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Mortalidad

En demografía, se emplea el concepto de mortalidad cuando se produce la defunción o la acción de muerte sobre los integrantes de una población. La muerte es un riesgo al que está expuesta una persona durante toda la vida. Obviamente, es un hecho que ocurre una sola vez, por ende, toda la población está expuesta al riesgo de morir. En cambio, en la fecundidad, sólo una parte de la población se encuentra expuesta al riesgo de tener hijos. Bajo esta circunstancia, la mujer en edad fértil, es decir, entre 15 a 49 años de edad, puede tener varios hijos en el transcurso de su vida. Los componentes que determinan los cambios en el tamaño y composición de una población, son tres: la mortalidad, la fecundidad y la migración. Cada uno de ellos, cumple un papel importante en la dinámica demográfica. Así, la mortalidad forma parte de las salidas de la población, mientras que la fecundidad representa parte de los ingresos y, la migración puede aportar entradas y salidas, a través de la inmigración y la emigración, respectivamente. La importancia de estudiar la mortalidad, se deriva de los aspectos relacionados a sus niveles, al impacto en la estructura por edad y sexo y por sus propias causas, que son empleadas, frecuentemente, como indicadores del estado de salud y condiciones de vida de la población. Asimismo, su estudio es importante en el análisis de los componentes de la dinámica demográfica, y en la comprensión integral del cambio en la estructura y magnitud de la población. Antes de abordar el tema vinculado a la medición de la mortalidad, es preciso señalar, que su cálculo está relacionado con las fuentes de información utilizada, que generalmente proceden de registros administrativos, censos de población y encuestas. El cálculo de la mortalidad da lugar a dos tipos de estimaciones: la medición por el método directo y la referida a las técnicas indirectas. Estas mediciones, tienen la ventaja de efectuar estudios de mortalidad relacionadas a variables socioeconómicas que no siempre se obtienen con los datos provenientes de las estadísticas vitales. En esta oportunidad se aborda la medición directa de la mortalidad.