Fue el primer cocinero gourmet en aparecer en revistas de lujo y en ser considerado "una estrella" de la sociedad mexicana. Casado con la Chef Solange Muris, abrieron su primer restaurante, Manzanilla, en 2000. La revista Gourmet USA bautizó a Molina y a Solange como los pioneros de la comida Baja mediterránea, mientras que Saveur nombró a Benito como uno de los mejores 100 chefs del mundo, y reconoció su platillo Ostiones a las Brasas como "estrella gourmet" en 2004. Además de Manzanilla, crearon Silvestre en 2006, un restaurante que hace de platillos cocinados en horno de leña su mejor especialidad, ubicado en el Valle de Guadalupe, en fusión con los viñedos del enólogo más prestigiado de México, Hugo D'Acosta. Junto con su esposa, ha logrado el perfecto matrimonio entre la cocina mexicana y la gastronomía mediterránea, fusionando estilos, sabores y texturas desde el diseño, elaboración y presentación de cada platillo. Si algo se le debe en México a Benito Molina, además de su propuesta culinaria, es que se reconociera la figura del chef como la de un artista. En 2013, recibió el premio Millesime México, en la categoría de Trayectoria.