Análisis de " Pequeños y poderosos " El uso de teléfonos celulares inteligentes se ha convertido en parte de la vida diaria de muchos, en especial de jóvenes, adolescentes y niños que han nacido en la época de las tecnologías de la información y la comunicación y para quienes estos dispositivos forman parte natural del " paisaje de sus vidas ". Institucionalizar el uso de estos dispositivos como herramientas de aprendizaje y de construcción de conocimiento constituye un desafío que vale la pena aceptar. El proyecto " Pequeños y poderosos: el uso de los teléfonos celulares en los aprendizajes de alumnos de 6º y 7º grado " es producto del trabajo colaborativo de un grupo de estudiantes de la Diplomatura Superior en Educación y Nuevas Tecnologías en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) de Argentina. Este proyecto se propone lograr nuevas formas de construir conocimiento integrando el uso de teléfonos celulares inteligentes al currículo en una escuela privada bilingüe, cuyos alumnos pertenecen a la clase media-alta. Esta institución educativa se ha propuesto asumir el desafío de sumar los dispositivos a las prácticas áulicas. Los celulares pueden constituirse en valiosas herramientas en lugar de convertirse en enemigos acérrimos para los docentes. En el siguiente trabajo recorreremos el proyecto a la luz de ciertos conceptos teóricos con el objetivo de indagar cómo la nueva tecnología a incorporar está imbricada en el proceso educativo. El mundo cambia de modo vertiginoso. Cambian las tecnologías artefactuales, las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y cambia también la concepción del sentido y el valor del aprendizaje y del conocimiento. A los docentes, la mayoría de quienes pertenecemos a la generación " del libro " , nos cuesta poder aceptar y adaptarnos a todos estos cambios. Nos resulta difícil llevar a la práctica áulica los nuevos modos de concebir " qué, cómo y para qué " se debe aprender, a efectos de que la escuela sea útil y significativa y no sea sólo una formalidad que hay que cumplir. Implementar el aprendizaje mediado por TIC, sin tener claro desde qué perspectiva se entienden el conocimiento, el docente, el aprendizaje/ los sujetos que aprenden, puede llevarnos a tomar las tecnologías digitales como meros proveedores de información, es decir, darles el rol que tradicionalmente cumplen los docentes o los libros: son los que explican; son los poseedores del conocimiento. Es oportuno transcribir aquí a Sancho Gil (2008): Hoy se valora no sólo el saber qué, sino también el saber cómo, por qué y para qué. De otro modo los estudiantes no encuentran sentido y entran en la espiral de un aburrimiento sobreinformado que satura sus sentidos y les impide aprender (Corea y Lewkowicz, 2004). Hoy el quid de la enseñanza y el aprendizaje no es transmitir lo que uno sabe sino posibilitar que el otro aprenda. (pp.19-30) Esto significa que el uso de las TIC sin un cambio de mentalidad en conceptos medulares que se refleje en las organizaciones y las prácticas docentes será un simple cambio de fachada, pero no un cambio valedero. Este cambio de mentalidad (un cambio gigante, por cierto!) permitiría que las TIC pudieran llegar a ser Tecnologías para el Aprendizaje y el Conocimiento (TAC); permitiría considerar a las tecnologías digitales como herramientas de aprendizaje y construcción del conocimiento. Este concepto de las TAC va de la mano de los cambios en las concepciones del aprendizaje y el conocimiento.