que sostenía con solidez la idea, de que el conocimiento y la experiencia espiritual, podía producir en los niños notorios estados de felicidad, especialmente si los contenidos de dichos saberes tenían que ver con la justicia, amor y la creencia en un Dios personal. Estos alcances y conclusiones, convincentemente las comparto. Soy padre de dos bellos hijos (Elías y Judith) y en lo concerniente al tema, he percibido la soltura dócil y la notoria disposición de ellos a oír, atender y estimar el consejo, especialmente cuando han sido expuestos a un mayor estímulo, enseñanza y modelos de vida de fe, fácilmente apreciables. No cabe duda, que hay que valorar la vivencia de la fe, no sólo como proceso cognitivo de saber algo sobre Dios y su Palabra, sino también, como la posibilidad de experimentar lo aprendido, acentuando la alegría de saber que tenemos un Dios que nos ama en compleción y plenitud, y que sólo en esa saciedad, podemos sentirnos permanentemente hallados, amados y unidos a él.