El texto que sigue se publicó originalmente en Perspectivas: revista trimestral de educación comparada (París, UNESCO: Oficina Internacional de Educación), vol. XXIII, n os 3-4, 1993, págs.485-499. ©UNESCO: Oficina Internacional de Educación, 2001 Este documento puede ser reproducido sin cargo alguno siempre que se haga referencia a la fuente En un ensayo publicado en 1925 con el título: Presentación autobiográfica 2 , Sigmund Freud nos indica expresamente que su vida, su obra y la acogida que éstas recibieron no deben disociarse nunca entre sí si se quiere comprender su descubrimiento del psicoanálisis a la vez como una práctica terapéutica y metapsicológica. En esta estrecha vinculación, un elemento, no obstante, acabará dominando hasta el punto de constituir el verdadero proyecto existencial: la voluntad de comprender lo único que importa, en último término: el hombre. "Mi Presentación autobiográfica muestra cómo el psicoanálisis se convierte en el contenido de mi vida, y a continuación se conforma al principio justificado de que nada de lo que me ocurra personalmente merece interés en comparación con mi actividad científica" 3 .